Gema Bijoux: arte y bordado para sensibilizar sobre las especies en peligro de extinción
La emprendedora venezolana avecindada en Chile, Georgieth Nasser, confecciona aros inspirados en animales -principalmente aves- para concientizar acerca de la pérdida continua de sus hábitats y del daño ambiental sobre ellos. Para su trabajo se vale de descartes de telas y ecocueros que le proporcionan otras amigas y emprendedoras, y también hace lentejuelas a partir de plástico reciclado.
A la venezolana Georgieth Nasser le pesaba trabajar en algo que no la llenaba. Analista de sistema y desarrolladora web, tenía un buen cargo, pero sentía el llamado de su herencia familiar. Su madre, en particular, era modista de alta costura y el bordado la acompañaba desde niña. Tomó cartas en el asunto. Dejó de trabajar en su profesión y se abocó a trasladar el mundo del bordado a los accesorios. Con la confección de maxicollares, nació hace ocho años, en Venezuela, la pyme Gema Bijoux.
Durante tres años aproximadamente, Georgieth no cejó en su empeño de fabricar estos maxicollares, pero, siendo consciente de su amor por la naturaleza y la biodiversidad, así como de su preocupación por las especies en peligro de extinción, decidió dar un giro en su negocio hacia el cuidado ambiental. “Me di cuenta de que a pesar de la biodiversidad con la que contamos en Latinoamérica, muy pocas personas saben que la mayoría de nuestras especies están en peligro de extinción, es por eso que decidí darle un propósito a mi marca y así abogar de alguna forma por nuestra flora y fauna que es excepcional y tan importante”, cuenta Nasser.
Ese cambio en Gema Bijoux comenzó en Venezuela, pero prosiguió durante tres años más, hasta la actualidad, cuando Georgieth dejó su país natal y migró a Chile. Desde Santiago, entonces, hoy se encarga de confeccionar piezas inspiradas en distintos animales, logrando gran colorido y belleza en sus aros. Hay desde pavos reales, pasando por guacamayas, hasta caballitos de mar.
“No es solo algo bonito, sino que la idea es aportar para el entorno y crear conciencia. Es para aportar mi granito de arena, todo esto no tiene sentido si yo no hiciera nada por el medioambiente”.
“Con mis piezas no solo busco representar una linda especie que puedan lucir, sino también dar a conocer los valiosos aportes que cada una tiene en los ecosistemas. Muchas especies acuáticas están muriendo producto del consumo de los desechos que llegan en nuestros océanos y para que vean cuán importantes son, algunas especies acuáticas reubican los huevos de los peces haciendo que se dispersen por los ríos y pantanos. Y todo esto ayuda a la biodiversidad y mantiene un equilibrio en nuestro planeta. Así que debemos ser conscientes de qué hacemos y qué consumimos”, agrega la emprendedora.
Si bien en el comienzo de esta aventura emprendedora comenzó haciendo guacamayas y tucanes, para alertar acerca de la pérdida progresiva del medio natural donde se mueven estas aves en Venezuela, ha ido evolucionando hasta hoy fabricar aves típicas de Chile como el chincol, el chirihue y la loica. También diseña la abeja, el martín pescador y otras especies.
Telas y ecocueros reciclados
Nada de esto estaría completo si Georgieth, desde que propició este vuelco en su emprendimiento, no se hubiera fijado en utilizar material reciclado para confeccionar sus accesorios. En ese sentido, se vale del aporte de retazos y descartes de telas y ecocueros que le entregan otras amigas emprendedoras, y además fabrica lentejuelas con residuos de plástico HDPE y PET, así como de otros productos de la moda.
“No es solo algo bonito, sino que la idea es aportar para el entorno y crear conciencia. Es para aportar mi granito de arena, todo esto no tiene sentido si yo no hiciera nada por el medioambiente. Mis bordados son pequeños, no necesito una cantidad grande de tela. Mis amigas emprendedoras que hacen bolsos, vestidos, y los retazos que ellas dejan, que son considerados desperdicios, los tomo yo y bordo. También con el retazo de ecocuero y gamuza. Yo no compro telas”, explica la bordadora.
Por ahora, Georgieth solo vende sus diseños a través de su cuenta de Instagram y despacha a través de Starken. El tiempo de factura de la pieza depende de la complejidad y el nivel de detalle, lo que también incide en el precio final. “El más elaborado es el pavo real, que me demoro una semana. La que menos se demora son las mini guacamayas, que toman dos días”, complementa la emprendedora, quien además imparte cursos de bordados cuya información también está disponible en la red social.
Ahora, pensando en el mediano plazo, la meta de Georgieth es contar con un propio atelier “para así poder crecer y dar empleo a otras mujeres artesanas”. Además, sería un lugar para impartir los cursos que actualmente estoy dando vía online y con los que enseño las técnicas del bordado y doy herramientas para que así otras mujeres puedan usar en sus emprendimientos”.