La premisa es tan simple como irrefutable: el bienestar humano tiene una dependencia crítica de los sistemas naturales de la Tierra, pero los avances económicos, tecnológicos y sociales han conducido a una reducción de la capacidad del planeta para sustentar el bienestar humano actual y futuro. “El modelo de desarrollo cada vez más desigual y de alto consumo de recursos impulsa el deterioro del medio ambiente a través del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y otras formas contaminación y degradación de recursos”. Por lo tanto, así como la transformación de la naturaleza pone en peligro el bienestar humano, la transformación de la relación de la humanidad con la naturaleza es la clave para alcanzar el futuro sostenible.
Estas son las claves del reciente informe del Programa para el Medio Ambiente de Naciones Unidas (PNUMA) “Hacer las paces con la naturaleza”, que expone los argumentos científicos más convincentes hasta la fecha sobre por qué y cómo debe aplicarse con urgencia esa determinación colectiva para proteger y restaurar nuestro planeta, afirma Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA.
En palabras del secretario general de la ONU, António Guterres, “la humanidad ha declarado la guerra a la naturaleza, algo tan insensato como suicida. Las consecuencias de nuestra temeridad ya están provocando sufrimiento humano, importantes pérdidas económicas y un aceleramiento de la erosión de la vida terrestre”. Este informe, agrega, pone en evidencia que nuestra guerra contra la naturaleza ha destrozado al planeta, pero al mismo tiempo “nos muestra el camino hacia un mundo más seguro mediante un plan de paz y un programa de reconstrucción posterior al conflicto”.
La primera parte del informe, preparado por un grupo de científicos de todo el mundo, revisa todas las evaluaciones ambientales realizadas a nivel global en los últimos años y da cuenta de la interrelación existente entre los resultados de éstas y cómo la suma de todas ellas muestra que se ha creado una emergencia planetaria sin precedentes.
“Los cambios ambientales están socavando los logros en materia de desarrollo que tanto ha costado conseguir, ya que acarrean costes económicos y millones de muertes prematuras al año. Asimismo, impiden que se avance en aras de la erradicación de la pobreza y el hambre, la reducción de las desigualdades y la promoción de un crecimiento económico sostenible, el trabajo decente para todos, y unas sociedades pacíficas e inclusivas”, es uno de sus mensaje principales.
Las causas son múltiples. Entre otras, señalan, en los últimos 50 años la economía mundial prácticamente se ha quintuplicado, en gran parte debido a que la extracción de recursos naturales y energía se ha triplicado, lo que ha impulsado el crecimiento de la producción y el consumo.