El 23 de junio del año pasado el río Mapocho se desbordó debido a los 155 milímetros de lluvia y 880 toneladas de basura en el caudal, que impidieron que el agua fluyera por su cauce natural por lo que las autoridades crearon una mesa de trabajo con énfasis en la fiscalización del lugar y el retiro de escombros.

Desde ese momento se tomaron medidas para mantener limpia la ribera del río Mapocho, sin embargo, expertos creen que aún son insuficientes.

Una de las medidas adoptadas fue el “Plan de Limpieza Ciudades Justas”, impulsado por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo en noviembre pasado, el cual proyecta retirar cuatro mil metros cúbicos de desechos del “basural más grande de la zona urbana”, según la alcaldesa de Quinta Normal, Karina Delfino.

Otras de las medidas vienen desde instituciones o programas como Chile sin Basura, iniciativa de Kyklos, quienes junto a vecinos y voluntarios lograron sacar casi una tonelada de escombros del río. Luego de horas de trabajo, el grupo organizado en cuadrillas logró recuperar 930 kg de residuos, entre los que destacaron 243 kg de residuos de la construcción como cerámicas, maderas y alambres (26%), 232 kg de residuos textiles (25%) y 162 kg de envases y embalajes de plásticos y vidrios, que fueron separados para su valorización (18,5%).

Desde el Gobierno de Santiago informaron que el 24 de octubre se acordó el comienzo del operativo para limpiar el Parque Río Mapocho y el sector Río Mapocho por Renca.

Este trabajo de las autoridades e instituciones llegó dada la magnitud de las consecuencias que produjo el desborde, con más de 10.000 personas aisladas en la Región Metropolitana y más de 3.000 damnificados.

Para enfrentar el corte de carreteras y la afectación a los vecinos afectados, el trabajo para sacar la basura del caudal fue rápido durante las primeras semanas. Según el alcalde de Pudahuel, Ítalo Bravo, retiraron 600 toneladas de desechos en los primeros días. Según el edil, la principal responsabilidad de la basura recae en las empresas constructoras. “Hay empresas que transformaron el sector poniente de la región en su vertedero”, dijo Bravo en declaraciones a Radio Cooperativa.

Gestión coordinada

Cuando han pasado casi ocho meses desde las inundaciones es posible constatar avances en el retiro de la basura, sin embargo, aún está pendiente abordar las causas más profundas de este problema. El subdirector del Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (Cedeus), Jorge Gironás, señala que una de las cosas que falló en la prevención de este desastre socionatural fue la cultura social respecto a los ríos y la fiscalización de las autoridades. “Las autoridades deben tener una gestión del lecho más coordinada, debe haber mayor control para que no se bote basura ahí, porque es el lugar más fácil para hacerlo”, declaró el experto en hidrología superficial, quien es docente de la escuela de Ingeniería de la Universidad Católica,

Debido a la escasez de precipitaciones durante más de una década en la capital, la basura que se fue acumulando en el lecho del río Mapocho no afectó el flujo del agua, que era igualmente escaso. “La gente se olvida que ahí hay un río”, explicó Gironás respecto al bajo caudal del Mapocho cuando las precipitaciones son escasas en la Región Metropolitana. En ese sentido, para evitar que lo ocurrido en junio de 2023 vuelva a pasar, se debe trabajar tanto en la educación de la ciudadanía como en la fiscalización.

Pero, ¿quiénes son los responsables de la fiscalización del río que pasa por diferentes comunas de la Región Metropolitana? Se trata de un trabajo en conjunto entre muchas instituciones, por lo que se trata de una tarea compleja. El Ministerio de Obras Públicas (MOP), municipalidades, concesiones y Carabineros están encargados de fiscalizar el lecho del río, por lo que si no existe un buen trabajo en conjunto nadie se hace realmente responsable.

Además de la mayor fiscalización, Gironás aconseja a las autoridades llevar a cabo un plan de control de volumen de captura. Este mecanismo de ingeniería sirve para que la primera porción de lluvia, la que mueve el mayor porcentaje de basura urbana al río, sea controlada o infiltrada rápidamente.

Estas medidas no son sólo para evitar desbordes futuros, ya que la contaminación también es un problema para el río Mapocho, lo que queda a vista de todos. El docente de la Universidad Católica explica que el agua contaminada por la basura del lecho y otros desechos urbanos baja hasta el río Maipo y luego al mar. En el trayecto es usada para agua potable o para riego agrícola, por lo que tiene consecuencias socioeconómicas que deben ser consideradas al momento de tomar decisiones sobre el principal cauce natural de la Región Metropolitana.