Productos y envases de un solo uso: clave diferenciar entre reciclables o compostables, de los desechables
“El problema de fondo no radica única y necesariamente en la materialidad de los productos, sino también en quienes los utilizamos y mientras eso no cambie, estos productos seguirán ensuciando nuestros mares”.


El Proyecto de Ley que limita la generación de productos desechables y regula los plásticos que actualmente se está discutiendo en la Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales de la Cámara de Diputados necesita incorporar mayor precisión en definiciones y conceptos.
La Asociación Nacional de la Industria del Reciclaje (ANIR), a primera impresión, lleva a pensar que su labor se concentra solo en el “reciclaje”, sin embargo, no es así. Este gremio adhiere estrictamente al principio de “jerarquía” en el manejo de residuos y vela porque se siga un orden de preferencias de manejo, el cual considera como primera alternativa la reducción de su generación, luego la reutilización, el reciclaje, el compostaje, la valorización energética, dejando como última opción su eliminación. Es así como nuestros 35 socios están en todas esas etapas innovando y entregando solución a la gestión escalada de los residuos.
Además, ANIR adhiere a la Economía Circular, en donde el reciclaje es el eslabón final que cierra el ciclo y que, de no existir, inevitablemente se perdería la posibilidad de reinsertar dichos materiales a una nueva vida. Es por esto, que quienes estamos en esta industria, no hablamos de desechos, sino de “séptimo recurso”.
Entendiendo esto, y aplicándolo específicamente a la problemática de los productos que llegan al mar, se eliminan o se disponen mal, aclaro que:
- Los productos o envases fabricados a partir de polímeros de difícil o imposible reciclabilidad, debieran erradicarse, pues inevitablemente se transformarán en desechables.
- Los productos o envases de dimensiones considerablemente pequeños, son muy difíciles de identificar y separar, lo que aumenta su probabilidad de ser desechables, por lo tanto debieran en lo posible, ser fabricados con materiales compostables.
- El desarrollo y diseño de nuevos productos o envases, debiera tender siempre a la monomaterialidad, que permita identificarlos y separarlos fácilmente, pues en general todo producto multimaterial o multicapa son de muy difíciles de reciclar, incluso en muchos casos es imposible, terminando su vida como desechables.
Así como ANIR expresa con fuerza lo que debe evitarse en las aplicaciones de un solo uso desechables, también declara que existen productos y/o envases ciento por ciento reciclables para el expendio de alimentos preparados. Como miembro de esta asociación gremial creo que este Proyecto de Ley debería considerar:
- Los productos y/o envases plásticos de un solo uso reciclables, deban progresivamente incorporar en su fabricación material reciclado y no solo virgen, de tal manera de impulsar la demanda de materia prima ya reciclada, en línea con la Economía Circular y, por consecuencia, aumentar la recuperación de materiales usados de plástico de este tipo.
- Los establecimientos de expendio de alimentos preparados puedan elegir el modelo a usar entre productos y/o envases de un solo uso reciclables y fabricados con materia prima reciclada, compostables o reusables. Importante es que para elegir el modelo se deba comprobar que poseen un sistema trazable de recuperación de los materiales usados para el reciclaje o el compostaje industrial o para reutilización eficiente e higiénica, donde la circularidad del agua tenga un rol prioritario.
Asimismo, es importante resaltar que la incorporación de productos y/o envases de un solo uso compostables tendrá sentido siempre y cuando:
- La fabricación de productos y/o envases de un solo uso compostables en base a biopolímeros extraídos de materias primas renovables tiendan a la monomaterialidad o combinen otros materiales que efectivamente mantengan su carácter de compostables.
- Estos productos y/o envases de un solo uso compostables sean de fácil detección y diferenciación para evitar que se confundan con materiales reciclables y, por ende, contaminen la cadena de reciclaje y viceversa.
- La compostabilidad domiciliaria sea efectiva y practicable en conjunto con la fracción orgánica proveniente de vegetales o frutas que tienen un ciclo de degradación promedio menor a 180 días, de lo contrario el resultado en dicho periodo será un compost lleno de biopolímeros.
Normar al respecto es un acto de responsabilidad, pero también lo es escuchar las diferentes realidades involucradas. Por esto advierto que para que el compostaje sea una opción viable, es necesario considerar que una parte importante de los chilenos vive en departamento u hogares pequeños y no contará con el espacio físico para poder hacerlo. Además, se debe considerar que el compostaje de este tipo de plásticos requiere de mucho más tiempo para lograr la degradación versus la materia orgánica, frente a lo cual quien quiera experimentar compostando domésticamente, se verá enfrentado en el corto plazo a una acumulación desmedida de plásticos en su patio.
Este Proyecto de Ley no puede buscar únicamente degradación natural de un producto en el mar por el solo hecho de diseñarse para ser compostado, sino también considerar que compostar es un método que debe implementarse domiciliaria e industrialmente, que requiere capacidad instalada y que es un servicio que va a costar dinero a las personas. Estos productos compostables, no solo tendrán un valor negativo, sino que también, al reemplazar productos reciclables que antes podían ser identificados fácilmente, recolectados y reciclados, podrían transformarse en desecho por no planearse bien. Los compostables paradójicamente terminarán en un vertedero o relleno sanitario y no en una compostera.
El problema de fondo no radica única y necesariamente en la materialidad de los productos, sino también en quienes los utilizamos y mientras eso no cambie, estos productos seguirán ensuciando nuestros mares.
Por todo esto, soy un convencido de que trabajar por el bienestar del medioambiente requiere buenas intenciones, pero también responsabilidad, conocimiento y sobre todo colaboración.