Lucha contra el Cambio Climático: Romper paradigmas y crear oportunidades
Lo peor que nos puede pasar como sociedad es que el ánimo de división que vimos, algunos producto de nuestro pasado, politice nuestras perspectivas y decisiones sobre un futuro que no distingue fronteras, partidos ni ideologías, y mucho menos paradigmas sin asidero en la realidad. En cambio, reconozcamos la urgencia de estos desafíos y estemos más dispuestos a asumir la responsabilidad y el liderazgo en la búsqueda de soluciones.
Hace algunos días, tuve la oportunidad de participar en un encuentro organizado por Chapter Zero Chile con el propósito de discutir las oportunidades y desafíos que enfrenta nuestro país en relación al cambio climático.
Durante la conversación, se compartieron distintos puntos de vista con senadores de Socialismo Democrático y Chile Vamos que dejaron una valiosa lección que va más allá de cualquiera tendencia política: Existen temáticas donde tenemos muchas menos diferencias de las que pensamos. Los asistentes rompimos paradigmas al escuchar a un senador del Socialismo Democrático hablar sobre la importancia del crecimiento económico como base para implementar políticas redistributivas. Por otro lado, un senador de Chile Vamos reconoció la urgencia de la crisis climática y la necesidad de abordarla a través de la acción política, privada y de la sociedad civil.
Un ejemplo más de esta colaboración por parte del sector privado se encuentra en Chapter Zero, donde los directores de empresas se comprometieron a abordar el cambio climático en sus organizaciones. Y un hecho también relevante es la carta enviada al Consejo Constitucional por un grupo de más de 60 profesionales de diferentes especialidades, ocupaciones y sensibilidades políticas, quienes solicitaron la inclusión explícita del cambio climático en el texto constitucional, a través de la reposición del artículo 206 contenido en el texto del anteproyecto elaborado por la comisión de expertos.
Esta conciencia medioambiental también existe a nivel ciudadano, ya que un 57% de los chilenos piensa que estamos viviendo una crisis climática gravísima que impactará a todos en nuestra forma de vida, mientras que un 62% está dispuesto a ceder derechos para combatir este desafío. Además, existe un ánimo mayoritario de colaboración en torno a limitar el consumo de ciertos productos, ya que un 78% aceptaría disminuir la compra de ropa y un 72% la compra de artículos electrónicos, mientras que un 60% pagaría más por envases sustentables y un 44% estaría dispuesto a dejar de comer carne o disminuir su consumo. Estos son los resultados que se desprenden del reporte “Entendiendo al nuevo ciudadano: Un estudio para evaluar las fuerzas que impactan a la democracia en Chile”, elaborado por e-press Comunicaciones, con el apoyo de Cadem.
Lo importante es el denominador común, porque hechos como estos nos demuestran que la preocupación por el medio ambiente trasciende las diferencias políticas y que la supuesta dicotomía entre el interés privado y la lucha contra el cambio climático es una falacia. Miremos ahora el escenario global: Un ejemplo contundente de cómo el mundo privado también está abogando por una acción más enérgica en la lucha contra el cambio climático se encuentra en la última reunión del G-20. Durante este encuentro, un grupo de líderes empresariales presentó una declaración instando a los gobiernos a implementar regulaciones más exigentes para reducir las emisiones de carbono y promover la transición hacia una economía más sostenible. Nuevamente, la creencia de que el mundo privado evita la regulación se ve desmentida.
Por el contrario, los líderes empresariales reconocen cada vez con más fuerza que la responsabilidad de abordar el cambio climático no recae únicamente en los gobiernos, sino que también las compañías pueden asumir un papel activo una vez establecidas metas claras y ambiciosas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, así también deben promover la innovación y el desarrollo de tecnologías limpias.
Todo esto nos lleva a pensar lo siguiente: ¿Cuántas otras supuestas dicotomías y paradigmas nos limitan en nuestra forma de comunicarnos y esperar acciones del otro? Estoy convencido de que al dejar de lado estas barreras inexistentes, podremos abrir caminos de cooperación y diálogo que nos ayuden a resolver las crisis que enfrentamos como sociedad. La base para combatir el cambio climático comienza por superar las trincheras y prejuicios y trabajar juntos en base al entendimiento de lo que son los grandes retos y oportunidades que tenemos al frente, evitando que problemas globales sean atribuibles únicamente a una vereda política o social que nos impida confiar en el otro y ponernos de acuerdo en cosas urgentes que nos atañen a todos como seres humanos habitantes de este planeta.
Lo peor que nos puede pasar como sociedad es que el ánimo de división que vimos, algunos producto de nuestro pasado, politice nuestras perspectivas y decisiones sobre un futuro que no distingue fronteras, partidos ni ideologías, y mucho menos paradigmas sin asidero en la realidad. En cambio, reconozcamos la urgencia de estos desafíos y estemos más dispuestos a asumir la responsabilidad y el liderazgo en la búsqueda de soluciones.