Energía: el primer camino de transformación para un futuro próspero
“Hoy somos testigos del cambio. A nivel global, la descarbonización del sistema energético gana terreno en la agenda política, tal como ocurrió en nuestro país, y el sector financiero está retirando la inversión en los combustibles fósiles. La Visión 2050 aclara que las tecnologías de generación de electricidad limpia se están amplificando en todo el mundo, especialmente la energía solar y la eólica, las que podrían constituir más del 60% de la generación eléctrica para el 2050”.
La evidencia científica es categórica: el cambio climático es consecuencia del modelo de desarrollo que adoptó el mundo a partir de la revolución industrial, basado en el uso de carbón y petróleo.
El último informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) asegura que entre 2010 y 2019, las emisiones de gases de efecto invernadero fueron más altas que en cualquier década y advierte que, si bien hay un número creciente de países que se han comprometido a ser carbononeutrales o a descarbonizar su matriz energética, las “actuales Contribuciones Determinada a Nivel Nacional (NDC) para el 2030, apenas reducirían las emisiones globales por debajo de los niveles actuales. La revolución tecnológica está ayudando significativamente en algunos países, pero aún su impacto global es limitado”.
Aunque el panorama no es alentador, aún existen opciones para poder cambiar el rumbo, pero se necesita de voluntades y colaboración. El enorme desafío que representa la crisis climática, requiere de estrategias empresariales innovadoras, concretas, basadas en la ciencia y desarrolladas bajo un enfoque que integre la adaptación, mitigación y la protección del ecosistema.
En este sentido la Visión 2050, una nueva agenda global empresarial elaborada por el Consejo Mundial Empresarial para el Desarrollo Sostenible (WBCSD), organización de la que Acción Empresas es parte, entrega nueve caminos de transformación que las empresas pueden y deben liderar para lograr un futuro juntos. Y la energía es el primero de ellos.
¿Qué indica el documento? Entrega diez claves para que en esta década las empresas puedan transitar hacia emisiones de dióxido de carbono netas iguales a cero. Entre ellas aparece el abastecimiento con energías limpias y estimular a las cadenas de abastecimiento y a los clientes para que hagan lo mismo; reforzar la inversión y acelerar la innovación en esta área; invertir en soluciones basadas en la naturaleza; suprimir la construcción de nuevas centrales eléctricas a carbón; y colaborar con los pares, ciudades y gobiernos del mundo para acordar ambiciones comunes.
En Chile avanzamos lento, pero seguro. Nos comprometimos a lograr la carbononeutralidad al 2050 y, con ello, hemos asumido la misión de generar inversiones y acuerdos audaces que sostengan una transformación justa y equitativa. En este contexto, los negocios juegan un rol crucial, ya que, tal como señala la Visión 2050, los impactos de la inacción empresarial son mucho más profundos que las implicancias de la transformación del sistema actual.
Según cifras del Sistema Eléctrico Nacional (SEN), ha aumentado en los últimos años la generación de energía renovable, llegando a un 44,8% en 2021. El mayor crecimiento lo ha experimentado la tecnología solar fotovoltaica y eólica, pues entre las ambas pasaron de un 0,5% en 2011, a un 21,6% en 2021.
Hoy somos testigos del cambio. A nivel global, la descarbonización del sistema energético gana terreno en la agenda política, tal como ocurrió en nuestro país, y el sector financiero está retirando la inversión en los combustibles fósiles. La Visión 2050 aclara que las tecnologías de generación de electricidad limpia se están amplificando en todo el mundo, especialmente la energía solar y la eólica, las que podrían constituir más del 60% de la generación eléctrica para el 2050.
En línea con lo anterior, la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), junto con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) precisaron que, a nivel mundial, los empleos en energías renovables alcanzaron los 12 millones en 2020 y, según proyecciones de la OIT, la transición energética baja en carbono creará al menos 18 millones de nuevos empleos para el 2030.
Definitivamente reducir a cero las emisiones netas de dióxido de carbono del sector industrial es desafiante, pero posible. El IPCC explica que, para reducir las emisiones del sector privado, se necesita una acción coordinada a lo largo de las cadenas de valor para promover en conjunto opciones de mitigación, la gestión de la demanda, la eficiencia energética y nuevas tecnologías.