PPP: la empresa sureña que aplica economía circular para dar vida a residuos plásticos de la agricultura
Actualmente con sedes en Puerto Montt y Río Bueno, Procesadora Plásticos Puelche (PPP) transformaba residuos plásticos de la salmonicultura desde 2006, hasta que en 2019 giró su modelo de negocios hacia la industria agrícola y ganadera. Con plástico film de los bolos que se utilizan en el rubro, logran, a través de un laboratorio propio, incorporando tecnología e innovación, desarrollar soluciones para la misma agroindustria como vermicomposteras, camas de estabulación para vacas, bebederos y productos para riego eficiente como acoples, tuberías, válvulas y otros.
Mucho antes de que la economía circular estuviera en boca de todos, la empresa Procesadora Plásticos Puelche (PPP), en un lejano 2006, había empezado su historia de vida incorporando las bases de este concepto, aunque todavía no se conociera con ese nombre. Hace 16 años, efectivamente, la emprendedora Lucía Alvarado fundó PPP en la ciudad de Puerto Montt para procesar los residuos de la industria salmonera. A ella le impresionó la cantidad de basura que generaban esas empresas acuícolas en el mar, por lo que decidió actuar con determinación.
“Empezamos tres socios este proyecto, seguimos dos activos y hay uno retirado. Y nos llamaba la atención que no se hacía nada con la industria salmonera. En ese tiempo hundían las jaulas o las mandaban a vertederos. Se estaba dañando la zona. Todos somos del sur y no había alternativa. Lo que hacíamos con ellos era recibir el material que ellos daban de baja al fin del ciclo. Las seleccionamos, las trituramos, las lavamos y las volvemos a procesar para convertir nuevamente en tuberías que vuelven a la industria salmonera”, explica Alvarado, gerenta comercial y fundadora de PPP (cuya cuenta de Instagram es esta).
Desde su origen se mantuvieron trabajando codo a codo con la industria salmonera. El modelo de negocios funcionaba así: PPP les recibía el material plástico y luego, procesada, les vendían la tubería a las mismas salmoneras y les descontaban el valor de la materia prima entregada. “Ese modelo les encantaba hasta el año 2010 más o menos, porque estaban cautivos en la economía circular. Pero la verdad es que ellos sentían pasión por esto porque tenía un descuento, no lo hacían por amor. Esa es la verdad”, lamenta la emprendedora.
“A través de nuestro laboratorio podemos chequear si el material está muy degradado y en ese caso los destinamos a otros productos que no requieren especificaciones técnicas como las tablas plásticas que las ocupamos en terrazas, muelles y otras aplicaciones”.
Ese paulatino desinterés de la industria salmonera por involucrarse más genuinamente en el cuidado del medio ambiente fue alejando a PPP de ese objetivo. El año 2019, la empresa se reorientó en sus objetivos y comenzó a tender puentes hacia la industria agrícola y ganadera, recibiendo sus plásticos y trabajándolos para fabricar soluciones de varios tipos para ese rubro.
“Yo soy veterinaria de profesión y empezamos a pensar qué podíamos hacer con el plástico film de los bolos que se usan en el campo para envolver pasto fermentado para el invierno, muy utilizado en el sur. Nadie estaba haciendo nada, había empresas que solo peletizaban. Pero nosotros tomamos ese film de los bolos y, tras convertirlos a materia prima, empezamos a fabricar productos para que se usen en la misma industria”, explica Lucía Alvarado.
Actualmente, el grueso del negocio de PPP descansa en el trabajo con la industria agrícola, más que en la salmonera, que subsiste, pero en menor proporción. En la fabricación de nuevos productos juega a favor -y es crucial en el modelo- un laboratorio que tiene PPP en su “casa matriz” de Puerto Montt (también tienen una sucursal en Río Bueno). En ese laboratorio, según se señala en la plataforma web del emprendimiento, “se clasifican los diferentes materiales plásticos, realizando ensayos específicos según usos, que otorguen la seguridad necesaria a nuestros productos”. A la vez, indican que “revisamos los distintos tipos de plásticos en distintas condiciones, sus propiedades mecánicas y resistencias físicas y químicas, innovamos en uniones y mezclas, utilizamos filtros y controles para la creación de soluciones que aporten a la economía circular”.
Desde camas para vacas a productos para riego eficiente
El catálogo de productos que confecciona PPP a partir del reciclaje de plásticos industriales es muy vasto. Hoy tienen a su haber 17 productos desarrollados con innovación, tecnología y valor agregado. En particular, en el área de la agricultura y ganadería, han logrado fabricar, con el film rescatado de los bolos, productos tan variados como vermicomposteras, camas de estabulación de vacas, geomembranas para proteger a terneros y otros. Al igual que con las tuberías que venden a la salmonicultura, para llegar a estos productos posibles de reusar en la agricultura pican, lavan y reprocesan el material, para luego pulverizarlo y obtener el anhelado resultado.
“A través del laboratorio podemos chequear si el material está muy degradado y en ese caso los destinamos a otros productos que no requieren especificaciones técnicas como las tablas plásticas que las ocupamos en terrazas, muelles y otras aplicaciones”, apunta Alvarado. Aparte del plástico film, reciclan los bidones de productos de lechería. Con ellos fabrican bebederos para animales.
Normalmente estos productos resultantes son vendidos a empresas de la misma industria. Y de ahí la razón de ser de instalar una sede satélite en Río Bueno, ya que muchos agricultores de esa zona reconocían muchos problemas con el abastecimiento de agua. Es así como llegaron a producir artefactos abocados a manejo de líquidos y fluidos, con foco en innovación y sustentabilidad, donde destacan codos, bombas solares, acoples, tuberías y otros productos que buscan aumentar la eficiencia en el riego. El equipo de PPP le llama afectuosamente “ferretería hídrica” a la sucursal riobuenina. “Es eficiencia y sustentabilidad aplicada al agua”, complementa Alvarado.
“Nuestra gracia es que nunca pensamos terminar en materia prima. Lo típico y más fácil es peletizar el plástico y me hago famoso. Si realmente estás preocupado del medio ambiente, hay que hacer un producto final, vendible en tu zona y ahí recién puedes decir que haces economía circular y bajas la huella de carbono”.
En el caso del agro, añade Alvarado, “tiene menos contacto con el resto del mundo que la industria salmonera. En el agro no es tan así, es más atomizado. Al principio les costó no trabajar con cosas nuevas, que traían de Santiago. Pero de a poco han ido incorporando el concepto de la eficiencia hídrica. Nosotros ofrecemos soluciones más baratas que nuestra competencia, y nuestro foco es trabajar con los pequeños y medianos agricultores”. En ambas oficinas sureñas venden personalmente toda su nutrida parrilla de productos.
Así las cosas, entre 2006 y 2020, estima PPP, han logrado procesar más de 1.600 toneladas de plástico que estaban destinadas al desperdicio, con lo cual han evitado que 2.645.165 de kilos de carbono se liberen a la atmósfera. No obstante, Lucía Alvarado aclara que las cifras no han sido actualizadas, por lo que, calcula, “hoy hemos llegado casi al doble de lo que llevábamos entonces”.
Finalmente, lo relevante para Procesadora Plásticos Puelche es que hacen economía circular íntegra, lo que no se ve, según ellos, reflejado en otros emprendimientos. “Nuestra gracia es que nunca pensamos terminar en materia prima. Lo típico y más fácil es peletizar el plástico y me hago famoso. Si realmente estás preocupado del medio ambiente, hay que hacer un producto final, vendible en tu zona y ahí recién puedes decir que haces economía circular y bajas la huella de carbono. Si hago materia prima y mando a Santiago, no hago más que recuperar y transformar en pellet”, cierra Alvarado.