Para impulsar la reutilización proponen incluir en la Ley REP metas de reducción de envases y embalajes introducidos al mercado
La organización de conservación marina Oceana, junto a la empresa de reutilización Algramo y la Asociación Nacional de la Industria del Reciclaje, presentaron al Ministerio del Medio Ambiente un informe donde se plantean modificaciones normativas que permitirían disminuir considerablemente la generación de residuos, de la mano con la promoción del reúso. Junto con la propuesta relativa a la ley de Responsabilidad Extendida del Productor, también se considera imponer obligaciones a los comercializadores y la eliminación de barreras regulatorias.
“Creo que no hay otra posibilidad de avanzar si no es mediante la regulación”, responde tajante José Manuel Moller, fundador y CEO de Algramo, al ser consultado sobre la posibilidad de promover la reutilización de envases mediante medidas como campañas de concientización o educación. En esa línea, esta empresa pionera en reúso, en alianza con la organización de conservación marina Oceana y la Asociación Nacional de la Industria del Reciclaje (ANIR), elaboraron un informe que analiza la situación en Chile, toma ejemplos de otros países, y hace algunos cálculos para mostrar cuántos residuos se le pueden ahorrar al medioambiente introduciendo algunas normativas.
El documento, llamando “Instrumentos para promover el reúso de envases en Chile y disminuir la generación de residuos”, fue recibido por el Ministerio del Medio Ambiente (MMA) a mediados de mayo. “Lo entregamos al MMA porque es la entidad que pudiera fomentar la reutilización en el marco de la Ley REP, y porque este informe podría servir como un pre Análisis General de Impacto Económico y Social (AGIES), aportando también antecedentes de cómo se ha incentivado la reutilización en otros países”, explica Antonia Biggs, gerenta general de ANIR.
Desde el MMA, el jefe de la oficina de Economía Circular, Tomás Saieg, señaló sobre el informe que desde la cartera valoran “los aportes que hacen las organizaciones de la sociedad civil y el mundo privado a la discusión sobre la economía circular en Chile. La reutilización es una acción muy positiva y, desde el Ministerio del Medio Ambiente estudiaremos las propuestas que se realizan, siempre con el objetivo de contar con la mejor regulación para el país”.
El estudio presentado a la autoridad destaca el reúso de envases como una práctica que presenta múltiples beneficios. Al utilizar envases varias veces en lugar de desecharlos después de un solo uso, se reduce la necesidad de producir nuevos envases y, por lo tanto, disminuye la cantidad de residuos que terminan en vertederos o en la naturaleza. Adicionalmente, tiene un impacto positivo en el medio ambiente porque se ahorran energía y recursos que se requieren para fabricar, transportar y almacenar nuevos envases, contribuyendo también a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Desde Oceana, ponen énfasis en que esta propuesta responde, entre otros aspectos, a la urgente necesidad de “reducir la utilización de plásticos de un solo uso, ya que son los que se encuentran con mayor frecuencia en las limpiezas de playas que regularmente realiza Directemar (Dirección General del Territorio Marítimo y de Marina Mercante)”.
La organización de conservación marina reconoce que el país ha dado algunos pasos en esa dirección, “como lo fue hace algunos años la eliminación de las bolsas plásticas, una política pública que forzó a los consumidores a llevar sus propias bolsas a los supermercados y que rápidamente fue aceptada por las personas”. Todo lo que implique cambiar hábitos toma años, subrayan desde Oceana, “pero puede acelerarse si la política pública facilita que ocurran esos cambios”.
“Promovemos la valorización en coherencia con la jerarquía en el manejo residuos, es decir, considerando el orden de preferencia, donde siempre primero está la prevención, luego la reutilización, el reciclaje, el compostaje y la valorización energética; todas esas opciones antes de enviar a relleno sanitario”.
En ese sentido, Moller sostiene que la regulación es necesaria “porque esto no solamente es un tema comercial de llegar a un volumen de ventas, sino que reducir la cantidad de envases que se generan y hoy día ya estamos atrasados tomando esta medida. Se requiere que sea obligatorio y que sea ambicioso para poder ser un aporte relevante en la búsqueda de la reducción de las emisiones”.
Ahora bien, el CEO de Algramo aclara que “una cosa es cuando se tiene la política pública y otra cosa es cuándo se empieza a implementar. La política pública, claramente, se puede hacer en los próximos dos años, tenerla resuelta, para que se empiece a implementar cuando se considere necesario, podrían ser unos cuatro o cinco años. Pero, de todas maneras, en este gobierno se tiene que aprobar esta política”.
A su vez, Biggs comenta que a partir de la información incluida en el informe, “en el mediano y largo plazo la autoridad “pudiera tomar la decisión de cuál sería el mejor camino para empujar con mayor fuerza la reutilización de envases en armonía con las regulaciones que ya existen, es decir, la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (Ley REP), la Ley de Bolsas Plásticas y la Ley de Plásticos de un Solo Uso y Botellas Plásticas, que están actualmente en implementación”.
“La política pública, claramente, se puede hacer en los próximos dos años, tenerla resuelta, para que se empiece a implementar cuando se considere necesario, podrían ser unos cuatro o cinco años. Pero, de todas maneras, en este gobierno se tiene que aprobar esta política”.
Jerarquía del manejo de residuos
La Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (Ley REP), que en septiembre próximo comienza a regir para el producto prioritario de envases y embalajes, impone a los productores -quienes introducen al mercado esos envases y embalajes- metas de recolección y valorización, las que están establecidas en el Decreto N° 12 del MMA. Esta norma aborda también “otras obligaciones asociadas al producto prioritario envases y embalajes, a fin de prevenir la generación de tales residuos y fomentar su reutilización o valorización”, pero no están asociadas al cumplimiento de metas.
Cabe señalar que, en el marco de la economía circular, la valorización debe ir acompañada de otras medidas e, incluso, se establece un orden, donde lo primero es evitar la generación del residuo. En este contexto, Antonia Biggs comenta que este estudio es relevante para ANIR por cuanto, si bien la asociación reúne a los industriales del reciclaje, “promovemos la valorización en coherencia con la jerarquía en el manejo residuos, es decir, considerando el orden de preferencia, donde siempre primero está la prevención, luego la reutilización, el reciclaje, el compostaje y la valorización energética; todas esas opciones antes de enviar a relleno sanitario”.
Así, el documento entregado al MMA contiene una propuesta regulatoria basada en tres pilares: el primero, el establecimiento de metas de reducción de envases y embalajes en un tiempo determinado, incluyéndolas en el mismo Decreto N° 12; el segundo, exigir a los comercializadores la implementación de modelos de reúso en los puntos de venta; y tercero, “la eliminación de barreras regulatorias injustificadas que no permiten la reutilización de envases como en productos cosméticos o alimentos para mascotas”.
En el resumen ejecutivo del informe de Algramo, Oceana y ANIR se señala el impacto que podrían tener estas medidas: “Un ejercicio desarrollado a partir de la propuesta regulatoria antes descrita muestra el relevante impacto de implementar una política de metas para productores de reducción de envases introducidos en el mercado en Chile. En particular, se consideraron metas para los productores que les exijan reducir un 2% y un 5% las toneladas de envases y embalajes domiciliarios introducidos al mercado en los años 2027 y el 2032, respectivamente, respecto al año 2022. Los resultados indican que, con los valores usados en el ejercicio, la política generaría una reducción de 2.910.962 toneladas de envases introducidos en el mercado en un horizonte de 10 años”.
“La reutilización es una acción muy positiva y, desde el Ministerio del Medio Ambiente estudiaremos las propuestas que se realizan, siempre con el objetivo de contar con la mejor regulación para el país”.
Sobre la participación de los comercializadores, el documento indica que a través de una normativa se “debería traducir en la exigencia de que un determinado porcentaje de la superficie de venta deba destinarse a cualquiera de los esquemas de reúso. Esta obligación se exigiría para todos los comercios que superen una superficie determinada y que vendan los productos de las categorías de envases domiciliarios más relevantes (alimentos y bebidas, higiene personal y aseo del hogar)”.
Finalmente, entre las barreras regulatorias se mencionan -entre otras- “los decretos N°239/2002 y 997/1996, ambos del Ministerio de Salud, y el decreto N°4/2016, del Ministerio de Agricultura (relativos a cosméticos, alimentos y alimento de mascotas, respectivamente), que contienen restricciones a la venta a granel”.
Consultado sobre la disposición que observa en productores, comercializadores y consumidores para avanzar en la reutilización de envases, José Manuel Moller comenta que, en el caso de las personas que compran, “hemos demostrado desde Algramo que están preparados y nos piden más productos y más lugares, entonces, desde el lado de los consumidores, hay una disposición inmediata y de acelerar”.
Y por parte de los productores y comercializadores, el fundador de Algramo dice que “creo que hay interés, pero hoy día no hay una ambición, no hay una meta. Falta tener un objetivo claro, en cuanto a volumen. Hay cosas exploratorias, hay buenas intenciones de pilotos, pero aún no hay una definición de escalar”.
Oceana, en tanto, destaca que para abordar esos aspectos, el estudio que realizaron con ANIR y Algramo “toma distintas experiencias de sistemas de reutilización que se han implementado en otros países, detectando las dificultades, aciertos y formas de superar los obstáculos, así como experiencias de las cuales podemos aprender y así poner en marcha una regulación que permita combatir los desechos de un solo uso”.
Con optimismo, la organización conservacionista agrega que en el mercado nacional se puede ver un creciente interés, tanto de productores como de consumidores, de avanzar hacia alternativas reutilizables que permitan disminuir la generación de desechos de un solo uso. “Es precisamente este interés el que debemos aprovechar e impulsar políticas que permitan reducir los plásticos de un solo uso, sobre todo considerando que el último reporte sobre contaminación mundial por plásticos publicado en 2022 por la OCDE, señala que el uso de plásticos podría triplicarse, pasando de un ritmo de fabricación anual de 460 millones de toneladas, a una producción global de 1.231 millones de toneladas anuales en 2060, mientras que la fuga de plásticos al medio ambiente se duplicaría pasando de cerca de 22 millones de toneladas anuales a 44 millones de toneladas para 2060”.
“Todo lo que implique cambiar hábitos toma años, pero puede acelerarse si la política pública facilita que ocurran esos cambios”.