Salud y cambio climático: ¿Es la COP28 una real oportunidad para avanzar?
Extremos de temperatura, principalmente asociadas a calor extremo y olas de calor, han estado asociados a un aumento de diversas enfermedades y muertes en diversas partes del mundo; como ejemplo, en el reciente verano en Europa, se estimaron más de 60.000 muertes asociadas a incrementos de calor.
Ya existe vasta evidencia que demuestra la relación entre el cambio climático y la salud de la población (Hartinger et al., 2023; Romanello et al., 2022). Si bien los cambios en el clima podrían traer ciertos beneficios en algunas zonas geográficas, la evidencia es más consistente en relación a los potenciales efectos negativos del cambio climático (IPCC, 2022).
Extremos de temperatura, principalmente asociadas a calor extremo y olas de calor, han estado asociados a un aumento de diversas enfermedades y muertes en diversas partes del mundo (Ebi et al., 2021); como ejemplo, en el reciente verano en Europa, se estimaron más de 60.000 muertes asociadas a incrementos de calor (Ballester et al., 2023).
Por otra parte, eventos de precipitaciones extremas, incluyendo inundaciones, diluvios y sequías, han afectado a un creciente número de personas, incluyendo Chile (Center for Climate and Resilience Research, 2015).
Dado la intrínseca y evidente relación entre el cambio climático y la salud de la población, es necesario investigar e incluir estas temáticas en la política pública, fomentando una mirada sistémica e intersectorial, para así promover políticas, programas y acciones efectivas que resulten en la protección a la salud y bienestar de las personas.
Este año se realiza la Conferencia de las Partes de las Naciones Unidas número 28 en Dubai, Emiratos Árabes Unidos. Es la primera COP donde se incorpora oficialmente la temática de salud en la discusión. El Día de Salud es el próximo 3 de diciembre; en esta fecha, esperamos que diversas organizaciones y gobiernos releven y expresen en las negociaciones el perfil político de la relación entre clima y salud.
Si bien se analizan con cierta reticencia los potenciales resultados de la COP28, dada su fuerte dependencia económica en actividades centradas en el uso de combustibles fósiles, el hecho de que exista un día oficial dedicado a salud y cambio climático marca un precedente a nivel global.
Para avanzar en la promoción de la salud y prevenir incrementos en la ocurrencia de enfermedades sensibles al clima, es relevante nuestra calidad ambiental. Si bien nuestras emisiones de CO2 son relativamente bajas en comparación a otros países, se debe continuar avanzando en mitigación mediante la descarbonización de la matriz energética, el fomento del uso de energías renovables, la promoción de transporte activo junto a un mejor diseño de nuestras ciudades, y la promoción de la eficiencia energética, entre otras medidas. Estas acciones de mitigación ayudarán a limitar el calentamiento global, cumplir los compromisos climáticos internacionales, y además conllevan enormes beneficios locales, principalmente relacionados a la mejora en la calidad del aire que respiramos.
Complementariamente, Chile se tiene que adaptar al cambio climático. El calor extremo en las zonas centro y sur del país está afectando a las personas, especialmente a las personas más vulnerables, lo que es un llamado urgente a los tomadores de decisión a nivel nacional, regional y comunal a que dispongan de medidas para mitigar los impactos de estos eventos.
Paralelamente, la falta de disponibilidad de agua potable actualmente está afectando a comunidades de la zona central, lo que se proyecta empeore según escenarios ya disponibles (IPCC, 2021). Finalmente, los cambios en los ecosistemas ya están afectando y continuarán afectando a comunidades, ya sea por reducción en las cosechas de ciertos alimentos, cambios en sus trabajos o en el turismo. Todo esto nos llama a tomar medidas de adaptación al cambio climático de manera urgente.
Ante estos antecedentes, la próxima COP28 abre una oportunidad única para nuestro país, y para avanzar en el posicionamiento de la salud y bienestar de las personas como un eje central en las discusiones globales y nacionales acerca de clima y salud. También es una oportunidad para promover la investigación avanzada más allá del medio ambiente y sus determinantes meteorológicos, incorporando los impactos que el clima y sus variaciones generan hoy y seguirán afectando la ocurrencia de enfermedades crónicas de diverso tipo y de enfermedades infecciosas y vectoriales conocidas o nuevas en las diversas cuencas y ciudades de nuestro país. La evidencia es contundente respecto a que el cambio climático ha afectado y seguirá afectando la salud de las personas.
Autoras
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Yasna Palmeiro Silva. Investigadora asociada del Centro de Políticas Públicas UC e Institute for Global Health, University College London.
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Sandra Cortés A. Investigadora asociada Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (CEDEUS) y Centro Avanzado de Enfermedades Crónicas.