Trekking con sentido: las alternativas de senderismo responsable en la zona central de Chile
Lejos de la línea de los grandes tour operadores, los coordinadores de estos proyectos en las regiones Metropolitana, de Valparaíso y de O’Higgins organizan rutas abiertas a un amplio espectro de público, con distintos tipos de dificultad, al alcance del bolsillo, cerca de los grandes centros urbanos y con un enfoque educativo, comunitario y medioambiental. Apuestan por que el recorrido no implique solamente “subir cerros”, sino ofrecer una experiencia sensorial, al aire libre, con absoluto respeto a la naturaleza.
Quienes viven en la zona central de Chile y aún esperan sus anheladas vacaciones hacia rincones más remotos del país en este verano, tienen a mano varias alternativas para recorrer el entorno que los circunda. Y no se trata de grandes tour operadores, sino de proyectos personales o emprendimientos que ofrecen distintos tipos de trekkings guiados, a un precio muy accesible, cerca de los centros urbanos y, lo más importante, con un sello medioambiental y comunitario muy potente.
El objetivo es que asistir a los recorridos no sea solamente “subir cerros”, sino “vivir una experiencia” sensorial, al aire libre y en comunión con la naturaleza. Cada una de estas iniciativas aboga por la educación y concientización ambiental mientras se realizan los recorridos, aptos para un amplio espectro de público y con distintos tipos de dificultad. Tienen la virtud, además, de ofrecer rutas por lugares escasamente explorados o de difícil acceso. En País Circular escogimos cuatro proyectos que se desarrollan en las regiones Metropolitana, de Valparaíso y de O’Higgins, y que apuestan por un senderismo responsable, consciente y con vocación de comunidad. Sufrieron con la pandemia, pero hoy están de vuelta, retomando paulatinamente las salidas a terreno.
Trekkonscientes: conciencia ecológica por toda la región de Valparaíso
“Los invito a cerrar los ojos y escuchar el sonido de las hojas de la palma chilena”, dice Carlos González Miranda, fundador de Trekkonscientes, durante una pausa en el recorrido por el Palmar El Salto de Viña del Mar, el segundo palmar más grande de Chile y del mundo. Incluso el guía se aparta del grupo para regañar cortésmente a un grupo de visitantes que horadan el silencio solicitado. El batir de las hojas de esta especie endémica chilena tiene una musicalidad propia del canto del agua, y resulta toda una delicia sensorial para el grupo que acompaña la ruta por este Santuario de la Naturaleza que, contradictoriamente, no cuenta con infraestructura, guardaparques ni protección.
Poco antes, su compañero de equipo Jorge Marín había advertido que tanto el inicio como el cierre de la ruta está poblado por vegetación exótica, y que el terreno sufría una degradación profunda, producto de la presión industrial e inmobiliaria, además de la feroz sequía. “En los últimos dos inviernos ni siquiera hemos visto correr agua por acá”, dice Marín, con resignación.
De esas y otras experiencias se nutren los recorridos habituales que organizan González y Marín, los jóvenes detrás de Trekkonscientes. Esta iniciativa nació hace cuatro años, justamente con un recorrido por la quebrada El Quiteño, la que cuenta con mayor cantidad de ejemplares de palma chilena dentro del Palmar El Salto.
“Desde el inicio abogábamos por la protección y el cuidado de la flora y fauna, y es lo que tratamos de contar en nuestras rutas: no se puede cuidar un boldo si no lo conocemos. Si no lo conoces, son todos árboles, y si lo conoces, te empapas de las problemáticas ambientales, del cambio climático, de la degradación del terreno, de la resiliencia. Todo eso se aprende y qué mejor que enseñarlo caminando”, explica Carlos González, quien es autor de dos libros de cuentos “atingentes, emancipadores y con identidad, inspirados en nuestra flora y fauna, en nuestros pueblos originarios y en la historia popular”, según dice el encabezado de su cuenta de Instagram.
Trekkonscientes realiza periódicamente rutas por varios puntos de la Región de Valparaíso, de norte a sur, y lo hace por una tarifa fija de costo muy accesible o a cambio de un aporte voluntario, dependiendo de la duración y distancia del trayecto. Dentro de los recorridos que han impulsado dentro de la región destacan los Acantilados Federico Santa María, entre Valparaíso y Laguna Verde; el mismo Palmar El Salto; el Humedal de Mantagua, el Bioparque Puquén de Los Molles y los cerros del norte y sur de Quilpué. Pero también algunos puntos más desconocidos como el Bellotal de Puchuncaví.
Comúnmente Trekkonscientes inicia los recorridos en Valparaíso en un punto a convenir para luego partir en transporte hacia los destinos. Casi siempre el grupo que los secunda es de 16 personas, lo que ayuda de algún modo a transmitir el mensaje ecologista, que implica también develar los conflictos ambientales que alteran los ecosistemas de los espacios que se visitan.
“Hablar de las problemáticas ambientales y de los lugares que visitamos no son separables. Nos encantaría hablar solo de las especies que habitan en estos parques, pero es inevitable hablar del crecimiento inmobiliario, de cómo dañan los ecosistemas”, agrega González, natural del sector viñamarino de Forestal, para quien es relevante “observar mucho y contrastar con textos y papers científicos, para darle más sustancia al recorrido consciente”.
En estos momentos Trekkonscientes está buscando financiamiento para poder hacer las actividades de forma gratuita. En sus redes sociales publican las próximas salidas, no solo durante esta época estival, sino durante todo el año.
Facebook: https://www.facebook.com/trekkonscientes
Instagram: https://www.instagram.com/trekkonscientes
“Hablar de las problemáticas ambientales y de los lugares que visitamos no son separables. Nos encantaría hablar solo de las especies que habitan en estos parques, pero es inevitable hablar del crecimiento inmobiliario, de cómo dañan los ecosistemas”.
Ecoliderazgo: de Quilpué para toda la región
La luna llena se asoma en el horizonte antes del anochecer. Mientras tanto, el grupo acotado de visitantes que sube el cerro El Molle de Quilpué, en un recorrido vespertino, espera la puesta de sol en una espléndida panorámica que abarca desde Valparaíso hasta Quintero. Cuando llega la noche, entonces el público se acerca a la cumbre del cerro para apreciar la esfera blanca y redonda que coquetamente se deja ver entre las sinuosidades de la Cordillera de la Costa. La posterior bajada será a oscuras, con las máximas precauciones y linterna en mano.
La ruta de luna llena por El Molle forma parte de los recorridos encabezados por Ecoliderazgo, el proyecto personal de Vladimir Pastén, santiaguino de origen, pero quilpueíno por adopción. Su iniciativa nació precisamente en Quilpué, a principios de 2019, después de hacer salidas y cursos de liderazgo al aire libre en la capital chilena.
“Empecé a buscar rutas cercanas a Quilpué. Yo conocía un par de lugares emblemáticos: el Parque Nacional La Campana, el cerro Mauco. Otros los fui descubriendo. Me llamó la atención el poco conocimiento de lugares cercanos a los centros urbanos, y que tienen un enorme potencial turístico, histórico, natural y patrimonial. Por ejemplo, el Salto del Agua en Placilla y el Tranque de la Luz en Curauma. Son sectores donde se vivió la Guerra Civil de 1891. También están Peñuelas, los cerros de Quilpué y otros. La idea es poner en valor todo el patrimonio natural alrededor del Gran Valparaíso”, cuenta Pastén.
Acogido al programa “No deje rastro”, que busca minimizar la huella de los trekkings y recorridos al aire libre, Ecoliderazgo partió haciendo rutas que se iniciaban en El Molle, continuaban por la Quebrada del Belloto y salían por la Cueva del Brujo, en Quilpué. “Siempre inculcamos que no tenemos que dejar huella en los recorridos, que no tenemos que dañar a la naturaleza y ofrecemos una experiencia en comunión con el entorno”, agrega el fundador de Ecoliderazgo, que recorre buena porción de la Región de Valparaíso, pero también incluye algunas rutas en la Región Metropolitana.
En el espíritu de Ecoliderazgo siempre descansa la idea de formar comunidad, es decir, que los visitantes se conozcan y hasta integren un grupo de Whatsapp para participar de futuras actividades. Allí se comparten las fotos de los tours, como el del pasado domingo de enero cuando hicieron el sendero “Tres cumbres” de Quilpué, pasando por los cerros El Molle, El Boldito y Torquemada (también conocido como el cerro del “árbol huacho”).
“No es la idea armar una salida, que venga una persona y se olvide de nosotros. Nos gusta juntar a los grupos; por lo mismo, la idea es que no sean tan numerosos, máximo 18 personas. Lo importante es que se lleven una experiencia que los enriquezca”, agrega Pastén, para quien es importante ofrecer estos recorridos a un precio accesible para toda la gente. En las redes sociales de Ecoliderazgo se dan a conocer las próximas salidas. Además, se hacen cursos y talleres de vida al aire libre.
Facebook: https://www.facebook.com/EcoLiderazgo-700892840375654
Instagram: https://www.instagram.com/ecoliderazgo/
“Empecé a buscar rutas cercanas a Quilpué. Yo conocía un par de lugares emblemáticos: el Parque Nacional La Campana, el cerro Mauco. Otros los fui descubriendo. Me llamó la atención el poco conocimiento de lugares cercanos a los centros urbanos, y que tienen un enorme potencial turístico, histórico, natural y patrimonial”.
DeTrekking: del Manquehuito al Cajón del Maipo
Nacido en 2013, DeTrekking entrega distintos tipos de recorridos, principalmente por la precordillera de la Región Metropolitana y también por los cerros clásicos de Santiago. Su fundador Cristóbal Muñoz decidió apostar por un proyecto independiente tras participar de algunos clubes de trekking. Pero la decisión definitiva para entregar un servicio más profesional fue gatillada a raíz de su ingreso a trabajar en la Fundación Senderos de Chile.
“Ahí entendí mucho mejor que no se trataba solo de subir un cerro, sino de facilitar experiencias al aire libre”, asegura Muñoz, cuyo proyecto también está acogido al programa “No deje rastros” en aras de minimizar el impacto que generan las visitas a los espacios naturales.
Muñoz asegura que, paso a paso, han ido incorporando el tema educativo en cada una de las caminatas: “Les decimos por qué es importante no botar una cáscara de naranja en el cerro, por qué es bueno bajar la basura, por qué no es bueno llevar mascotas ni escuchar música”.
El creador de DeTrekking apela a que durante el mes haya salidas para distintos tipos de público, según dificultad del camino. Entre los destinos más frecuentes se anotan el Parque Mahuida, el Parque Aguas de Ramón, San Carlos de Apoquindo y el Bosque Panul, pero también asisten a sectores más anónimos como el Valle Las Arenas y el sector del Refugio Plantat, en el Cajón del Maipo; y el Parque Aguas de Ramón y el Bosque Panul.
Lentamente DeTrekking ha ido retomando el ritmo de salidas que tenían antes del inicio de la pandemia. En el presente enero de 2022, sin ir más lejos, cuentan ya con cinco salidas programadas de fin de semana. Pero también organizan rutas a mitad de semana, como para después de la jornada laboral, dentro de Santiago, como por ejemplo un recorrido al atardecer por el cerro Manquehuito. También realizan cursos de trekking y otras actividades paralelas.
El valor de las caminatas también es apto para todos los bolsillos, aunque, en principio, a Muñoz le complicó cobrar. Sin embargo, el gestor comenzó a pedir un precio justo para comenzar a “profesionalizar la actividad y contar con un pago para los guías que nos acompañan”. Cada ruta de DeTrekking está disponible en sus redes sociales.
Facebook: https://www.facebook.com/DeTrekking
Instagram: https://www.instagram.com/detrekking/
“En las rutas les decimos por qué es importante no botar una cáscara de naranja en el cerro, por qué es bueno bajar la basura, por qué no es bueno llevar mascotas ni escuchar música”.
Trekking Rancagua: hacia los lugares desconocidos de la región
A Sebastián Loayza, fundador de Trekking Rancagua, le importa que su emprendimiento se decante por el turismo local. Es decir, que los habitantes de la región de O’Higgins sepan apreciar el riquísimo patrimonio natural que los rodea, a través de recorridos conscientes y responsables ambientalmente por algunos sectores desconocidos dentro de la zona.
“Hay muchos lugares lindos de la región que no se conocen. Pero que no se conozcan, no implica que no existan. Empezamos haciendo el 2010 este tipo de turismo, alejándonos del tema de las agencias de turismo que llevan a lo clásico. Nosotros, en cambio, queremos ofrecer una alternativa a personas de la propia región que no tienen el tiempo ni la plata para vacacionar en el sur o el norte de Chile, y que pueden asistir a lugares cercanos y accesibles dentro de la zona”, describe Loayza.
Siempre con el punto de partida en Rancagua, este proyecto fue pionero en propiciar rutas hacia sectores otrora anónimos, pero que hoy ya tienen cierta visibilidad, como Tres Chorrillos, en Rengo; La Leonera, en Codegua; y la Laguna del Encanto, en San Fernando. “Empezamos a hacerlos más populares y con ello impactar al comercio local de las comunas. Nos alegra que ahora sean más conocidos”, dice el emprendedor, que empezó cobrando 3 mil pesos a efectos de promover un turismo más inclusivo.
Los precios siguen siendo sumamente módicos en Trekking Rancagua, muy a pesar de la pandemia que los obligó a suspender los recorridos. Volvieron en octubre de 2021 y desde el vigente enero cobraron nueva fuerza, no solo para circular por O’Higgins, sino también por algunas regiones aledañas una vez al mes.
“Siempre hemos abogado por un turismo inclusivo. Nuestros tours son para personas entre 8 y 50 años, y enfocado a gente que haya hecho algún tipo de deporte en su vida, con alguna práctica de actividad física”, agrega Loayza, cuyo proyecto también se dirige a la Reserva Nacional Río Los Cipreses, en Coya; la Laguna El Inca, en San Vicente de Tagua-Tagua; y Los Maquis, en Pelequén.
Por cierto, la protección ambiental está en el centro de las prioridades de Trekking Rancagua en sus circuitos. “Trabajamos con la filosofía de no dejar huella, de tener impacto cero, de llevarse no solo la basura propia, sino la que otros dejan. Nos preocupamos de explicar la erosión que provocamos, de no dejar cualquier alimento en el camino porque algún animalito se puede enfermar. Es importante educar, porque una cáscara de plátano puede ser abono pero también suciedad si está en el medio del camino. A los niños les inculcamos esa mirada”, cierra Loayza. Los recorridos de Trekking Rancagua están disponibles en sus redes sociales.
Facebook: https://www.facebook.com/trekking.rancagua
Instagram: https://www.instagram.com/trekkingrancagua/
“Hay muchos lugares lindos de la región de O’Higgins que no se conocen. Pero que no se conozcan, no implica que no existan. Empezamos haciendo el 2010 este tipo de turismo, alejándonos del tema de las agencias de turismo que llevan a lo clásico”.