Las buenas prácticas de las Empresas B para resistir la segunda ola de la pandemia
La plataforma “Navegando con propósito” recoge los testimonios, experiencias y buenas prácticas que han desarrollado estas empresas responsables durante el año en que se ha extendido la crisis sanitaria por el COVID-19. Desde la mejora de sus prácticas sostenibles hasta la mantención de sueldos justos para sus trabajadores/as, pasando por un eficiente tránsito hacia el teletrabajo, las empresas B dicen que sus características facilitan la adaptación a una nueva realidad como la que se plantea en estos días.
Más de 170 Empresas B existen en Chile y han tenido necesariamente que adaptarse a este contexto de crisis sanitaria por la pandemia. Con una segunda ola en curso en nuestro país, que está golpeando duramente la economía y la salud de las personas, este grupo de empresas con responsabilidad social, económica y ambiental han demostrado cuán resilientes pueden ser a los cambios que exige el escenario actual.
En un esfuerzo por dar a conocer las nuevas estrategias de reinversión de este tipo de empresas -que miden su impacto social y ambiental, y se comprometen de forma personal, institucional y legal a tomar decisiones considerando las consecuencias de sus acciones en la comunidad y el medioambiente-, Sistema B abrió la plataforma web “Navegando por propósito”, donde 50 de estas firmas disponen de un espacio para relatar sus testimonios y/o experiencias sobre cómo lograron “continuar la travesía”, y poder interconectarlos con discursos de otras empresas.
“Las historias tienen como escenario la pandemia, y los relatos se basan en la forma que tuvieron las Empresas B para ponerse al servicio de la emergencia, reinventarse y salir adelante, y cómo el propósito les permitió no perder el rumbo y focalizarse en lo importante”, cometa Zdenka Astudillo, directora ejecutiva de Sistema B. A su vez, Astudillo cree que “las soluciones se logran de mejor forma con otros, poniendo en común los desafíos, escuchando a nuestros colaboradores, generando alianzas y conectándonos con nuestras redes”.
Desde las más pequeñas hasta las intermedias, las Empresas B expusieron sus casos en la plataforma www.navegandoconproposito.cl. País Circular conversó con cuatro de ellas para saber cómo lograron mantener sus buenas prácticas aun en un contexto tan desfavorable.
ASGREEN: “La mejor forma de prosperar es prosperando juntos”
María Luisa Lozano, directora ejecutiva de la empresa de ingeniería y asesoría sustentable ASGREEN, ha notado desde su posición que, con el advenimiento de la pandemia, existe un “mayor interés de las empresas en incorporar variables de sustentabilidad”. De hecho, asegura, nunca le habían preguntado tanto por el concepto de huella de carbono y huella hídrica.
Al principio, eso sí, Lozano tuvo que hacer drásticos ajustes en la operación de la empresa. Instalada en Curicó -y ad portas de inaugurar un proyecto estrella para generar energía a partir de los residuos de las manzanas-, ASGREEN inició una dinámica de trabajo combinada entre virtual y presencial. Al principio de la pandemia, muchos trabajadores llegaban en micros y buses, incluso desde otras ciudades, y desde la plana ejecutiva tomaron la decisión de ordenarles trabajar desde sus casas. El problema es que mucho trabajo de ASGREEN se debe hacer presencial, como la instalación de equipos, por ejemplo, tarea para la cual se adoptaron todas las medidas sanitarias habidas y por haber.
Adicionalmente, el objetivo central de Lozano, en tanto Empresa B convencida de esos valores, fue “mantener los puestos de trabajo y que nadie se viera afectado en sus ingresos, ya que la tranquilidad financiera es la única seguridad que uno puede tener este momento”.
Otra experiencia que también aparece relatada en Navegando con Propósito versa sobre la creación de una plataforma para dictar algunos cursos, nacidos desde la recomendación de algunos clientes como la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático. Hay cursos de gestión energética, otro del agua y otro de economía circular.
Por último, a María Luisa Lozano le parece “genial” el levantamiento de plataformas como Navegando con Propósito, por cuanto permite “reunir las mejores prácticas de las empresas que -se supone- son más conscientes y que están validadas. Ojalá todos pudieran tener la posibilidad de leer lo que aparece ahí. El espíritu es compartir lo que hicimos, enriquecer ese conocimiento de ser mejor y salir adelante. La mejor forma de prosperar es prosperando juntos”.
“Existe un mayor interés de las empresas en incorporar variables de sustentabilidad”.
Almaciguera: “La virtualidad democratiza”
En tanto consultora que tiene por misión promover la sostenibilidad en el sur de Chile, Almaciguera considera, al igual que ASGREEN, que existe una mayor comprensión de las grandes empresas por incorporar la sostenibilidad como algo transversal “y no solo ambiental, sino que involucra el impacto social en el entorno, en los clientes, en los trabajadores, en sus proveedores”, dice Francisca Sotta, directora ejecutiva de Almaciguera.
En Navegando con Propósito, su socia y coordinadora de proyectos Natalia Wilhelm complementa que “los grandes fondos de inversión a nivel mundial están exigiendo impacto social y ambiental a los proyectos que apoyan, por lo que se ha ido generando un ciclo virtuoso que a nosotros por supuesto que nos favorece”.
Como buena parte de las empresas, las B incluidas, pasaron de la modalidad presencial a la de teletrabajo. Instalada en Puerto Varas, Almaciguera trabajaba con clientes ubicados en zonas de difícil acceso, con mala señal de internet y gente de distintas edades. En ese sentido vieron con buenos ojos la posibilidad de capacitarse.
Por ejemplo, hicieron un curso de Reporte de Sostenibilidad impartido por Acción Empresas que originalmente se realizaría en Santiago de manera presencial. Sin embargo, “la modalidad a distancia permitió que participara gente de todas partes”, dice Wilhelm en la plataforma naciente, para asegurar que “la virtualidad democratiza”. Gracias a ese curso, pudieron empezar a trabajar con Nodo, una de las 12 Empresas B que hay en Puerto Varas, abocados también al fomento de la sostenibilidad.
Tan optimista como Wilhelm, Francisca Sotta dice que, en su experiencia, “la pandemia ayudó a humanizar a las empresas y al trabajo”. En resumen, “el 2020 fue un año en que las empresas se volcaron hacia adentro, y eso hizo que el concepto de sostenibilidad cobrara mucho sentido para aquellas más productivas que no lo veían como algo cercano”, agrega Sotta. “Se logró visibilizar la sostenibilidad social – ya no se trata solamente de cuantas mascarillas o cajas dona la empresa- sino de saber cómo está nuestra comunidad, como trabajamos en conjunto con nuestros trabajadores para generar mejores condiciones laborales, para compatibilizar el trabajo con la familia”, cierra la directora ejecutiva.
“Se logró visibilizar la sostenibilidad social – ya no se trata solamente de cuantas mascarillas o cajas dona la empresa- sino de saber cómo está nuestra comunidad”.
Awto: “Ser Empresa B hace que la adaptación sea más fácil”
Para Fabiana de Nobrega, digital marketing specialist de Awto, el primer car sharing de Chile, la pandemia representó un gran desafío para su flota de vehículos compartidos y que, por lo tanto, disminuyen ostensiblemente las emisiones de gases de efecto invernadero. Después de los primeros días de pandemia, advirtieron que “Awto era uno de los medios de transporte más seguros para el contexto en que estábamos viviendo. Si bien es un auto que se comparte, al momento de arrendar un awto vas sol@ ya que tú lo manejas”, dijo ella en Navegando con Propósito.
“Nos costó averiguar y ver cómo entender para mantenernos a flote. Nos dimos cuenta de que si bien los viajes bajaron muchísimo, mucha gente se reinventó en esta segunda ola de la pandemia, es menos la cantidad de gente que se mueve. Nosotros llamamos a que la gente se mantenga en casa, a que no ande por la calle, pero cuando se requieren viajes muy necesarios, asumimos ese trabajo y lo hacemos de forma segura”, añade De Nobrega.
A diferencia de la primera cuarentena, dice Fabiana, “esta segunda ola no nos pilló tan desarmados, tomamos nota de las experiencias aprendidas y afiatamos los equipos”. Desde ahora, por ejemplo, la reposición de alcohol gel en los autos es más expedita. Redujeron además el valor del minuto de uso del vehículo, entregan horas gratis a los funcionarios de salud, se metieron en el mundo del delivery y suspendieron la membresía mensual ya que no tenía sentido seguir cobrando si las personas no estaban saliendo a las calles.
Desde el punto de vista económico, durante tres meses Awto se vio obligado a un plan de reducción de sueldos que no implicó desvinculaciones, “conscientes de lo que significa el trabajo. Así, establecimos tramos de reducción por montos de sueldos y fijamos un límite en que de ahí hacia abajo, los sueldos no se reducían por un tema de piso ético”, complementa Fabiana de Nobrega, quien agradece el espacio brindado por Sistema B y dice que “la cultura de Empresa B hace que la adaptación a la nueva realidad sea más fácil”.
“Esta segunda ola no nos pilló tan desarmados, tomamos nota de las experiencias aprendidas y afiatamos los equipos”.
Torre: “Hay que ser coherente en tiempos buenos y malos”
Desde Quillota, ciudad donde está instalada su planta, la empresa Torre recién obtuvo la certificación de Empresa B, lo que les permitió poner “el foco en acelerar procesos y exigencias en el trabajo con proveedores y en el desarrollo del eco-diseño, así como la comunicación con pymes y emprendedores para colaboraciones futuras, temas que por distintas razones no habíamos podido priorizar”, dice en la plataforma el asesor de la gerencia general de empresas Torre, Jorge Vignolo.
Próximos a cumplir 133 años de historia en el rubro de los artículos escolares, arte, manualidades, oficina y editorial, es segundo período en que Torre se encuentra con un escenario adverso producto de la suspensión de las clases presenciales en el país. “Ha sido muy difícil”, reconoce Vignolo, quien, sin embargo, expresa que “como nuestra planta productiva está en Quillota, hemos estado menos tiempo en cuarentena respecto de la industria local en Santiago. Eso nos ha permitido seguir produciendo y tener un stock adecuado hasta que la situación se normalice”.
Por de pronto, Torre se quedó sin la exportación de sus productos a México, pues en el país del norte también no se están realizando clases. Sin perjuicio de ello, la empresa empezó a innovar enfocada en el público que pasa la cuarentena, tales como manualidades, material para primera infancia, cajas, y siguieron con las donaciones a colegios vulnerables y a hospitales como el Luis Calvo Mackenna.
En lo que respecta a sostenibilidad, cuenta Vignolo, Torre aceleró su preocupación por el tema medioambiental. Dos de las principales certificaciones del papel, cartón y cartulina utilizado por Torre, tanto a nivel nacional como internacional, son PEFC y FSC, que “garantizan que la materia prima proviene de bosques que se manejan de bosques sustentables”. Con los proveedores extranjeros la exigencia ha sido la misma y hoy Torre, según el asesor, cuenta con el “70 por ciento de sus productos escolares certificados” y eso hace la diferencia.
“Hay que ser coherente en los tiempos buenos y malos. Es bueno que las empresas integren su declaración de principios y puedan navegar dentro de lo que sea posible acerca de mantenerse en este propósito de las Empresas B”, cierra Vignolo.