Jóvenes protagonistas por la acción climática: la mirada de tres activistas latinoamericanas
Janeth Ugalde (23), Paloma Costa (30) y Francisca Quevedo Castro (27), de México, Brasil y Chile, respectivamente, coinciden en la necesidad de aumentar la participación y la incidencia de las juventudes en las decisiones que afectan al medio ambiente, más aún cuando la crisis climática ha llevado al planeta a la era de la ebullición global. Las tres activistas, que participaron en las actividades de cierre de la Tercera Conferencia Nacional de la Juventud de Chile sobre el Cambio Climático (LCOY3 Chile), insisten en que no se le ha otorgado la urgencia necesaria al problema y que se debe escuchar tanto las exigencias como las propuestas de las personas jóvenes, otorgando un rol importante a aquellas de los pueblos originarios y también a la infancia.
“Las juventudes necesitamos estar en los espacios donde se toman las decisiones, tomando las decisiones, negociando, no solamente como espectadores o en un pabellón”. Así de tajante es Francisca Quevedo Castro (27), co-coordinadora del equipo encargado de la ‘Declaración Nacional de la Juventud sobre Cambio Climático en Chile 2023’, un documento que contiene desafíos, demandas y también propuestas para hacer frente a la crisis climática, a la contaminación y al desequilibrio ecosistémico.
La Declaración, que fue entregada a las autoridades hace una semana en Concepción, es el resultado de un trabajo realizado por más de 400 jóvenes durante varios meses a lo largo del país y que culminó con un encuentro de cuatro días en la capital de la región del Biobío, en el marco de la Tercera Conferencia Nacional de la Juventud de Chile sobre el Cambio Climático (Local Conference of Youth- LCOY3 Chile).
El documento, que también aborda temáticas como el acceso al agua, la educación ambiental, participación de las juventudes en la toma de decisiones, salud, pobreza energética, planificación, urbanización y biodiversidad, entre otras, está pensado con varios objetivos. Por una parte, para que sea una herramienta para la acción climática en los territorios del país y, por otra, como la postura de las juventudes chilenas ante la COP28, que se desarrollará desde el 30 de noviembre en Emiratos Árabes Unidos. Previamente, la Declaración de LCOY3 Chile será presentada en la Conferencia Regional (RCOY), en octubre en Colombia, donde se consolidará una postura de las juventudes latinoamericanas para ser presentada en la mencionada COP.
En el evento realizado en el Gran Concepción, al que llegaron decenas de jóvenes -de entre 15 y 35 años- desde todo el país, también hubo participación de infancias desde los 6 años -con dinámicas especiales-, y contó con la presencia de activistas internacionales. Entre estas últimas destacan dos jóvenes lideresas invitadas con el apoyo de la delegación de la Unión Europea en Chile, a través de su programa Euroclima: Janeth Ugalde (23), de México, quien es coordinadora de Operaciones en el Grupo de Financiamiento Climático para Latinoamérica y el Caribe (GFLAC), tiene formación en Derecho y ha participado en instancias de Derechos Humanos en su país; y Paloma Costa (30), de Brasil, activista climática, abogada y consejera del Grupo Consultivo Juvenil sobre Cambio Climático del Secretario General de la ONU, conocida por la defensa de los derechos socioambientales y de la inclusión significativa de la juventud en la toma de decisiones.
Para conocer más sobre la mirada de las juventudes latinoamericanas en relación a la crisis climática, País Circular conversó con ambas activistas y con la co-coordinadora del equipo de Declaración de la LCOY3 Chile, Francisca Quevedo, quien es profesora de Historia y Geografía titulada en la Universidad de Concepción, magister en Ciencias Regionales y estudiante de doctorado en Gobernanza Climática en el Karlsruhe Institute of Technology (KIT) de Alemania.
“Tan solo en la región de Latinoamérica estamos viendo que son 10 veces más los flujos de financiamiento a inversiones de economía extractivista, que de economía de desarrollo sustentable. Nuestra región es muy mega-diversa como para que estemos basando nuestra economía en proyectos extractivistas, en combustibles fósiles”.
-¿Cuáles son los temas que más preocupan a la juventud en materia de medio ambiente y sostenibilidad?
Francisca: Los énfasis están principalmente en la fiscalización, también en los problemas de salud relacionados, por ejemplo, con la contaminación; hay interés por la gobernanza existente y las posibilidades de mejora, donde la participación y los espacios que tienen los jóvenes es algo muy relevante.
Por otra parte, se le otorga gran relevancia a la integración; por ejemplo, este año estamos trabajando en conjunto con pueblos indígenas y niñeces, es decir, hay una conjunción de ideas y creemos que es muy importante poder mostrar al país lo que están haciendo estos diferentes grupos. En el caso de los pueblos indígenas, es importante señalar que para su participación en la Declaración crearon su propia metodología; ellos trabajan el conocimiento de otra forma, desde otra episteme, y eso hace que levanten ciertas inquietudes que los jóvenes no indígenas no levantamos, como la medicina ancestral, por ejemplo.
Janeth: Muchas infancias se acercaron mencionando la inquietud por proyectos extractivistas en sus comunidades; creo que eso es algo que se está dando mucho en nuestra región latinoamericana. En México -como sabrán- tenemos el impacto ambiental del Tren Maya, donde muchas comunidades no fueron consultadas, y así pasa en muchas otras partes; también ocurre, por ejemplo, con ganaderías porcinas en la Península de Yucatán, donde contaminan sus lagos, el mar y los cenotes; y las poblaciones no son consultadas, no son escuchadas, están siendo vulnerados sus derechos (…) México suscribió al Acuerdo de Escazú, un importante instrumento internacional en materia de derechos humanos, de participación de pueblos indígenas y acceso a la información, pero no lo estamos viendo reflejado, necesitamos empezar a implementarlo, eso es sumamente importante.
Paloma: Me encantó ver acá en la declaratoria de Chile que hubo participación de los pueblos originarios; eso es algo que también allá en Brasil estamos avanzando, involucrando a los afrodescendientes y las comunidad tradicionales en esta construcción colectiva donde no pueden estar apartados (…) Es fundamental incluirlos porque esos grupos originarios de los territorios terrestres, oceánicos, de la Amazonía, de toda esta costa oceánica, las islas, son los grupos que verdaderamente están sosteniendo estos territorios, entonces no incluirlos significa traer una visión de afuera y apartada de la tierra y del territorio.
-¿Creen que esos temas se condicen con los que están abordando los gobiernos?
Francisca: La verdad es que todavía queda mucho espacio de mejora, por decirlo de alguna manera. Creemos que se están haciendo muchas políticas públicas, pero están en procesos de implementación y ahí es donde queremos poner énfasis, en la participación de las juventudes dentro de esto. Por otra parte, vemos que dar o no prioridad a estos temas depende mucho de la región y de la voluntad política de las autoridades del momento, y no debería ser así. Debería ser una política transversal de todos los gobiernos regionales y municipalidades de Chile.
Paloma: En mi país recién tuvimos un presidente [Jair Bolsonaro] que negaba el cambio climático y la evidencia científica. Creo que cuando tratamos del colapso climático, del medio ambiente, de derechos humanos, no puede estar en debate, sino que hay que basarse en los datos, la ciencia, el conocimiento tradicional.
-¿Qué expectativas tienen de la COP28; qué les parece que se realice en Emiratos Árabes Unidos?
Francisca: Creo que necesitamos más ambición climática, no es suficiente lo que se está haciendo. Efectivamente hay muchos planes, pero la implementación es aún deficiente en los territorios, en las localidades, y también en cuanto a la participación de los jóvenes. Queremos más incidencia y, si bien Chile está abriendo espacio para que los jóvenes participen, podría ser más, podría ser más ambicioso.
A modo de ejemplo, necesitamos financiamiento para poder hacer estas conferencias y poder levantar las voces de la juventud; hemos autogestionado, pero necesitamos financiamiento establecido y estable para poder accionar, porque somos voluntarios no pagos, que tenemos trabajo y tenemos una vida, estudios, quizá nos autoexigimos porque es algo que nos motiva, pero requerimos un apoyo más estable en todas estas iniciativas y para poder llegar a los espacios de toma de decisión. Ahora estamos gestionando para tratar de ir, por ejemplo, a Emiratos a la COP28, o a Colombia, a la RCOY. Necesitamos estar en los espacios donde se toman las decisiones tomando las decisiones, negociando, no solamente espectadores o en un pabellón.
Janeth: Me parece muy triste que ahorita, como jóvenes y también las infancias, nos tengamos que estar preocupando por financiamiento para ir a las negociaciones; creo que deberíamos estar disfrutando de nuestros paisajes, nuestros países; ¿por qué tener que buscar espacios, siendo que debieran buscarnos a nosotros para saber cuáles son nuestras necesidades?
Respecto a la COP y en relación a mi área, que es financiamiento climático, recordemos que el Acuerdo de París, en el artículo 2.1c, menciona que los flujos de financiamiento deben estar basados en bajas emisiones de gases de efecto invernadero y resiliente al clima (…) Se han realizado diversas reuniones sobre el financiamiento climático con enfoque de justicia climática, pero vamos muy lento. Tan solo en la región estamos viendo que son 10 veces más los flujos de financiamiento a inversiones de economía extractivista, que de economía de desarrollo sustentable. Nuestra región es muy mega-diversa como para que estemos basando nuestra economía en proyectos extractivistas, en combustibles fósiles (…) El financiamiento es clave para para cumplir las metas que tenemos, como limitar el aumento de la temperatura a 1,5 grados centígrados; no lo es todo, pero es una parte muy importante contar con los recursos para implementar todas estas estrategias, estas políticas públicas, y mayormente en las poblaciones vulnerables.
Paloma: En relación a la COP28, me parece una gran broma que me vaya a realizar en un lugar como es Emiratos Árabes Unidos y con un presidente de la conferencia que es el jefe de la compañía petrolera de ese país. En el momento que estamos enfrentado como sociedad, como comunidad global, no podemos más estar apoyando la explotación de petróleo y la violencia que eso conlleva contra las poblaciones locales. (…) Tuvimos una cumbre de la Amazonía y una de las temáticas de discusión fue ¡la explotación de petróleo en el Amazonas! Es inimaginable que a esta altura estemos pensando en discutir algo como esto.
Desde hace unos años como juventud comenzamos a poner la temática de clima en el centro de todos los periódicos, de las discusiones y llevamos esto a nuestros universidades, a nuestras familias (…) tuvimos que aprender por cuenta nuestra de qué se trata el colapso climático, cuáles son las soluciones (…). Entonces, a nivel global se habla de emisiones, pero no es solo eso; no son soluciones mercadológicas, de mercado de carbono o de ese tipo las que van a traer la solución, sino las soluciones humanas, lo que hacemos en nuestro territorio, asegurando con nuestro propio cuerpo, con nuestra propia estructura social, nuestra comunidad.
(…) En la COP26 prometieron -lo recuerdo muy bien- un billón y medio para los pueblos originarios y comunidades locales para la protección de los bosques. Desconozco dónde está ese dinero; yo trabajo con más de 50 de las 300 poblaciones indígenas de Brasil y a ninguna le llegó lo prometido (…) Se discute sobre financiación, pero no se habla de mecanismos para que eso llegue a la gente, a la población que de hecho está sosteniendo estos territorios. (…) Tenemos ya un estudio con datos que se muestra que de toda la financiación de clima que hay en el mundo apenas 0,7% va a los jóvenes, y de ese total, 25% es para jóvenes en Estados Unidos, entonces, lo que hacemos acá en Chile, en Brasil, en México, en Latinoamérica, en África, eso sí es un milagro porque lo hacemos sin plata, lo hacemos con gente, y lo movemos a nuestra población de verdad y hacemos los cambios.
“Hay un prejuicio muy grande con el que hemos tenido que luchar, y es que nos ven como ‘jóvenes idealistas que solamente exigimos cosas’. Nosotros estamos demostrando que, además de exigir, estamos también proponiendo, estamos levantando ideas y queremos espacios de incidencia para la toma de decisiones, y creo que la Declaración lo demuestra”.
“Lo que hacemos acá en Chile, en Brasil, en México, en Latinoamérica, en África, eso sí es un milagro porque lo hacemos sin plata, lo hacemos con gente, y lo movemos a nuestra población de verdad y hacemos los cambios”.
-Han hablado de más participación, de financiamiento estable… ¿qué más falta hacia la juventud? Y, por otra parte, ¿cuál es el aporte pueden hacer desde la juventud?
Francisca: Desde la juventud, la verdad es que tenemos muchos ejemplos en Chile, variados y múltiples, incluso de niñeces que levantan proyectos tecnológicos, de innovación que son reconocidos internacionalmente -como un proyecto sobre agua en Isla Huapi, premiado por el MIT-. Estamos levantando ideas y requerimos espacios para poder implementarlas a gran escala; necesitamos abrir estos espacios. En la Declaración se levantaron problemáticas relacionadas con la educación; una tiene que ver con la educación de los mismos jóvenes, lo que se necesita por ejemplo en las universidades, donde el tema de la educación ambiental no es del todo transversal, sino que depende más de la voluntad; y también el tema de la educación de los tomadores de decisiones del aparato estatal, que está al debe en cuanto al uso de criterios ambientales que se necesitan la actualidad.
En la Declaración también se levantó el tema de los empleos verdes, porque es deficiente la educación relacionada con la creación de empleos verdes, y ahí vemos que existe una problemática socioambiental.
Paloma: Para responder quisiera relatar una experiencia en un panel con un líder indígena en Brasil. Él me preguntó si yo creía que la juventud estaba haciendo lo suficiente, y me puse muy brava porque desde que despierto, estudio, trabajo, no duermo, mi tiempo, mi vida entera está dedicada a esto, pero él me dijo ‘hay algo que no están haciendo, ustedes no están gobernando el mundo’. Así que lanzo ese desafío, que nos den una semana a cargo de todos los gobiernos y yo les muestro que en esa semana las juventudes cambiamos el mundo.
Francisca: Hay un prejuicio muy grande con el que hemos tenido que luchar, y es que nos ven como “jóvenes idealistas que solamente exigimos cosas”. Nosotros estamos demostrando que, además de exigir, estamos también proponiendo, estamos levantando ideas y queremos espacios de incidencia para la toma de decisiones, y creo que la Declaración lo demuestra.
-Frente a las crisis climática, de biodiversidad y contaminación, ¿qué emoción es más fuerte, pesimismo u optimismo?
Janeth: Es un constante choque de emociones. Como mencionaba Paloma, es indignante, nos enoja y a veces se siente mucha impotencia; uno dice ‘soy joven, qué más quieren que haga’, estamos pidiendo que las decisiones las tomen con nosotros, que nos escuchen. Cuando estoy rodeada de juventudes, de infancias, como en la LCOY, realmente te llena de mucha esperanza; pero me hace sentir muy triste estar viviendo estos tiempos de mucha crisis, y al mismo tiempo me siento muy poderosa, porque sé que si estamos unidas y unidos podemos hacer grandes cosas, y queremos hacerlas ahora.
Francisca: Al ver el empoderamiento que tiene cierta parte de la juventud también me llena de emoción, de esperanza, saber que estamos tratando de abordar este espacio, y que en un futuro vamos a poder tomar las decisiones. Sin embargo, creo que ese plazo es cada vez más corto -ya estamos en la ebullición del planeta- no tenemos ese tiempo, y tiene que ser ahora, no se puede esperar a que hagamos una carrera política para llegar a los gobiernos, no hay tiempo. En la COP este año es el balance mundial y el resultado que vamos a ver es terrible, es pesimista y es un llamado atención, pero no debería ser así, debería haber salido bien. Eso te llena de pesimismo, porque piensas en todo lo que estás invirtiendo de tu vida y tu tiempo y hay resultados negativos.
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