La huella de carbono personal
“Sabemos que nuestro país no es un gran aportante de GEI a nivel mundial, pero en el continente lideramos las estadísticas, probablemente nuestro modelo de desarrollo ha influido en ello, por lo cual nuestra responsabilidad es ser actores conscientes de la importancia que reviste abordar la acción climática, y estar dispuestos a asumir cambios que contribuyan a lograr una sociedad sostenible y amigable con el medio ambiente”.
El cambio climático es un fenómeno de origen antrópico que lentamente se ha dejado sentir en las últimas décadas. Hemos sido testigos del aumento del proceso de desertificación, se ha evidenciado la pérdida de lagunas como Aculeo y registrado un retroceso de las aguas del Lago Caburgua, producto de un largo periodo de sequía y una precaria gestión del recurso hídrico en nuestro país. Los efectos negativos sobre el recurso hídrico se han transformado en una clara amenaza para los habitantes de las ciudades, es así como hoy se analiza una posible implementación de un programa de racionamiento del agua potable, esto no deja de ser preocupante si consideramos que en Chile más del 87% de la población habita en las ciudades. Por lo tanto, debemos tener presente que las transformaciones del entorno natural son prueba irrefutable de que el Cambio Climático llegó para instalarse, y por lo tanto, debemos aprender a reconocer sus efectos y a convivir con él.
El reciente reporte del IPCC (Panel Intergubernamental de Cambio Climático) indica que hemos alcanzado la cifra más alta de concentración de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en la historia de la humanidad, algo muy preocupante si nuestra meta es evitar sobrepasar 1,5°C de incremento en la temperatura del planeta, situación que podría causar daños irreversibles en algunos ecosistemas naturales.
En esta materia, el IPCC señala que es necesario disminuir en un 43% las emisiones de GEI de aquí al 2030. Lo anterior, pareciera ser un compromiso muy difícil de alcanzar si no reconocemos la importancia de implementar políticas públicas, ejecutar acciones eficientes y sostenibles, y por sobre todo, adoptar una actitud hacia la acción por el clima por parte de la sociedad.
Ante esta realidad, cabe preguntarse ¿qué acciones estoy dispuesto a asumir para reducir mi huella de carbono? Pareciera lógico que dichas acciones debieran ser ejecutadas con el apoyo, compromiso y voluntad política por parte de gobernantes de todo el planeta. Pero ¿lograremos cumplir nuestros compromisos actuando como una sociedad consciente y comprometida? Parece que la respuesta no es clara. En este sentido y, a modo de ejemplo, el presente año hemos visto de manera preocupante el aumento del parque automotriz en el país. Se proyecta un crecimiento del 4,1% con una tasa de motorización de 3,62 personas/vehículo, un claro ejemplo de la falta de planificación y apoyo que incentive un menor uso del automóvil.
Sabemos que nuestro país no es un gran aportante de GEI a nivel mundial, pero en el continente lideramos las estadísticas, probablemente nuestro modelo de desarrollo ha influido en ello, por lo cual nuestra responsabilidad es ser actores conscientes de la importancia que reviste abordar la acción climática, y estar dispuestos a asumir cambios que contribuyan a lograr una sociedad sostenible y amigable con el medio ambiente.
*El autor es Carlos Esse, Unidad de Cambio Climático y Medio Ambiente, Instituto Iberoamericano de Desarrollo Sostenible. Universidad Autónoma de Chile.