Día Mundial de los Océanos: ¿qué estamos haciendo para frenar la contaminación por plásticos de un solo uso?
En Chile, los plásticos de un solo uso representan el 75% de los desechos encontrados en las playas según los datos recopilados por DIRECTEMAR. Por su parte, los Científicos de la Basura, programa de la Universidad Católica del Norte, detectó que la mayor contaminación que afecta a los ríos del país corresponde a plásticos de un solo uso. Los residuos de este material afectan a la vida silvestre por años, ya que se trata de un desecho que persiste en el medio ambiente y emite gases de efecto invernadero durante todo su ciclo de vida, agravando el problema del cambio climático.
Cada 8 de junio conmemoramos el Día Mundial de los Océanos, fecha decretada por la Asamblea General de las Naciones Unidas hace 14 años con el fin de relevar su importancia para la vida en el planeta. Se trata de una conmemoración que cada año ha adquirido mayor relevancia, ya que hay cada vez más consenso en el papel fundamental que juegan los océanos en la mitigación del calentamiento global.
Una de las problemáticas más urgentes que afectan a los océanos es la contaminación por desechos plásticos. Los números son devastadores y nos llaman a tomar acciones inmediatas: cada año se producen 400 millones de toneladas de plástico en el mundo y la mitad de esa producción está diseñada para usarse una sola vez. De ella, menos del 10 por ciento se recicla, estimándose que entre 19 y 23 millones de toneladas terminan en los océanos, ríos y lagos del mundo.
En Chile, los plásticos de un solo uso representan el 75% de los desechos encontrados en las playas según los datos recopilados por DIRECTEMAR. Por su parte, los Científicos de la Basura, programa de la Universidad Católica del Norte, detectó que la mayor contaminación que afecta a los ríos del país corresponde a plásticos de un solo uso. Los residuos de este material afectan a la vida silvestre por años, ya que se trata de un desecho que persiste en el medio ambiente y emite gases de efecto invernadero durante todo su ciclo de vida, agravando el problema del cambio climático.
¿Qué estamos haciendo en Chile?
Hace más de un año comenzaron a regir las primeras obligaciones de la ley de plásticos de un solo uso, proyecto que nació desde la sociedad civil y que contó con la aprobación unánime del Congreso. Esta ley surgió como respuesta al creciente interés ciudadano por mejores estándares ambientales, manifestado en 2019 cuando la ciudadanía catalogó la ley que prohibió las bolsas plásticas en el comercio como la mejor del año.
La Ley de plásticos de un solo uso se trata de una de las normativas más ambiciosas en la materia, que ponen a Chile al nivel de Berkeley o Francia, ya que se hace cargo de los desechos que, por sus características, no son reciclados y cuya mayoría termina contaminando playas y océanos del mundo.
La legislación regula los plásticos de un solo uso en establecimientos de expendio de alimentos, prohibiendo, en una primera etapa, las bombillas, cubiertos y revolvedores, además de cualquier producto de plumavit en restaurantes, bares, caferías, heladerías o lugares de venta de comida preparada. Adicionalmente, se exigió a todos los supermercados recibir y ofrecer envases retornables de bebidas en todos sus canales de venta.
El desafío ahora como país es que esta ley se implemente y fiscalice como corresponde. Por ello Oceana junto a otras 7 organizaciones ambientales se unieron en la Coalición Supera el Plástico, con el fin de trabajar a lo largo del país en campañas de concientización para que locales de expendio de alimentos cumplan con la normativa y las municipalidades se comprometan en entregar la información y fiscalizar dicho cumplimiento.
De acuerdo con un estudio publicado por Oceana y Plastic Oceans Chile, una vez que la ley esté completamente implementada en 2024, se evitará la utilización de 23.240 toneladas de plásticos de un solo uso que cada año se generan desde los locales de expendio de alimentos en todo el país.
Este es sin duda un gran paso, pero debemos seguir profundizando en políticas que minimicen los impactos de los plásticos en nuestro medio ambiente, y es así que abogamos por fomentar la reutilización desde otros canales. Hoy existen distintos mecanismos en el mundo que promueven esta práctica, centrándose en envases de productos como detergentes, lavalozas, champús, entre otros.
Hace algunas semanas, Oceana, la empresa de reutilización Algramo, y la Asociación Nacional de la Industria del Reciclaje, Anir, hicimos entrega al Ministerio del Medio Ambiente de un estudio que entrega instrumentos para promover el reúso de envases en Chile y disminuir la generación de residuos, el cual estima que, de implementarse una política pública en esta línea, se podrían evitar casi 3 millones de toneladas de envases en 10 años.
De acuerdo con las proyecciones realizadas por la OCDE en su último reporte sobre contaminación mundial por plásticos publicado en 2022, señala que el uso de plásticos podría triplicarse, pasando de un ritmo de fabricación anual de 460 millones de toneladas, a una producción global de 1.231 millones de toneladas anuales en 2060, mientras que la fuga de plásticos al medio ambiente se duplicaría, pasando de cerca de 22 millones de toneladas anuales a 44 millones de toneladas para 2060.
Los números son preocupantes, y todos los esfuerzos que Chile pueda hacer para evitar la producción de plásticos de un solo uso y de desechos en general son medidas urgentes por el bien de nuestro planeta y sus océanos.