Con el objetivo de dialogar en torno a una producción alimentaria más sostenible, Nestlé Chile realizó en su fábrica Cancura, ubicada en Osorno, el encuentro “Transitando hacia un modelo agroalimentario regenerativo”, instancia en la que la compañía junto al Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), la Universidad Austral de Chile y productores de leche fresca de la zona, dieron a conocer los avances del trabajo colaborativo que vienen desarrollando en torno a este innovador modelo alimentario.

La instancia contó con las exposiciones de Enrique Vega, Gerente de Estrategia y Política Lechera de Nestlé Chile; Francisco Salazar, Investigador INIA-Remehue; Máximo Alonso, director del Instituto de producción animal de la Universidad Austral de Chile; y Mauricio Martínez dueño del Fundo “La Chacra”, quien habló sobre su experiencia en el proyecto de convertirse en una de las primeras lecherías carbono neutro de Chile.

A través de las charlas técnicas, los asistentes, entre los que destacan la directora regional de INIA Los Lagos, Natalia Urrutia; el alcalde de Llanquihue, Víctor Angulo; y el administrador de la Municipalidad de Osorno, Claudio Villanueva; pudieron conocer y aprender sobre este nuevo enfoque agroalimentario, el cual busca renovar y restaurar el medioambiente, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los agricultores y, a su vez, producir alimentos cada vez más sostenibles para la población.

Andrés Eyzaguirre, Director de Asuntos Corporativos y Legales de Nestlé Chile, explicó que, “Hemos impulsado un plan global para apoyar y acelerar la transición hacia un sistema alimentario regenerativo, para lo cual estamos trabajando con todos nuestros socios, incluida nuestra red de agricultores y proveedores en los más de 180 países donde operamos, con una inversión aproximada de 1.300 millones de dólares. Este compromiso busca generar un cambio amplio y profundo en la manera en la que producimos para ayudar a restaurar los ecosistemas, porque sabemos que la agricultura regenerativa desempeña un papel fundamental en la mejora de la salud del suelo, la restauración de los ciclos del agua y el aumento de la biodiversidad a largo plazo”.

Respecto del trabajo que Nestlé está impulsando en Chile, Enrique Vega, destacó que “en la actualidad, tenemos 8 proyectos de investigación con prestigiosos centros como el INIA y la Universidad Austral, focalizados en mejorar los rendimientos para cubrir las necesidades de alimento de la población, reducir costos de producción y las emisiones de gases de efecto invernadero, así como aumentar el secuestro de carbono y mejorar la salud y fertilidad del suelo. En total, más de 200 productores de leche ya han comenzado una transición hacia la agricultura regenerativa junto a Nestlé, uniendo más de 18.000 hectáreas de praderas y cultivos suplementarios donde se producen cerca de 120 millones de litros de leche, por lo cual esperamos para este año una reducción de más de 18 mil toneladas de CO2”. Asimismo, enfatizó en que “este proceso requiere de un acompañamiento porque es el agricultor el que asume los riesgos de incorporar nuevas tecnologías, por lo tanto, es importante el cofinanciamiento de proyectos de investigación y fondos concursables Nestlé en temas como manejo de purines, uso de biofertilizantes y reducción de emisiones”.

Por su parte, Natalia Urrutia, directora regional de INIA Los Lagos, señaló que “Tenemos un desafío de reducir la huella de carbono y reducir la producción de Gases Efecto Invernadero (GEI), y en ese sentido, es ejemplar que una industria tan grande como Nestlé esté enfocándose en incentivar a los productores en esta vía. Se beneficia el planeta, al productor y la industria de alguna forma está contribuyendo a este desarrollo sostenible del sector ganadero, sobre todo en esta zona sur de Chile donde producimos más del 70% de la producción de leche nacional”.

Durante la actividad se realizó una visita al Fundo “Los Esteros” del productor Christian Haase para conocer en terreno la aplicación de prácticas regenerativas y los resultados que ya se están percibiendo. Al respecto, comentó que “hemos incluido la utilización de bio fertilizantes y productos biológicos para el control de plagas, los cuales permiten además bajar los costos de producción. Por ejemplo, 25 hectáreas de cultivo suplementario de achicoria que cumplieron su ciclo se regeneraron con ballica, sin alterar la estructura del suelo por medio de siembra directa, práctica que no produce liberación de carbono a la atmósfera”, aseguró, añadiendo que “el sistema de agricultura regenerativa requiere un periodo de acostumbramiento, tenemos que ir aprendiendo porque es algo nuevo para nosotros, pero que va a tener un buen pronóstico”.