Plásticos de un solo uso: el reciclaje no es la solución
“El proyecto de ley busca prevenir la generación de los plásticos más encontrados en las playas y que se caracterizan por ser pequeños, livianos y haber tenido contacto con materia orgánica. Estas características hacen que su reciclaje sea muy complejo, por los altos costos de recolección, clasificación y limpieza”.
En la columna publicada el 21 de septiembre, la Asociación Nacional de la Industria del Reciclaje (ANIR), refiriéndose al Proyecto de Ley que limita la generación de productos desechables y regula los plásticos, nos quiere convencer de dos falacias: el reciclaje solucionará el problema de los plásticos de un solo uso y aprobar el proyecto afectará a la industria del reciclaje.
Si bien el reciclaje es una de las herramientas en el manejo de residuos, la forma de solucionar el problema de los plásticos de un solo uso no puede enfocarse en el reciclaje. El proyecto de ley busca prevenir la generación de los plásticos más encontrados en las playas y que se caracterizan por ser pequeños, livianos y haber tenido contacto con materia orgánica. Estas características hacen que su reciclaje sea muy complejo, por los altos costos de recolección, clasificación y limpieza, lo que a su vez explica por qué son los plásticos más encontrados en las playas. No por nada, de los 9 billones de toneladas de plásticos que se han generado en la historia de la humanidad, solo un 9% se ha reciclado.
Como ha sido declarado por múltiples actores, este proyecto de ley viene perfectamente a complementar a la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor, la que solo en plásticos quintuplicará el porcentaje que ahora deberá ser reciclado. A pesar de lo anterior, ANIR equivocadamente insiste en que la industria del reciclaje se verá afectada, cuando Chile, en proporción a su interno bruto, es de los países de la OCDE que más desechos genera per cápita. Además, se olvida que el reciclaje es un medio y no un fin en sí mismo.
Finalmente, el proyecto fue desarrollado sobre la base de regulaciones puestas en práctica en Berkeley, Costa Rica, Seattle y Hobart, provocando un cambio de paradigma en la forma que se enfrenta el problema del plástico y la generación de residuos, al enfocarse en su prevención. Esperemos que el proyecto mantenga este enfoque, el que fue aprobado unánimemente por el Senado, y no se quede en falsas soluciones.