La apuesta de HuellaChile: avanzar del sello Cuantificación al de Reducción de carbono en organizaciones
En una ceremonia virtual, este programa voluntario de la Oficina de Cambio Climático del MMA entregó los sellos de reconocimiento a las instituciones que demostraron más compromiso en su gestión de carbono durante los años 2019 y 2020. Desde su creación en 2013, HuellaChile ha registrado a 1.195 organizaciones y entregado 668 sellos, de los cuales el 93% corresponde a Cuantificación, es decir, el nivel inicial. El paso siguiente es aumentar significativamente la reportabilidad de reducciones de emisiones. Es decir, avanzar hacia el sello siguiente, Reducción, que hoy representa un 5%.
El estallido social iniciado el 18 de octubre de 2019 obligó al programa HuellaChile -encargado de promover la gestión de carbono en organizaciones públicas y privadas- a cancelar la ceremonia protocolar de entrega de sellos corporativos a las instituciones con más avance y compromiso. Cuando parecían aquietarse las aguas, sin embargo, todos los planes se volvieron espuma nuevamente: el coronavirus había entrado al país. De manera que desde la Oficina de Cambio Climático del Ministerio del Medio Ambiente, entidad impulsora de HuellaChile, optaron por organizar una actividad virtual que incluyera los sellos otorgados durante los dos últimos años consecutivos.
Este evento de reconocimiento, celebrado el viernes 11 de diciembre pasado, fue encabezado por la ministra del Medio Ambiente, Carolina Schmidt. En él, HuellaChile entregó 450 sellos de reconocimiento repartidos en sus cuatro niveles de gestión (Cuantificación, Reducción, Neutralización y Excelencia) a 219 organizaciones. En la instancia digital, además, participó el coordinador del programa, Sebastián Garín; la jefa de la Oficina de Cambio Climático, Carolina Urmeneta; y destacados ejecutivos de empresas y organizaciones que han reforzado su compromiso con HuellaChile.
De los 450 sellos entregados, 418 corresponden a Cuantificación; 23 a Reducción; 1 a Neutralización y 8 a Excelencia. A esto se suman 3 sellos (2 de Cuantificación y 1 de Neutralización) a eventos medioambientalmente sustentables.
En la sumatoria total, el programa muestra una tendencia un alza tanto en número de organizaciones interesadas en medir su huella de carbono y el número de sellos entregados. Desde la creación de HuellaChile, en 2013, el programa suma 1.195 instituciones registradas y ha otorgado en total 668 sellos, de los cuales el 93 por ciento corresponde a Cuantificación y apenas un 5% a Reducción.
“Es lógico que un gran porcentaje de los sellos sean de Cuantificación, porque las organizaciones están aprendiendo a medir su huella de carbono, es un diagnóstico inicial. Pero la idea es ahora transitar hacia la reportabilidad de reducciones. Lo que buscamos es incentivar que, junto con este impulso por medir, también las instituciones empiecen a hacer una propuesta de valor más sólida en cuanto a reducción, a plantear una ruta de carbono neutralidad. Los sellos respaldan esos avances y compromisos que se crean a nivel gerencial”, dice Sebastián Garín, coordinador del programa.
Un dato a tener en cuenta es que el 91 por ciento de las organizaciones registradas en HuellaChile pertenecen al sector privado. Al margen de algunos municipios, son empresas privadas -pequeñas, medianas o grandes- las que apuestan por la gestión de sus emisiones a través del programa. Y dentro de ellas, el 19 por ciento corresponde a empresas del sector servicios generales. “Es importante sumar al sector público, ir eliminando esas brechas, pero se necesitan recursos económicos y humanos”, agrega Garín.
“Lo que buscamos es incentivar que, junto con este impulso por medir, también las instituciones empiecen a hacer una propuesta de valor más sólida en cuanto a reducción, a plantear una ruta de carbono neutralidad”.
Una de las pymes que obtuvo su primer sello de cuantificación -2019- fue la empresa de ingeniería de alto desempeño TNA Engineering. Con un equipo de 20 trabajadores/as, esta compañía brinda servicios al área de energía industrial y también a la minería. Con la asesoría de la empresa verificadora Respect, TNA logró identificar cuáles eran los elementos que más huella de carbono generaban. De manera que cambiaron toda la luminaria por tecnología LED, y sus operarios se desplazan en autos eléctricos.
“Cada pequeña acción va sumando en una dirección. Eso nos gusta de HuellaChile: una herramienta que, a través de sellos, mide como una escalera y uno quiere ir mucho más allá. Está muy bien guiado y estamos muy agradecidos también de Respect, porque te enseñan un montón, por ejemplo, a hacer un plan de reducción de carbono. No es solamente el galardón por tener un diploma en la oficina: es un aliciente para generar conciencia en el equipo”, cuenta el gerente general de TNA Engineering, Tomás Núñez, cuya empresa volverá a cuantificar sus emisiones de 2020, y en 2021 apuesta por “subir un peldaño” hacia la reducción.
En Respect, mientras, explican que la función de su empresa verificadora es “corroborar que todo lo que la empresa o institución está declarando al programa HuellaChile es correcto, de acuerdo a la metodología que el programa establece, que se basa en la NCh-ISO 14064/1:2019 para empresas y la NCh-ISO 14067:2019 para eventos, servicios y productos. En otras palabras, debemos comprobar que la información que se ingresa a la plataforma de HuellaChile se ajuste al límite operacional que la empresa decidió auditar”, comenta Álvaro Morales, socio cofundador de Respect.
En tanto, Sebastián Garín aspira a que la cuantificación de gases de efecto invernadero generados a nivel corporativo “se convierta en un proceso de rutina y operacional anual. No es un proceso que llevo por medio de una consultoría y me olvido. Tenemos que integrarlo a la estrategia organizacional de la industria. Que lleguemos al 100 por ciento de medición”. El coordinador recuerda que los sellos otorgados por el programa no evalúan inventarios completos de reportabilidad, sino “partes parcializadas de su impacto completo”. De manera que, en sus palabras, “necesitamos robustecer el inventario completo, es lo lógico. Esperamos que suba el número de sellos de reducción entregados e incentivar la neutralidad”.
Por su parte, a través de un video preparado para la ceremonia virtual, la ministra Carolina Schmidt celebró la adhesión conseguida por HuellaChile dentro de las organizaciones, ya que su avance en acción climática “se suma a los esfuerzos nacionales hacia la carbono neutralidad al año 2050. Necesitamos ese esfuerzo para dar una señal como país a comprometerse con esas metas”.
“Cada pequeña acción va sumando en una dirección. Eso nos gusta de HuellaChile: una herramienta que, a través de sellos, mide como una escalera y uno quiere ir mucho más allá. Está muy bien guiado y estamos muy agradecidos también de Respect, porque te enseñan un montón, por ejemplo, a hacer un plan de reducción de carbono”.
Los alumnos destacados
Una de las empresas más “aplicadas” en la obtención de estos sellos es Sodimac: obtuvo por segundo año el sello de Excelencia, el de más alto rango dentro del escalafón de HuellaChile. “Teníamos muchas metodologías para medir, pero HuellaChile nos permite impulsar el concepto en general y nos permite tener una lógica más uniforme, menos dispersa. En el 2018 Sodimac obtuvo tres sellos de cuantificación, reducción y excelencia, y este año recibimos los mismos sellos porque lo tenemos incorporado a nuestro proceso de planificación estratégica. Se piden las evidencias y el MMA hace una evaluación interna. Estamos súper contentos porque reconoce que Sodimac es un retail al que no solo le importa ser rentable, sino que también le interesa hacerlo de forma sostenible”, dice Juan Carlos Corvalán, gerente de sostenibilidad de la empresa, que cuenta desde 2006 con una estrategia formal en esta materia, aprobada por el directorio.
Sodimac es una de las cinco organizaciones que se repartieron los ocho sellos de Excelencia otorgados en la ceremonia del viernes pasado, correspondientes a los años 2019 y 2020. Los restantes “alumnos destacados” son CCU, Colbún, Municipalidad de Vitacura y Komatsu.
Pero hay otras grandes compañías que recién se están sumando a HuellaChile. Es el caso de la empresa de distribución automotriz Derco, que participó por primera vez en el programa y se adjudicó el sello Cuantificación. “Medimos y verificamos la huella de carbono de nuestro centro de distribución de repuestos en Lo Boza, uno de los más grandes de América Latina. Lo vemos como un primer paso para medir la huella de carbono de otras áreas de nuestra operación y continuar en las etapas siguientes del programa HuellaChile. Chile se ha comprometido a ser carbono neutral al 2050 y todas las organizaciones debemos sumarnos a ese esfuerzo”, detalla el gerente general de Derco, Andrés Sáenz.
Gracias al reporte de sus impactos ambientales, efectuado por el programa HuellaChile, Derco detectó que el uso de electricidad representa más del 70 por ciento del carbono que emite la empresa, por lo que, en orden de corregir ese aspecto, tienen planificado implementar energías renovables no convencionales en las instalaciones, además de reducir el consumo de agua en las operaciones.
Teníamos muchas metodologías para medir, pero HuellaChile nos permite impulsar el concepto en general y nos permite tener una lógica más uniforme, menos dispersa (…) Estamos súper contentos porque reconoce que Sodimac es un retail al que no solo le importa ser rentable, sino que también le interesa hacerlo de forma sostenible”.
Los desafíos: gestión de carbono en municipios y reportar otras emisiones
Algunos de los desafíos de HuellaChile quedaron esbozados en la presentación de Sebastián Garín en la ceremonia de entrega de los sellos, el viernes pasado. Uno de los más prominentes es la reciente firma de un convenio de colaboración entre la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS) y el Ministerio del Medio Ambiente de Chile para implementar el proyecto Iniciativa para la Transparencia en la Acción Climática (ICAT Chile) con el programa HuellaChile, cuyo objetivo será gestionar las emisiones de gases de efecto invernadero en los gobiernos locales.
Asimismo, otro de los grandes retos del programa pasa por la transición hacia la actualización. de la norma NCh-ISO 14064:2013 a la NCh-ISO 14064:2019. Esta modificación cobra importancia por cuanto el programa pretende en 2022 validar esta nueva norma. ¿Qué significa esto en la práctica? Que los informes de reportabilidad de emisiones tendrán que considerar obligatoriamente lo que se conoce como el “alcance 3”, es decir, las emisiones indirectas que “no son propiedad ni están controladas por la empresa, como por ejemplo, transporte de los funcionarios, viajes aéreos o terrestres por motivos de trabajo, transporte de insumos, generación y transporte de residuos, entre otros”, según consta en la definición de “enfoque corporativo” para cuantificar la huella de carbono.
“Los requerimientos se volverán más exigentes en materia de reportailidad. Hasta ahora el alcance 1 (emisiones directas) y 2 (indirectas por consumo y distribución de energía) son obligatorios, y el 3 es voluntario. Desde el 2022 casi la totalidad del alcance 3 se volverá obligatorio. El desafío es reportar y medir todo para así mejorar la trazabilidad”, cierra Garín.