Entregan consejos sobre preparación de las viviendas para mitigar riesgos ante aumento de incendios forestales
Diversos factores, entre ellos las altas temperaturas, han aumentado la ocurrencia y magnitud de los incendios forestales, por lo que las autoridades y el sector privado están adoptando medidas tanto para el combate del fuego como para evitar la propagación. En este punto, la participación de los ciudadanos en indispensable y diversos actores están dando a conocer algunas medidas preventivas que pueden ser de gran ayuda para reducir los daños. También el uso de tecnologías puede aportar en este sentido. El académico Luis Carrasco, director del programa de Gestión del Riesgo y Adaptación al Cambio Climático de la UTEM, subraya que “estamos viviendo un escenario complejo, al cual no estamos acostumbrados”, y recomienda, entre otras cosas, tener un plan de emergencia en las casas de campo o en zonas costeras.
Durante la mañana de ayer, personal de bomberos, de Conaf y de carabineros se movilizó al sector de San Carlos de Apoquindo en Las Condes para controlar un incendio forestal que se había originado en esa zona precordillerana de la capital, a escasos metros de viviendas, centros de educación superior, clínicas y otras edificaciones. El lunes, un poco más al sur, en la localidad de Las Cabras, en la región de O’Higgins, se declaró alerta roja por un agresivo siniestro cercano a sectores poblados. Hace dos semanas, en la región de Valparaíso, en las comunas de Villa Alemana y Limache, el fuego consumió más de 800 hectáreas, destruyendo al menos 13 casas. Y así, suma y sigue.
Si bien los incendios forestales no son algo nuevo en el país, sus características han ido cambiando y los últimos años ha crecido la vulnerabilidad ante los mismos. El director del programa de Gestión del Riesgo y Adaptación al Cambio Climático de la Universidad Tecnológica Metropolitana (UTEM), Luis Carrasco, explica que “estamos viviendo un escenario complejo, al cual no estamos acostumbrados y se nos presenta de forma diferente. Chile tiene una ‘tradición’ de incendios forestales en el verano, pero esos incendios siempre tenían un control relativo y un espacio temporal acotado desde la segunda quincena de noviembre a la segunda quincena de marzo, aproximadamente. Salvo excepciones, no eran fuegos simultáneos, sin control y eran circunscritos”.
En este nuevo escenario, un factor relevante es el cambio climático y el consecuente aumento de las temperaturas. Así, como ya se evidencia en los primeros días de verano austral, será una temporada estival con temperaturas muy altas, lo que sumado a la baja humedad del ambiente, de los suelos y de la vegetación, junto a la presencia de fuertes corrientes de viento, constituye un escenario propicio para la ocurrencia y propagación de incendios forestales.
Según un reciente informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), el panorama nacional irá empeorando: para 2030 se estima que los incendios crecerán 14%, mientras que para fin de siglo, esa cifra aumentará a 50%.
Según describe el académico de la UTEM, los efectos de la crisis climática inciden directamente en la ocurrencia y control de los incendios, debido a las condiciones del ambiente: “Hay situaciones tan desfavorables que, aun cuando se utilice muchísimos recursos humanos, bomberos, fuerzas armadas y herramientas de extinción terrestre y aérea, va a ser imposible controlar los incendios. De ahí la necesidad de trabajar con pronósticos climáticos para buscar el momento propicio para el combate del fuego agresivo y redundante”.
Otro factor relevante que puede incidir en la ocurrencia de incendios es que las altas temperaturas no ocurren solo durante el día, sino también en la noche e, incluso, elementos absorbentes como la playa y el agua marcan altas temperaturas, explica Carrasco. “Se ha establecido que va a haber combate de fuegos durante la noche, tanto aéreos como terrestres, porque ya no vamos a tener esa baja de temperatura nocturna que era habitual en la zona costera y en el campo, porque las temperaturas se están manteniendo demasiado altas hacia el final del día”, agrega el académico de la UTEM. En este sentido, las olas de calor de larga duración incidirán en la aparición de incendios simultáneos similares a los ya vistos en otras regiones del mundo, como California en Estados Unidos, España y Portugal en Europa, y en Australia.
Otra de las características de esta temporada es la extensión de los incendios en la geografía nacional. Se espera que a la zona centro se sume el extremo sur y el norte, especialmente en áreas donde hay más vegetación, como Coquimbo y La Serena. Junto con ello, Luis Carrasco comenta que, si antes se observaban incendios desde la segunda quincena de noviembre hasta la primera quincena de marzo, “es probable que en un corto plazo, debamos tener bomberos forestales trabajando en incendios durante todo el año”.
“Se ha establecido que va a haber combate de fuegos durante la noche, tanto aéreos como terrestres, porque ya no vamos a tener esa baja de temperatura nocturna que era habitual en la zona costera y en el campo, porque las temperaturas se están manteniendo demasiado altas hacia el final del día”.
Medidas básicas
Si bien el gobierno toma una serie de medidas, como los aviones Hércules C-130 y el Aero Tanker para el combate simultáneo de los fuegos de la zona centro y sur del país, y también el sector privado -liderado por la Corma- se prepara en prevención y combate de los incendios, los ciudadanos juegan un rol importante a la hora de enfrentar esta amenaza.
En este sentido, Luis Carrasco de la UTEM comenta que, primero que todo, “el mejor incendio es el que no se produce. Por lo tanto, dejar de utilizar el fuego en momentos que son complejos y propicios para ocasionar o desarrollar un incendio, es fundamental”. Se trata de un punto no menor, habida cuenta de que en el país el 99,7% de los incendios son provocados por la acción humana, ya sea por descuido, negligencia, pirotecnia, juegos con fuego o intencionalidad.
Teniendo esto en consideración, el experto entrega algunas pautas a seguir:
- En casas alejadas, en el campo o en zonas costeras, es fundamental tener un plan de acción o plan de emergencia: determinar qué se va a hacer, cómo se va a enfrentar una situación de fuego y definir las prioridades. “Estructurar una fórmula para dar una buena alarma permitirá a los servicios de emergencia reaccionar a tiempo y de forma expedita”.
- Limpieza perimetral: para que se produzca un fuego tiene que haber combustible, y como muchas veces no se domina la temperatura, sacar el material que se puede combustionar, vegetación baja y fina como pastizales y hojas secas, es vital.
- Acumulación de agua en estanques y tambores de 200 litros: incluso el agua de una piscina es un buen recurso en caso de emergencia para apoyar la labor de bomberos. “Contar con una motobomba también sirve para extraer agua y combatir el fuego, ya sea desde la piscina, un tranque o un lago”.
- Extintor: elemento básico en una casa, de vital importancia para controlar un inicio de fuego y así evitar que derive en un incendio. “Como regla general, las personas deberían tener un extintor medio que pudiese abarcar en metros cuadrados toda la casa. La recomendación es contar con uno de polvo químico seco de fosfato de monoamonio, con un potencial de apague 6A 40BC, es decir, que apaga incendios sólidos, combustibles líquidos y gases, y también con presencia de carga electricidad”.
- Manguera de jardín. Se puede usar con agua potable o de estanque (motobomba), y ojalá la manguera de la extensión de la casa.
- Acumulación de arena: con este elemento se puede sofocar o tapar el fuego de manera fácil y rápida, evitando así que el incendio se propague.
Guía de preparación
En esta misma línea, hace unos días en la región del Biobío se dio a conocer una guía para la preparación de viviendas, que contiene una serie de recomendaciones para reducir el riesgo de que las llamas alcancen las casas cuando se ha iniciado el fuego.
El verano pasado, la región del Biobío, en especial la comuna de Santa Juana, fue escenario de voraces incendios, que provocaron pérdidas humanas, así como cuantiosos daños en viviendas, animales, y plantaciones agrícolas. En un intento por evitar que esta tragedia se repita, la guía está siendo difundida en diversas comunas de la región. Se trata de un manual fácil de usar para ir chequeando los riesgos y la forma de disminuirlos.
Por ejemplo, para la revisión de las casas entrega una lista de criterios de diseño y adaptación referidos, por ejemplo, a los techos, las canaletas, ventilación, puertas, pisos, terrazas, revestimientos, etc. Además, contiene sugerencias para el mantenimiento de todos esos elementos.
Asimismo, respecto al entorno, indica qué es lo que hay que revisar en los distintos perímetros -zona 1: de cero a dos metros desde la casa; zona 2: de 2 a 10 metros; zona 3: de 10 a 30 metros-, donde las condiciones de la vegetación, del suelo, la presencia de objetos -entre muchos otros aspectos- pueden ser determinantes a la hora de evitar que el fuego se extienda.
La guía fue elaborada por Biobío Madera, un programa estratégico regional con el apoyo de Corfo para fomentar la construcción en madera, y fue trabajado en colaboración con los principales actores expertos regionales: Senapred, Gobierno Regional del Biobío, Corfo, Conaf, MINVU, MINAGRI, Red de Prevención Comunitaria, AMRBB, Futuro Madera, Bomberos de Concepción, Serviu Biobío y Corma. El objetivo es brindar a los usuarios una herramienta para reconocer los posibles peligros que sus hogares podrían enfrentar en caso de un incendio forestal. Asimismo, reconocer los puntos vulnerables de sus edificaciones.
Apoyo tecnológico
El uso de tecnología puede ser también una buena ayuda para actuar a tiempo y evitar la propagación del fuego. Por mencionar un ejemplo, la empresa Dahua Technology -proveedor de soluciones de video y servicios de IoT (internet de las cosas) inteligente- ofrece una serie de opciones para ayudar a la prevención o alerta temprana de incendios forestales, así como también habitacionales, con sus productos WizSense.
Dahua cuenta con una serie de cámaras térmicas, como la TPC-SD8421, de gama de entrada con lente dual (térmica y visible) con algoritmos de inteligencia artificial (AI) basados en Deep learning, permitiendo aumentar la seguridad en cualquier tipo de instalación. Esta serie dispone de una amplia variedad de algoritmos de AI para ayudar en la vigilancia, por lo que también ayuda a reaccionar de forma oportuna en casos de intrusión. La función de protección perimetral, por ejemplo, es capaz de discriminar entre humanos y vehículos.
En el caso de la función de detección de incendio, WizSense es capaz de detectar un foco de fuego dando aviso inmediato para poder sofocarlo antes de que sea demasiado tarde, lo que sirve de apoyo fundamental para quienes estén a cargo de cuidar parques o sitios expuestos a estos siniestros. Además, dispone de la función de detección de fumadores y de llamada de móvil para proteger zonas en las que está prohibido realizar este tipo de acciones.