Trapi: la plataforma online de suministro de productos frescos que aspira a ser “cero desperdicio”
Nacida hace seis meses, en plena pandemia, la empresa trabaja directamente con los agricultores para distribuir alimentos frescos a hoteles, casinos, restoranes y tiendas de barrio, reduciendo la merma de alimentos y haciendo más eficiente el proceso. Pretenden en un futuro cercano llegar a vender todos sus productos, incluso aquellos que son rechazados por criterios estéticos. Para ello abrirán una línea de “comida fea” o “ugly food”.
Las aglomeraciones en los grandes mercados mayoristas, y la consecuente dificultad en la distribución de los alimentos, inspiró a un grupo de emprendedores a crear hace seis meses Trapi, una plataforma online que, en primeros términos, evitaba el desplazamiento hacia estos centros de abastecimiento. Sin embargo, a poco andar, descubrieron problemas mucho más sustantivos en la cadena de suministro de productos frescos.
“Hay muchos intermediarios en la cadena de suministro de productos frescos, por lo menos pasan por cuatro manos hasta llegar al cliente final. Y es éste el que sufre esta alza de precios. Del agricultor no va directo a la casa, y el que paga ese precio es el cliente final”, explica el CSO de Trapi, Pedro Varas, quien dice que la empresa justamente cubre esa necesidad al reducir esa cadena de abastecimiento. Los otros integrantes de la startup son Juan Pablo Campos, Eduardo Segovia y Adolfo Arredondo.
Adicionalmente, en Trapi detectaron una alta informalidad en la cadena de suministro de productos frescos, donde las personas no están acostumbradas a emitir facturas y no siempre cumplen los plazos de entrega, asegura Varas. “A los agricultores se les paga muy tarde y tienen problemas de liquidez”, agrega él, y propone un nuevo trato con ellos a través de un pago pronto, justo y al contado.
De este modo, Trapi es una plataforma online de triple impacto -económico, social y medioambiental- que se aboca a hacer más eficiente esa cadena de suministro, beneficiando tanto al agricultor como a su público objetivo que compra en grandes cantidades: hoteles, casinos, restoranes y tiendas de barrio. Aunque, dice Varas, este último tiempo también han sumado al cliente final dentro de su oferta.
Este “Amazon” de productos frescos de alta calidad pretende, en un futuro cercano, convertirse en “cero merma” de alimentos. Detectan un gran problema, que se hace aún más patente en pandemia, en torno al desperdicio de alimentos. Advirtieron que los alimentos, cuando no cumplen un estándar de “belleza”, son tirados a la basura y se pierde su valor nutritivo. “No hay un mercado secundario de este tipo de comida y se pierden toneladas y toneladas”, plantea el gerente de estrategia de la startup.
“Y sucede también que hay mucha emisión de gases de efecto invernadero en esa merma de frutas y verduras”, reflexiona Varas, cuya empresa, próximamente, lanzará una línea dentro de la plataforma online que generará reacciones: “comida fea” o “ugly food”, a través de la cual se comercializarán aquellos productos que son rechazados por criterios estéticos.
“Estamos abriendo una línea para el cliente final, tanto en un producto a un precio justo como también en este mercado secundario de ‘ugly food’. Es una comida fea por fuera, pero bonita por dentro, perfectamente útil para consumo humano”, asevera Varas.
“Hay muchos intermediarios en la cadena de suministro de productos frescos, por lo menos pasan por cuatro manos hasta llegar al cliente final. Y es éste el que sufre esta alza de precios. Del agricultor no va directo a la casa”.
Una tonelada diaria
Actualmente, Trapi, a seis meses de su fundación, mueve cerca de una tonelada diaria de mercadería fresca, entre la que destacan unos quince productos: papas, tomates, pepinos, limones, zapallos italianos y otros. Para hacer más eficiente y emitir menos CO2 al medioambiente, Trapi realiza optimización de sus rutas a través de distintas estrategias, tales como llenar el camión y hacer menos viajes, recibir compras semanales, etcétera.
“Tenemos unos 600 camiones, muchos son propios, y estamos implementando la compra de camiones eléctricos para aportar al medioambiente”, anuncia Pedro Varas.
Si hoy reparten una tonelada diaria, a fines de año pretenden subir a 28 toneladas diarias. Esto lo visualizan a la luz del contexto de pandemia, en que restoranes funcionan a los tropiezos y los casinos de colegios siguen cerrados producto de la suspensión de las clases. No obstante, Varas cree que, cuando bajen las restricciones de movimiento por el covid-19, la empresa tiene muchas posibilidades de crecer porque facilita la logística entre agricultores y grandes tiendas de comercio.
“Cuando terminen las restricciones, esto se va a disparar. El core de los restoranes no es ir a comprar productos; es transformar ese producto en algo que los clientes deseen. Ir a comprar productos es una de sus materias, pero no el core. Por eso buscan la formalidad que le podemos entregar nosotros”, cierra Varas, cuya startup opera actualmente en la Región Metropolitana, pero a fines del 2021 piensan llegar a la Región de Valparaíso, para luego salir de Chile y pensar en el mercado latinoamericano.