Actores del sistema REP valoran extensión de plazo para metas de Envases y Embalajes, y buscan resolver actuales nudos de la discusión
La decisión del gobierno de aplazar de marzo a mayo la publicación del anteproyecto que fijarás metas de recolección y valorización para el sector fue bien recibida por los actores de la industria. Esto, dicen, permitirá resolver las materias más complejas que se mantienen aún en discusión, entre ellas el tratamiento que se dará a los plásticos y la relación entre los municipios y el sistema REP. Una situación que demuestra, al mismo tiempo, la complejidad de regular a este producto prioritario y las tensiones que aún subsisten entre sus distintos actores.
La decisión del Ministerio del Medio Ambiente (MMA) de extender en dos meses el plazo para definir las metas de recolección y valorización para el sector Envases y Embalajes, en el marco de la implementación de la Ley REP, fue bien recibida por los actores del sistema. Esto, dicen, principalmente por la complejidad de regular el sector y por la necesidad de afinar algunos temas que aún se mantienen pendientes.
“Está bien el aplazamiento, es la parte más complicada de la REP lo de los envases y embalajes, porque hay distintos tipos de materialidades que van a tener metas. Ya es complejísimo. Me parece bien y prudente una extensión corta de diez semanas, para que finalmente los temas relevantes puedan ser discutidos con más profundidad en el Comité Operativo Ampliado”, afirma Marcos Segal, presidente del Comité de Economía Circular de la Asociación de Industriales del Plástico (Asipla), un visión que en general comparten todos los actores.
Entre las razones del gobierno para extender el plazo de elaboración del anteproyecto de metas hasta el 31 de mayo, se encuentra la realización de una participación temprana en regiones y una ampliación del número de reuniones con los 15 actores públicos y privados que constituyen el Comité Operativo Ampliado (COA)que trabaja con el MMA en la elaboración del decreto. Todo esto con el objetivo de ir cerrando temas que aún se encuentran abiertos.
Este plazo será aprovechado además por los actores del COA, así como por los distintos stakeholders del sistema, para afinar y cerrar los temas que aún se encuentran pendientes de definición.
“Si efectivamente este tiempo extra es para aumentar las interacciones que están existiendo entre los organismos públicos y las otras diferentes empresas y stakeholders involucrados, me parece bien que así sea, para darle el espacio apropiado a un reglamento tan complejo. Sin embargo, también vemos que hay una necesidad de acelerar este proceso, visto que genera un poco de incertidumbre en el mercado, y además que la problemática es urgente”, dice Verónica de La Cerda, gerenta general de TriCiclos.
Y es en este nuevo plazo de conversaciones donde aparecen también visiones contrapuestas que demuestran la existencia de algunas tensiones y la complejidad de regular el sector. Una de ellas, y quizás una de las principales discusiones hoy, es cómo se abordarán los plásticos: si habrá una sola meta global para este producto en particular, o si bien se diferenciarán las metas por tipo de plástico.
Plástico: meta gobal vs meta desagregada
Cuando en noviembre pasado se iniciaron las conversaciones entre el gobierno y los actores que constituyen el comité respecto de este tema, la definición inicial -aunque aún no zanjada y abierta a discusión- fue que los plásticos serían considerados como una solo entidad, con una meta global.
“Creemos que para partir debiese haber una meta única para todos los tipos de plásticos. El sistema de gestión asignará qué tipos de plástico se pueden recolectar más fácilmente, y qué plásticos tendrán un costo más alto de recolección y valorización”
La situación hoy, a ha dicho el jefe de la Oficina de Economía Circular del MMA, Guillermo González, es que se sigue trabajando en la misma línea inicial y el tema aún no está cerrado.
“Se está buscando darle un empuje a la desagregación, pero cuando uno mira la legislación comparada todavía eso no se ve materializado en legislaciones bien avanzadas con la de la Unión Europea, que lo está revisando ahora. Tenemos que lograr el balance justo entre algo que sea ambicioso y simple, si lo comenzamos a complejizar demasiado no va a funcionar muy bien”, afirmó hace unos días.
Al respecto, Marcos Segal, de Asipla, reconoce la existencia de varias posiciones respecto a la regulación de los plásticos en el marco de la Ley REP, desde algunos que opinan que las metas no debieran ser diferenciadas para nada, y que debiera existir una sola meta para los envases y embalajes en general, hasta quienes piden metas separadas por tipo de plástico.
“Nosotros tenemos una posición más cauta, porque queremos que ésta funcione y funcione bien. No es una ley perfecta, echarla a andar va a ser extremadamente complejo y en el camino se irán solucionando algunos problemas. Sobre las metas diferenciadas por plásticos, lo entiendo, porque hay algunas organizaciones que apuntan a que hay algunos plásticos más valiosos que otros, más reciclables que otros, más valorizables que otros, pero esa diferenciación se va a dar desde el sistema de gestión”, explica.
No obstante que, agrega Segal, no se puede excluir que ello ocurra a futuro, a su juicio hoy la regulación de los plásticos debiera ir más bien por la diferenciación de costos dependiendo de la materialidad de éstos, una propuesta que hoy es bien vista por el ministerio a la luz de experiencias similares en países europeos, como Bélgica. Un esquema conocido como modulación de tarifa, en que el sistema de gestión cobra más por plásticos difíciles de reciclar, o que derechamente no reciclables, hecho que motivaría a las empresas a un cambio en la materialidad de sus productos precisamente para evitar ese sobrecosto.
“Hay que considerar que ningún país europeo hace la diferenciación por tipo de metas. Creemos que para partir debiese haber una meta única para todos los tipos de plásticos. El sistema de gestión asignará qué tipos de plástico se pueden recolectar más fácilmente, y qué plásticos tendrán un costo más alto de recolección y valorización. Ese es el desafío: asignar costos diferenciados para todas las materialidades”, explica Segal.
Una visión distinta al respecto es la de TriCiclos, representada en el COA a traves de la Asociación Nacional de la Industria del Reciclaje (ANIR) y fuerte defensor de una separación por tipo de plásticos en el decreto de metas.
“Estos dos meses pueden servir para aclarar dudas, y ojalá formular un reglamento donde se entienda la complejidad que traen los plásticos, la necesidad de hacer un reglamento con metas diferenciadas entre distintos tipos de plástico, la complejidad que representaría la eventual mezcla de metas post consumo versus post industrial, y la necesidad de dejar muy bien formulado el ámbito de acción de los sistemas de gestión de tal manera que no se caiga en posibles monopolios”, dice Verónica de La Cerda.
“Los hogares no tienen hoy ningún sistema, hábito ni capacitación para identificar qué tipo de materialidad tienen los envases y embalajes. No existe ningún sistema de recolección segregada que de cabida a la separación de origen que podrían hacer las personas, ni tampoco existe la logística”
Y en particular respecto de los plásticos, insiste, agruparlos como una sola entidad “nos parece un gran error. Entiendo que la justificación viene por una posible complejidad, o incluso porque otros países lo hicieron así. Pero claro, otros países lo hicieron hace 15 años o más, no necesariamente se tenía el conocimiento que se tiene hoy, y además hoy se tiene la prueba de que efectivamente al establecer una ley donde no se diferencian los tipos de plástico no necesariamente estás poniendo los incentivos para un ecodiseño, para que se eliminen ciertos materiales que hoy no son reciclables. Hablar de plásticos es hablar en el fondo de una categoría inexistente, visto que cada plástico es un mundo completamente aparte”.
La complejidad de la recolección
Otro de los aspectos que aún genera debate entre los actores del sector envases y embalajes es el rol de los municipios y de los ciudadanos en el sistema REP. Al respecto, el gerente general de ANIR, Alejandro Navech, afirma que una de las mayores complejidades para su implementación es que este tipo de residuos no se reciclan en los hogares, ya que las familias “no tienen hoy ningún sistema, hábito ni capacitación para identificar qué tipo de materialidad tienen los envases y embalajes. No existe ningún sistema de recolección segregada que de cabida a la separación de origen que podrían hacer las personas, ni tampoco existe la logística”.
Por ello, dice, la decisión de aplazar el plazo para la entrega del anteproyecto del decreto de metas “es una muy buena medida”. Y sobre todo -agrega Navech- “considerando la situación de las municipalidades, en términos de que no tienen una mirada del residuo como un recurso valioso que requiere ir a otro tipo de plantas de reciclaje, de valorización”.
Para el gerente general de ANIR, el principal problema es la contraposición de la Ley REP con la Ley Orgánica de Municipalidades, que le entrega a los municipios la responsabilidad de la limpieza de la comuna. “Las municipalidades han usado mucho tiempo los vertederos y los rellenos sanitarios, y operadores logísticos han concentrado el mercado; es un mercado muy resistente al cambio, y eso puede hacer muy caro el costo del reciclaje”, afirma.
Una visión que es refutada de plano por Jaime Cataldo, secretario ejecutivo de la Asociación Metropolitana de Municipalidades de Santiago Sur para la Gestión Ambiental y de Residuos (MSUR): “Ellos tienen desconfianza de los municipios, y quieren reducir nuestras competencias”, afirma tajante.
“En general los plazos de los municipios no son tan urgentes, dado que aún hay que preparar la implementación de la Ley REP. Una vez que el reglamento esté resuelto, lo que va a ser más significativo es la constitución e implementación de los sistemas de gestión”
Este aspecto de la REP, la relación entre los municipios y el sistema REP, es precisamente uno de los temas que el Ministerio del Medio Ambiente busca regular de forma clara para que funciones de la mejora manera posible. En términos generales, existen tres esquemas para esta relación: uno donde el sistema de gestión entra a la comuna y opera de forma independiente; un segundo en que el municipio contrata a un gestor, pero este debe hacerse mediante licitación pública y en coordinación con el sistema de gestión, que entrega las bases técnicas para esa licitación; y la tercera es que el municipio haga ese trabajo y el sistema de gestión le pague directamente.
Lo más probable es que las tres alternativas coexistan una vez que entren en funcionamiento los sistemas de gestión de la REP, y lo que se busca es que en el decreto de metas estos lineamientos queden claramente definidos.
Aprovechar el tiempo extra
Por ahora, y en el plazo adicional que se fijó para la entrega del decreto, los municipios de MSUR -dice Jaime Cataldo- seguirán implementando los planes piloto de recolección segregada que desarrollan en algunas comunas. “En general los plazos de los municipios no son tan urgentes, dado que aún hay que preparar la implementación de la Ley REP. Una vez que el reglamento esté resuelto, lo que va a ser más significativo es la constitución e implementación de los sistemas de gestión”, afirma.
Aprovechar este tiempo extra será, precisamente, lo que harán los distintos actores del sistema. “Nosotros estamos trabajando en elaborar el tema educativo para apoyar la bajada a la ciudadanía del consumo circular”, dice Marcela Godoy, presidenta de la Asociacion de Consumidores Responsables (AcC Circular) e integrante del COA.
“Tenemos una campaña que se llama ‘A dónde va mi envase’, que lanzamos en 2017 pero que reactivamos ahora. La gente nos consulta qué hacer con los envases, cómo los reciclo. Hicimos un llamado a la ciudadanía a que subieran fotos de los envases que no están rotulados. O rotulados, pero que no se pueden gestionar. Es un poco hacer el llamado a las empresas a que entiendan que hay un público que está sensibilizado con el tema, que quiere adquirir hábitos de consumo responsable”, explica.
“Seguiremos haciéndo énfasis en lo relevante que puede ser el generar una diferenciación por tipo de plásticos, y evidentemente tenemos información técnica que puede apoyar este argumento”
En el caso de ANIR, el foco estará en discutir y avanzar en los modelos de gestión para la implementación de la REP. “Hemos tratado de convencer al MMA que genere mesas de trabajo entre los productores, municipalidades y recicladores, de tal manera que se conversen los negocios que necesita Chile antes de generar la normativa”, afirma Alejandro Navech.
“También debe haber -agrega- una discusión en torno a otros instrumentos: separación de origen, impuesto a los rellenos sanitarios, impuesto a la incineración, depósito de reembolso, educación primaria. Se necesita incorporar estas herramientas, sobre todo en el ámbito domiciliario, donde existe una vergonzosa tasa de reciclaje del 4%. El tiempo es para dialogar, entender las dinámicas que se producen entre los productores, recicladores y municipalidad”.
Por su parte, Asipla se concentrará estas semanas en concluir un estudio actualmente en desarrollo para proveer información detallada, tanto al MMA como a otros actores, sobre la industria del reciclaje de plástico en Chile. “La extensión de plazo nos permite terminar ese estudio de forma tranquila. Nos permitirá determinar qué capacidad de reciclaje por tipo de plástico en el país. Esperamos terminarlo en mayo; en abril deberíamos tenerlo listo. Será un insumo importante para el comité operativo ampliado, para determinar qué tipos de plásticos son más valorizables que otros”, explica Marcos Segal.
En el caso de TriCiclos, Verónica De la Cerda afirma que “seguiremos haciéndo énfasis en lo relevante que puede ser el generar una diferenciación por tipo de plásticos, y evidentemente tenemos información técnica que puede apoyar este argumento. Estamos súper abiertos a conversar más, y a profundizar más, sobre por qué y cuáles serían los posibles impactos positivos de hacerlo de esta manera”.