María Angélica Fellenberg, primera decana de la Facultad de Agronomía y Sistemas Naturales de la UC: “No concibo la investigación si no es conectada con el medio”
En casi 120 años de historia, la facultad de la Universidad Católica que alberga a las carreras de Agronomía, Ingeniería Forestal e Ingeniería en Recursos Naturales nunca había sido dirigida por una mujer. En octubre de este año, María Angélica Fellenberg, académica del Departamento de Ciencias Animales, llegó al decanato a hacer historia. La investigadora asumió el cargo con desafíos claros: más vinculación con el medio, formación crítica de los alumnos UC y asumir nuevas responsabilidades en materias de liderazgo.
Presentarse como candidata al Decanato de la Facultad de Agronomía y Sistemas Naturales (FASN) fue una decisión que se tomó en serio María Angélica Fellenberg (52). Gran parte de su vida ha estado ligada a la Universidad Católica, habiendo estudiado agronomía, realizado su doctorado y enseñando en sus aulas. Con todo este trasfondo, su candidatura podía parecer obvia pero, luego que recibió la propuesta desde un comité de la UC, decidió tomarse un fin de semana para evaluarlo.
“No contesté de forma inmediata, lo pensé mucho, hasta que dije ‘¿por qué no?’ Ahí comenzó esta cosa media vorágine: yo pensaba que iba a presentar mi propuesta ante el pleno de la Facultad solamente, pero me empezaron a llamar los departamentos para conocer mi visión, mi mirada; lo que era muy lógico. Primero sentía que seguía con mi carrera académica muy normal, pero cuando comenzaron todas estas conversaciones empecé a tomarle el peso”, explica.
La Facultad que alberga las carreras de Agronomía, Ingeniería Forestal e Ingeniería en Recursos Naturales, tiene una historia de casi 120 años, y durante todo ese tiempo siempre fue liderada por hombres. La llegada de María Angélica Fellenberg no solo ha sido celebrada por sus colegas y por otras mujeres que han comenzado a ocupar puestos directivos en la UC, sino que también por las alumnas de la FASN.
“Me di cuenta del significado de liderar la Facultad como mujer cuando una alumna me paró en un pasillo, me dio un abrazo y súper emocionada me dio las gracias. Me dijo ‘profe, es que está haciendo historia, usted no dimensiona lo que significa esto para nosotras’. Te prometo que para mi eso fue súper impactante”, relata la decana.
Si bien siempre ha sido consciente de que se mueve en un rubro donde predomina la presencia masculina, María Angélica Fellenberg nunca se sintió marginada. “Mi primer trabajo fue en la lechería de Pirque, del fundo de la Universidad, y era la única mujer. Me relacionaba con trabajadores agrícolas y gerentes, con puros hombres. Me he acostumbrado mucho a eso, pero tras el saludo de esta alumna, y también con otras mujeres que me reafirmaron lo mismo, fui aterrizando más este desafío”, detalla.
De hecho, cuenta como anécdota que, durante un evento en el marco del Día Internacional de la Mujer, junto a otras académicas de la Facultad la invitaron a contar qué referentes mujeres tenían cuando eran estudiantes y, para su asombro, no fue capaz de recordar ninguna. “En ese tiempo estaba la profesora Gloria Montenegro, pero era de otra facultad y quedé muy impactada porque en realidad no había mujeres”, agrega la académica del Departamento de Ciencias Animales de la UC, quien en octubre asumió como decana por un periodo de cuatro años.
La decana relata que, en términos de formación, el ingreso a las carreras de la FASN es bastante parejo en términos de género. Cuando ella ingresó, aproximadamente el 30% correspondía a mujeres. A juicio de Fellenberg, el desafío de abrir nuevos espacios a las mujeres no pasa por formar más profesionales, sino en cómo ayudarlas a posicionarse en su vida profesional.
“Hay estudios y diagnósticos que se han hecho al respecto, que nos dicen que las mujeres quedan relegadas a ciertos cargos o a actividades más comerciales, no tan técnicas. Una investigación que hicimos con un FONDEDOC (Fondo para la Mejora y la Innovación en la Docencia UC) tenía justamente como objetivo tratar de visibilizar que podemos estar en toda la gama, es decir, no solamente en ciertos espacios. Creo que con este cargo puedo aportar desde esta tribuna, que nosotras estamos preparadas para aceptar cualquier desafío”, destaca.
“Si queremos tener éxito frente a estos cambios [crisis climática], tenemos que ser capaces de adaptarnos. Creo que ahí nuestros egresados pueden jugar un rol fundamental, porque tienen las herramientas para generar adaptación. Y no solo nuestros egresados, sino también nuestros académicos que, junto al trabajo que realizan con docentes de otras unidades, pueden avanzar en ver cómo nos adaptamos”.
Desafíos formativos
La formación de jóvenes profesionales siempre ha sido un desafío, pero cuando estamos día a día conviviendo con los efectos de la crisis climática, carreras como las que aloja la FASN tienen una mayor presión por estar a la altura de lo que implican estos cambios. Al respecto, la decana Fellenberg explica que siempre ha sido muy crítica con el tema, porque a su juicio mayormente se han centrado los esfuerzos en buscar culpables y no soluciones.
“Si queremos tener éxito frente a estos cambios, tenemos que ser capaces de adaptarnos. Creo que ahí nuestros egresados pueden jugar un rol fundamental, porque tienen las herramientas para generar adaptación. Y no solo nuestros egresados, sino que también nuestros académicos que, junto al trabajo que realizan con docentes de otras unidades, pueden avanzar en ver cómo nos adaptamos. Porque estos son problemas globales que requieren miradas interdisciplinarias”, indica.
Además de la formación académica, María Angélica Fellenberg destaca la importancia de crear vínculos entre diferentes instituciones para que los cambios sean efectivos: “a nivel muy personal, yo no concibo la investigación si no es conectada con el medio. La investigación básica es absolutamente necesaria, pero debemos tener estas investigaciones que están vinculadas con la sociedad, por eso, grupos de investigación que involucren sector público, sector privado y academia, son fundamentales”.
“Me di cuenta del significado de liderar la Facultad como mujer cuando una alumna me paró en un pasillo, me dio un abrazo y súper emocionada me dio las gracias. Me dijo ‘profe, es que está haciendo historia, usted no dimensiona lo que significa esto para nosotras’. Te prometo que para mi eso fue súper impactante”.
Desarrollo sostenible
La flamante decana de la FASN entró a estudiar agronomía el año 1989. En esos años, recuerda, un profesor expuso en una clase cómo las quemas agrícolas -que aún eran una forma común de preparar los suelos para próximas cosechas- no eran un método óptimo y por qué eran un problema.
“Las quemas agrícolas aún son una práctica común, han disminuido, pero siguen siendo utilizadas. Cuando tú quemas, estás provocando dos externalidades negativas: por una parte, estás quemando dinero, porque toda esa materia orgánica podrías utilizarla para incorporarla al suelo y mejorarlo. Por otra, estás generando contaminación. En esa época ese planteamiento era como obvio cuando se estaba estudiando, pero para las generaciones antiguas de agricultores no era tan obvio. Lo mismo pasa ahora, con otros temas”, explica.
Una de las clases que realiza Fellenberg está relacionada con las buenas prácticas, por ende, es un tema en el que habla con propiedad, ya que sus investigaciones en innovación han sido fundamentales en ese sentido. Por casi una década ha participado del Consorcio de Ingredientes Funcionales y Aditivos Naturales (IFAN), un programa público-privado apoyado por CORFO, que busca desarrollar nuevos ingredientes alimentarios sobre la base de materias primas chilenas.
En esa línea, dentro de la industria lechera, el suero lácteo es un subproducto que es muy común, compuesto en un 95% por agua. Históricamente, este subproducto era desechado, hasta que se alertó sobre lo contaminante que resultaba. De ahí comenzaron investigaciones para poder aprovechar este producto y revalorizarlo, de donde surgen, por ejemplo, los batidos para deportistas.
“En nuestra investigación tomamos las proteínas de ese suero y las hidrolizamos con ciertas enzimas. Cuando la proteína la vas cortando, obtienes péptidos, que son cadenas de aminoácidos más cortas. Al hacer este proceso obtuvimos péptidos que tienen función antihipertensiva, es decir, sirven para bajar la presión arterial. Nuestro objetivo, más que bajar la presión arterial, es prevenir la hipertensión arterial, agregando este ingrediente en distintos alimentos. Este es un ejemplo de cómo vamos revalorizando subproductos de otros procesos. Tenemos que pensar que todo lo que se obtiene en un proceso debemos analizar cómo lo seguimos utilizando. Ahí es donde podemos generar adaptabilidad y prácticas sostenibles”, explica la decana de la FASN.