8M: por una ciencia ambiental con más miradas de mujer
La brecha de género es un problema transversal en nuestra sociedad y se puede observar en casi cualquier ámbito. En un nuevo Día Internacional de la Mujer, en País Circular quisimos destacar la importancia de incluir más mujeres en ciencia, desde diferentes ámbitos de estudio, para enriquecer el abanico de soluciones que podemos manejar para cuidar nuestro planeta. Claudia Maturana, Paula Díaz y Camila Bañales hablan de sus experiencias.
En una nueva conmemoración por el Día Internacional de la Mujer, País Circular conversó con tres mujeres ligadas a la ciencia que, desde sus especialidades, cada día aportan a comprender de mejor forma el impacto en el medio ambiente y cómo se puede detener o revertir el daño que ha sufrido.
Tal y como sucede en muchos otros ámbitos, existe una importante brecha de género en ciencia, por lo que resulta aún más imperativo destacar el trabajo que las mujeres aportan desde sus áreas para generar más conocimiento. La poca representación perpetúa la idea de que la ciencia está reservada para los hombres, impidiendo no sólo que entren más mujeres a diferentes especialidades, sino que también que ellas continúen desarrollando sus carreras.
Claudia Maturana: “La ciencia se enriquece mucho desde la mirada femenina”
La doctora en Ecología y Biología Evolutiva de la Universidad de Chile e investigadora del Instituto Milenio BASE, Claudia Maturana Bobadilla, ha desarrollado su investigación en aspectos evolutivos de diferentes especies que se pueden encontrar en aguas continentales en altas latitudes. Actualmente se encuentra trabajando en un proyecto que considera cómo el cambio climático, con el aumento de las temperaturas y la disminución de las precipitaciones, ha afectado la biodiversidad en la Antártica y en la Región de Magallanes.
Respecto de la importancia de que existan mujeres en ciencia, la doctora en Biología asegura que obedece, en primer lugar, a un tema de justicia social, ya que las mujeres han sido marginadas del conocimiento por siglos. “Además, las mujeres hacemos un aporte muy importante sobre cómo entendemos la naturaleza, cómo la abordamos, cómo la observamos. Ese aspecto del quehacer científico se enriquece mucho desde la mirada femenina. En tercer lugar, la forma en que trabajamos las mujeres es muy importante, por cómo nos relacionamos, cómo nos vamos abriendo camino en trabajos en equipo”, explica la científica.
Sobre los desafíos que tiene la ciencia en términos de brecha de género, indica que el ambiente aún es complejo y hay muchos temas que solucionar: “El acoso laboral y sexual que sufrimos las mujeres en ciencia es difícil, es un tema que se ha perpetuado por muchos años y recién ahora, en los últimos años, lo estamos hablando. Creo que eso es muy importante de la generación a la que pertenezco, que hemos tenido la responsabilidad de abrir caminos y no dejar que vuelvan a suceder para las generaciones que vendrán”.
Además, destaca que existen buenas iniciativas para combatir diagnósticos que durante muchos años se han observado tanto en Chile como en el mundo, en el que las mujeres no continúan perfeccionándose y desarrollando su carrera por falta de oportunidades. Una de ellas, destaca la doctora Maturana, fue la última convocatoria de Doctorado Nacional del Ministerio de Ciencia y ANID que este año, por primera vez, contó con paridad de género.
Paula Díaz: “Debemos seguir promoviendo la perspectiva de género”
Proveniente de una carrera humanista, la periodista Paula Díaz Levi cada día hace su aporte a la ciencia desde su propia especialidad: la comunicación. Actualmente es editora de Climate Tracker en América Latina y el Caribe, y colabora en medios chilenos y extranjeros, pero anteriormente trabajó como periodista científica en la organización Oceana, en el Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB) y Ladera Sur, entre otros.
Tal como destaca, las mujeres pueden aportar a la ciencia independientemente de su especialidad. “Existen varias formas de conocer al mundo en el que vivimos, y la búsqueda de conocimientos y respuestas se enriquece cuando se congregan distintos perfiles y cerebros, que contribuyen desde sus saberes, disciplinas y experiencias. Por ello, la comunicación se nutre mejor si se integra una mayor diversidad de personas que tenemos diferentes orígenes, formas de pensar y entender el mundo. Además, todas y todos podemos tener sesgos o ciertas limitaciones, por lo que trabajar codo a codo con otras personas, de otros ámbitos o disciplinas, despeja y amplía nuestra vista”, explica.
Al igual que la doctora Maturana, Paula Díaz detalla que la brecha de género tiene aún muchos desafíos para que se vaya acortando en ciencia. Por ejemplo, indica que existen importantes diferencias salariales y precariedad laboral, además de una falta de criterio en paridad de género en la asignación de cargos, y también destaca la urgencia de tomar medidas contundentes en contra de acosadores y abusadores que incluso han sido protegidos en ámbitos académicos.
“En varias ocasiones, ya sea en entrevistas para artículos o simplemente, por curiosidad, he preguntado sobre este tema a científicas de varias áreas. Las respuestas son variopintas: algunas aseguran no haber tenido problemas en esta materia, pero otras sí, y basta con escuchar sus historias para entender que debemos seguir promoviendo enérgicamente la perspectiva de género”, asegura Díaz.
Camila Bañales: “Debe existir más apoyo para el desarrollo profesional de la mujer”
Si bien la agronomía comúnmente se relaciona a la producción de alimentos y a temas más terrestres, en el caso de Camila Bañales Seguel, ingeniera agrónoma de la PUC y PhD (c) en Ciencias Ambientales de la UDEC, su interés la ha llevado a investigar la importancia de los ríos y las aguas superficiales. De hecho, durante el transcurso de su investigación de doctorado, ahora ha incorporado una visión jurídica y también la investigación social, aprendiendo del conocimiento que tienen las comunidades que viven cerca de los ríos, particularmente del pueblo mapuche y pehuenche.
Consultada sobre por qué es importante tener más mujeres en ciencia, esta profesional recuerda su niñez y cómo le gustaba dibujar plantas y observar a través de una lupa, y la importancia de contar con referentes, como su profesora de sexto básico, para generar un sentido de identificación. “Es fundamental ver a alguien que se parezca a uno haciendo las cosas que nos llaman la atención. Pero creo que es importante destacar que no solo son importantes ahí las mujeres, sino que los hombres también pueden ser modelos muy positivos”, explica.
El trato que su profesor guía tuvo en su carrera de pregrado la llevó a empoderarse en su carrera y en los quehaceres de ella. Si bien en el grupo de investigación en el que estaba Camila era la única mujer, nunca hubo una diferencia en el trato hacia ella: “Había mucho trabajo de terreno, en la Patagonia, con expediciones de 7 o 10 días, y este profesor en ningún momento hizo alguna distinción porque fuera mujer, ningún tono o insinuación”, recuerda.
Aparte de concordar con los desafíos que anteriormente fueron planteados por las otras entrevistadas, Camila destaca que la maternidad también es un tema en el que se debe igualar la cancha. “Tengo colegas que postergan su maternidad o, si tienen hijos, automáticamente se quedan atrás. En esta generación las mujeres se convierten en mamás a los 30 años, más o menos, y si tienen uno o dos hijos, entonces recién a los 36 podrían reincorporarse a la carrera y eso es mucho tiempo; te quedas muchos años luz atrás respecto a tus colegas, por eso creo que tiene que existir más apoyo en este ámbito para que las mujeres puedan continuar desarrollando sus carreras profesionales”, indica la profesional.