Crisis de la basura: la bomba de tiempo que amenaza al sur de Chile
Extensos traslados de residuos entre localidades de diferentes regiones; vertederos y rellenos sanitarios con capacidad desbordada; nula infraestructura de revalorización de desechos; y la falta de políticas públicas a nivel nacional son algunas de las caras del caótico panorama sanitario que se vive de la Región de Biobío al sur con la basura. Desde los gobiernos regionales y los municipios buscan generar instancias de articulación para resolver el problema con sentido de urgencia, pero también en el corto, mediano y largo plazo.
Más de 600 kilómetros, por la Carretera Panamericana, separan a las ciudades de Ancud y Los Ángeles. La distancia, por supuesto, alcanza el doble si se suma el viaje de regreso a la ciudad chilota. Ese es el trecho que deben recorrer diariamente y seis veces a la semana -más de 1.200 kilómetros- cuatro camiones de la Municipalidad de Ancud para llevar su basura hasta el relleno sanitario Laguna Verde de la empresa KDM, ubicado en la citada Los Ángeles. “Somos la única comuna del país que está trasladando sus residuos a más de 1.200 kilómetros de distancia y, además, por cada camión de basura gastamos un millón y medio de pesos, lo que representa a la larga el 30 por ciento de nuestro presupuesto municipal”, explica a País Circular Alfredo Caro, director de Medio Ambiente, Aseo y Ornato de la Municipalidad de Ancud.
Lo que describe Caro no es un caso aislado en el sur de Chile, sino que se reproduce en diversas comunas: son varias las localidades de una región que deben trasladar sus residuos a otra, cubriendo largas distancias, al no existir sitios de disposición final dentro de sus territorios. Pero quizás la situación de Ancud es más paradigmática, luego de que la Corte Suprema acogiera las reclamaciones de las comunidades y decretara la clausura del vertedero comunal Puntra El Roble, junto con ordenar al municipio ancuditano a retirar la basura acumulada en dicho sitio de disposición final.
Al no poder disponer sus residuos en el relleno sanitario de La Laja, en la comuna de Castro, y luego de una breve experiencia con un vertedero en Chonchi, Ancud se quedó sin lugares para llevar su basura, por lo que, proceso de licitación mediante, consiguió transportar sus desechos domiciliarios a Los Ángeles, cuyo relleno sanitario recibe material no solo de Ancud, sino de comunas como Temuco y otras localidades.
Alfredo Caro aclara que Ancud es el único municipio de la provincia de Chiloé que mueve su basura fuera de la isla, ya que -asegura- el resto de las comunas isleñas deposita sus residuos en vertederos ilegales, lo cual, a su juicio, se podría traducir en un colapso sanitario de grandes proporciones: “La crisis se va a dar cuando se cierren los vertederos de otras comunas que no tienen la experiencia que tiene Ancud”.
“El Gobierno Regional del Bío-Bío está jugando un rol de articulación para consolidar una planificación, ya que el tema de la basura no tiene dueño y no puede ser solucionado solo a nivel municipal”.
La basura, máxima alerta en Biobío
El relleno sanitario Laguna Verde de KDM, en Los Ángeles, sigue recibiendo los desperdicios de varias comunas del sur de Chile. Lo mismo ocurre con el Intercomunal Arauco-Curanilahue. Sin embargo, los dos restantes de la Región del Biobío tienen graves problemas: el relleno sanitario Cemarc, ubicado en la comuna de Penco, espera la resolución de calificación ambiental para poder ampliar su infraestructura, y el de Hidronor, ubicado en el sector Copiulemu de la comuna de Florida, dejará de operar a fines de marzo de 2023 ya que la Comisión de Evaluación Ambiental del Biobío denegó la autorización para su ampliación.
Este último caso del cierre del relleno sanitario de Hidronor afecta a las 12 comunas del Gran Concepción, que no cuentan con otra alternativa para depositar sus residuos, especialmente las comunas de Talcahuano, Lota, Florida y Hualpén. Ante la magnitud de la crisis, el Gobierno Regional del Biobío, la Subdere, la Delegación Provincial y los alcaldes de las 12 comunas conformaron una mesa intersectorial, que culminó con un compromiso de adoptar medidas articuladas para resolver el entuerto con sentido de urgencia, y a corto, largo y mediano plazo.
“El Gobierno Regional del Biobío está jugando un rol de articulación para consolidar una planificación, ya que el tema de la basura no tiene dueño y no puede ser solucionado solo a nivel municipal. La idea es ir acompañando a los municipios, poniendo a disposición el financiamiento, y como primer acuerdo de urgencia las instituciones nos comprometimos a financiar el déficit presupuestario que tienen las comunas del área metropolitana de Concepción por ir a dejar la basura, en este contexto, a otras ciudades de otras regiones”, comenta a este medio Blas Araneda, jefe de la División de Planificación y Desarrollo de la Gobernación Regional del Biobío.
La comuna de Mulchén, dentro de la misma Región del Biobío pero muy cercano a la frontera con la Región de la Araucanía, muestra otra de las caras de la crisis. Ese municipio deposita su basura en un vertedero dentro del área comunal de propiedad privada, y cuya misma empresa efectúa el retiro, traslado y disposición final de los residuos. Sin embargo, y similar a lo que ocurre con el relleno sanitario Laguna Verde de Los Ángeles, aunque ciertamente en menores dimensiones, dicho vertedero de propiedad particular acoge residuos domiciliarios de otras comunas, sobre todo de la vecina Araucanía.
“En un mundo en que prima el libre mercado, mientras no haya legislación al respecto, el dueño del vertedero, en aras de la libertad de dicho mercado, puede tener convenios con cualquier comuna que tenga que depositar sus residuos”, dice a País Circular el alcalde de Mulchén, Jorge Rivas, para quien el problema de la basura es transversal y lamenta que la invitación a la mesa constituida por el Gran Concepción no se haya extendido a otros municipios de la región.
Según Rivas, “las comunas más cerca del Gran Concepción son más escuchadas que el resto y no miran toda la región y ni siquiera las otras regiones. Acá se necesita una mesa interregional. Pensamos muy a corto plazo y recién cuando la situación superó los límites”. La reseñada mesa intersectorial del Gran Concepción, coordinada por los servicios públicos como Subdere, ya se planteó como objetivo a corto y largo plazo incorporar una cartera de inversión a efectos de disminuir el volumen de basura que llega a los vertederos.
En tanto, en la Municipalidad de Temuco, que también transporta sus residuos hacia Los Ángeles tal como lo hacen las chilotas Castro y Ancud, aseguran no tener los mismos problemas que las otras comunas de la Araucanía. “Tenemos una normalidad controlada, ya que contamos con contratos vigentes con las empresas de transporte y disposición para el traslado hacia el relleno de Laguna Verde, en Los Ángeles. Sin embargo, es una problemática mayor no tener una planta de recepción y de tratamiento diferenciado a nivel regional. No podemos seguir enterrando la basura, porque nuestro planeta se seguirá contaminando”, comenta a País Circular el director de Medio Ambiente, Aseo y Ornato de la Municipalidad de Temuco, Gustavo Fuentes, quien recuerda que el único relleno sanitario de la Araucanía es Malleco Norte, en la comuna de Collipulli, y que recibe los residuos de la misma Collipulli, además de Ercilla, Angol y Renaico.
Para Blas Araneda, de la Gobernación Regional del Biobío, en las comunas que cuentan aún con capacidad para recibir basura de otras regiones en sus rellenos sanitarios debería prevalecer el principio de la solidaridad, pues se trata de un problema país, y no propio de un sector: “Si entendemos que este es un problema comunitario y que debe perseguir el bien común, es bueno asumir que todos estamos en crisis, tarde o temprano. Por eso desde el Gobierno Regional no nos hemos opuesto a que vengan desde otras regiones a dejar su basura. Claro que tienen que presentar su proyecto para ver si el relleno tiene la capacidad para recibir ese volumen”.
No obstante aquello, el municipio de Ancud vive en carne propia lo que significa movilizar sus residuos hacia sitios tan remotos. “Con este sistema, si hay una toma en la carretera, un pinchazo o un accidente, esto afecta el calendario de recolección de la comuna y nos vamos atrasando semanalmente. Estamos en un proyecto de compra de camiones nuevos para tener una flota necesaria para estos viajes. No es lo ideal. Deberíamos tener un lugar dentro de la provincia o al menos dentro de la Región de los Lagos, pero no se ve una solución a corto plazo, no al menos dentro de cinco a seis años”, complementa Alfredo Caro, director de Medio Ambiente de la Municipalidad de Ancud.
“Las comunas más cerca del Gran Concepción son más escuchadas que el resto y no miran toda la región y ni siquiera las otras regiones. Acá se necesita una mesa interregional. Pensamos muy a corto plazo y recién cuando la situación superó los límites”.
Aumentar las tasas de recuperación y valorización
El colapso sanitario ya se palpita en el sur de Chile y amenaza con desbordar las capacidades de los municipios si no se toman acciones estructurales concretas. Cada municipio sureño, y en particular el Gobierno Regional del Biobío, está adoptando sus propias medidas que apuntan a reducir los niveles de basura que llegan a los vertederos y/o rellenos sanitarios, fomentando altas tasas de recuperación de residuos domiciliarios y favoreciendo su revalorización, donde el Estado y el sector privado juegan un rol central.
En el caso de la Gobernación Regional del Biobío, su jefe de Planificación y Desarrollo, Blas Araneda, explica que el objetivo a largo plazo del acuerdo intersectorial es “instalar el concepto de economía circular, no por voluntarismo ni por romanticismo, sino que porque es necesario hacer la separación lo más cerca posible del origen. Que en la casa un día se puedan retirar los papeles, metales, orgánicos. Hay que generar otro paradigma en la recolección de residuos, porque es un problema que nos repercute a todos”.
Adicionalmente, según Araneda, la promoción de la industria de la revalorización en la Región del Biobío se debería cristalizar en centros universitarios que puedan invertir en tecnología e innovación, de manera que los residuos puedan convertirse en residuos posibles de devolver al mercado, y cuyo movimiento genere empleos en la zona. “Este modelo tiene que sostenerse con la acción de la empresa privada, ya que solo con los recursos del Estado no alcanza”, complementa.
Por su parte, Alfredo Caro, del Departamento de Medio Ambiente de la Municipalidad de Ancud, dice que, en virtud de las políticas ambientales adoptadas por el municipio, se ha logrado reducir el volumen de residuos que va a parar al relleno de Los Ángeles. “En 2018 comenzamos con un plan de reciclaje, valorización y educación muy fuerte, y se invirtieron recursos importantes para ello”, cuenta Caro. Según sus propias cifras, Ancud logró reducir de 23 mil toneladas de residuos que se generaban en 2018 a casi 11 mil en 2021, lo que equivale a una disminución de un 56 por ciento en ese período de tres años.
“Somos la única comuna del país que está trasladando sus residuos a más de 1.200 kilómetros de distancia y, además, por cada camión de basura gastamos un millón y medio de pesos, lo que representa a la larga el 30 por ciento de nuestro presupuesto municipal”.
“Es una baja considerable y esto se debe a que la comunidad es parte de esta solución, reciclando más. Somos de las pocas comunas que tenemos recolección diferenciada de residuos inorgánicos en el 100 por ciento del sector urbano, y cada 15 días también recolectamos en los sectores rurales de la comuna. Tenemos un galpón de reciclaje con resolución sanitaria, donde les prestamos servicios a empresas privadas y a otras comunas. Hemos entregado también composteras domiciliarias”, agrega Caro, quien asegura que pronto completarán el financiamiento para contar con una gran planta de compostaje que apuesta por la revalorización de los residuos orgánicos.
En el caso de la comuna de Mulchén, el alcalde Jorge Rivas cuenta que mantiene un convenio con la empresa de reciclaje Kyklos en un programa llamado “Cero Basura”, para al año 2040, idealmente, no sacar basura de los hogares, de modo que todos los residuos sean separados en origen. “Contamos con un centro de reciclaje y hay que recordar que antes de mi llegada a la alcaldía, Mulchén no tenía una oficina de Medio Ambiente”, afirma el jefe comunal.
En tanto, Temuco también apuesta por una gran planta de compostaje orgánico, la cual se diseñará entre septiembre y octubre del presente 2023, para luego, en el mejor de los casos, empezar su construcción en 2024. Su primer piloto logró reducir entre un 15 y un 18 por ciento la cantidad de residuos orgánicos que, en promedio anual, Temuco deposita en el relleno sanitario de Los Ángeles. Adicionalmente, cuenta Gustavo Fuentes, se está impulsando una alianza de “municipios verdes”, donde están Toltén, Victoria, Temuco, Villarrica, Pucón, Freire, Loncoche y otras comunas para buscar una solución. La consigna, sin embargo, es una sola: el Gobierno tiene que hacerse cargo de esta necesidad a nivel nacional.
En Ancud, al menos, dicen que la mano del nuevo Gobierno se nota en la proliferación de más fondos verdes concursables. “Nuestro problema es que hemos tenido que priorizar nuestro galpón de reciclaje por sobre una multicancha o una sede social. Pero con este Gobierno se han abierto fondos postulables exclusivos para Chiloé, y por primera vez la Subdere y el Gobierno Regional de Los Lagos nos subsidiaron con 220 millones de pesos para apoyar traslado y disposición de los residuos. Esperemos que se repita y no tener que cubrir ese gasto con fondos municipales “, dice Alfredo Caro, ante lo cual Blas Araneda, del Gobierno Regional, señala que “es importante cubrir esos gastos con fondos del Gobierno ya que, de lo contrario, se obliga a los municipios a sacar recursos de otras prestaciones importantes para la comunidad”.