La ciencia debe guiar las decisiones en materia de remediación
“La biorremediación es altamente aplicable a la recuperación de suelos, la cual corresponde a una tecnología basada en el uso de sistemas vivos, tal como microorganismos que se encuentran y actúan de manera natural en zonas contaminadas. Ejemplos en este sentido se pueden encontrar en diversas experiencias internacionales, tal como los casos emblemáticos Exxon Valdez y Prestige, accidentes de vertido por petróleo que incentivaron la investigación en el ámbito de la biorremediación y el uso de sistemas vivos para la recuperación y tratamiento de suelos contaminados con hidrocarburos, lo cual hoy se traduce en importantes y valorables publicaciones científicas e incluso patentes de invención”.
La remediación tiene como objetivo la recuperación de ambientes contaminados, ya sea por ejemplo aguas superficiales, subterráneas o suelos. En el caso de este último, la biorremediación ofrece una gran oportunidad para poder eliminar esos contaminantes, controlando el riesgo que implica la presencia de estos para las personas y la naturaleza en general. Esta contaminación de suelos está en gran medida asociada a diversas actividades industriales, teniendo como consecuencia, entre otras cosas, la generación de zonas de abandono que podrían ser recuperadas, aprovechando los avances científicos y tecnológicos.
Como se mencionó, la biorremediación es altamente aplicable a la recuperación de suelos, la cual corresponde a una tecnología basada en el uso de sistemas vivos, tal como microorganismos que se encuentran y actúan de manera natural en zonas contaminadas. Ejemplos en este sentido se pueden encontrar en diversas experiencias internacionales, tal como los casos emblemáticos Exxon Valdez y Prestige, accidentes de vertido por petróleo que incentivaron la investigación en el ámbito de la biorremediación y el uso de sistemas vivos para la recuperación y tratamiento de suelos contaminados con hidrocarburos, lo cual hoy se traduce en importantes y valorables publicaciones científicas e incluso patentes de invención.
De acuerdo a esto, ¿Qué limita que hoy se desarrollen en Chile proyectos de recuperación de zonas contaminadas empleando técnicas de biorremediación, las cuales desde la base científica son altamente efectivas? La respuesta podría estar, por una parte, en la “falta de recursos económicos” para implementar y llevar a cabo este tipo de proyectos y, por otra parte, en la “desconfianza en la tecnología” ante supuestos riesgos asociados al uso de sistemas vivos como microorganismos.
Con respecto a la “falta de recursos económicos” hay una visión transversal que dice debería resolverse principalmente desde la responsabilidad que tienen las industrias que generan esta contaminación. Pero también se puede abordar, por ejemplo, en el caso de pasivos ambientales, como una oportunidad de inversión económica y social, tanto por parte del sector público como privado, revalorizando zonas contaminadas para nuevos fines de uso o productivos.
En cuanto a la “desconfianza en la tecnología”, la solución parece estar en que la comunidad científica y los expertos en biorremediación eduquen tanto a la sociedad en general como a quienes deben tomar decisiones en este ámbito. Esta educación debe basarse en la rigurosidad y experiencia nacional e internacional en términos de investigación, entregando elementos confiables y objetivos para disminuir la percepción negativa de riesgo que pueda tener la sociedad en general y para que las decisiones respecto a este tipo de proyectos de remediación sean fundamentadas en la evidencia científica.