Carlos Arriagada, VP de Collahuasi: “Le hemos dado harta fuerza a la economía circular, porque la asociamos mucho con el desarrollo regional”
La compañía minera decidió incorporar atributos de economía circular como exigencia para todas sus licitaciones de bienes y servicios por los próximos tres años, en una cartera de US$ 3.500 millones. Una apuesta que están seguros dice Carlos Arriagada, vicepresidente (i) de Administración y Finanzas de la compañía, en el corto y mediano plazo va a agregar valor a la empresa. De paso ayudará a potenciar un ecosistema local en Tarapacá, dará un nuevo impulso a la economía y la innovación regional y dará tracción a esta tendencia en la industria local, además de ayudar a mitigar el impacto de la crisis de suministro causada por el Covid. “Vamos a tener que hacer un proceso de acompañamiento bien fuerte con los proveedores, pero creemos que vale la pena hacerlo”, afirma.
Periodista
A comienzos de noviembre, la Compañía Minera Doña Inés de Collahuasi anunció que integraría los atributos de economía circular en todos sus procesos de licitación y compras, en una cartera que superará los US$ 3.500 millones en los próximos tres años. Se transforma así en la primera empresa minera del país – y probablemente la primera gran compañía que lo hace en cualquier otro sector – en incorporar de manera decidida en sus procesos una serie de atributos circulares como el uso eficiente de recursos, reducciones de emisiones y residuos en toda la cadena de valor, y el fomento a la innovación para crear nuevos modelos de negocios en su ecosistema de proveedores.
Carlos Arriagada, vicepresidente (i) de Administración y Finanzas de Collahuasi, explica en esta entrevista cómo se va a implementar este proceso en una empresa que se posiciona como el segundo mayor proveedor de cobre a nivel mundial, responsable de casi el 50% del PIB de la Región de Tarapacá y del 2% del PIB a nivel nacional. Una decisión, afirma, que tiene su base en un modelo de gestión basado la gestión de riesgos de la compañía, que lleva más de 10 años de implementación, y que hoy apuesta a una transformación que impacte en prácticamente todo el ecosistema de la región donde está emplazada.
“El pilar de sustentabilidad para nosotros es bien crítico, porque creemos, en base a esta responsabilidad que tenemos con el país, nuestras comunidades y nuestros proveedores, que logrando resultados operacionales de excelencia podemos transformar positivamente no solamente la calidad de vida, sino también el entorno de nuestros trabajadores, de empresas colaboradoras, comunidades y del país”, afirma Arriagada.
¿Cómo se va a aplicar esta incorporación de la economía circular en las licitaciones, en términos prácticos?
Esto, como dicen en el póker, es un all-in. No vamos a partir haciéndolo escalonado, en áreas de poco riesgo operacional, sino que desde que informamos esto públicamente, el cien por ciento de los procesos de licitación y compra van a incorporar este atributo circular. Y no es un monto menor. En los próximos tres años, entre compra de bienes y contratación de servicios, vamos a licitar del orden de los 3.500 millones de dólares. Es así de crítico. Cuando gran parte de las empresas mineras contratan un servicio o compran un bien, definen un porcentaje de peso especifico de la oferta económica y la técnica. Generalmente es 80% económico y 20% técnico. Nosotros lo que hicimos fue bajar el componente económico a un 60%, dejamos en 20% el componente técnico, y le incorporamos un 20% de una evaluación de circularidad.
¿Cuáles son los atributos que van a buscar en ese 20%, cuál va a ser la exigencia?
Ese porcentaje se distribuye en tres sub-atributos. Uno que pesa 8% y que es de circularidad propiamente tal, que evalúa que tan circular es la oferta de valor que nos está haciendo ese proveedor, partiendo de lo más básico que es reciclar hasta remanufacturar, reparar, reducir o rechazar. Mientras más circular sea la oferta de valor, mayor peso específico de evaluación tiene en ese atributo. El segundo atributo, que también otorga un 8%, está focalizado en desarrollo regional, y ve si la empresa está instalada en Tarapacá -ya sea con casa matriz o sucursal-, si contrata mano de obra local para ejecutar ese servicio, si compra esa materia prima o los insumos a proveedores locales. Y el último 4% es la reducción de emisiones, cómo se traduce la propuesta de valor en reducción de huella de carbono o generación de residuos.
Mucho de esto que se está exigiendo aún no existe en las empresas, van a tener que transformarse. ¿Cómo se las apoya en este cambio?
Eso lo estamos haciendo, porque tenemos claro que no podemos dejar a las empresas solas, sino que es un proceso que vamos a llevar en conjunto. Ya partimos con reuniones con empresas colaboradoras, o potenciales colaboradores, para explicarles la estrategia de economía circular de Collahuasi. Eso lo vamos a complementar con cursos asociados a economía circular, que ya están desarrollados, y en el caso de las empresas de Tarapacá, vamos a hacer también un trabajo con ese foco con la Asociación de Industriales de Iquique y con la Asociación de Industriales del Tamarugal y Pozo Almonte, que va a considerar el acompañamiento a las empresas que creemos tienen el potencial de proveernos estos servicios. En Tarapacá se implementó el primer centro tecnológico de economía circular, que ya está operativo, y conversamos con ellos para aprovechar su know how, hacer pilotos con algunas empresas proveedoras y ocupar a Collahuasi como campo de pruebas. Ese ecosistema no va a ser solo Collahuasi y sus proveedores, tenemos que hacerlo con las asociaciones gremiales, con el centro tecnológico de economía circular, con las universidades, los colegios técnicos.
“Las empresas que proveen bienes y servicios circulares para la minería perfectamente van a poder proveerlos para el retail, generación de energía u otras industrias. Esto tiene un factor multiplicador bien positivo”
Lo clave para que la economía circular funcione es abrir la demanda, que es precisamente lo que están haciendo.
Sí, pero también ayudar a desarrollar la oferta. En esta primera etapa tenemos que forzar y ayudar a desarrollar esa oferta, porque por si sola le va a costar mucho más hacerlo de manera rápida. Tenemos claro que el esfuerzo por nuestro lado probablemente va a ser mayor, porque vamos a tener que hacer un proceso de acompañamiento bien fuerte con los proveedores, pero creemos que vale la pena hacerlo.
Potenciar el desarrollo local a través de la economía circular puede tener varias ventajas, y motivaciones. Una de ellas podría ser la crisis de la cadenas de suministro por el Covid. ¿Influye esto en la decisión?
Eso es súper crítico, y es algo que aún se mantiene. Los costos de flete han subido más de un 40% o 50%, pero a parte de eso los problemas que ha habido en los puertos -principalmente de Asia – han sido tan críticos que también hay mucha incertidumbre respecto de los plazos de entrega de productos por parte de los proveedores – algo que debía llegar en enero podría llegar en abril -, con el impacto que eso tiene para los procesos operativos y productivos. Entonces, ese valor agregado asociado a disminuir el riesgo de disrupción de la cadena logística también tiene un impacto positivo bastante fuerte. Para nosotros es otra externalidad positiva de la implementación de la economía circular; no solamente nos ayuda con los temas de productividad, medio ambiente y desarrollo regional, sino que también nos da más confiabilidad en la cadena de suministro de los bienes que requerimos.
Otra ventaja para las empresas, en general, es la reducción de conflictos con las comunidades, tenerlas integradas genera una mejor relación.
Sin duda. Cuando uno tiene empresas exitosas como Collahuasi en términos del valor que generan, las utilidades, los impuestos que entrega al país, las comunidades y los proveedores también se preguntan -a mi juicio de manera correcta- cómo formamos parte de esa historia de éxito. Hace tiempo que estamos haciendo esfuerzos para que sean parte de ello. En los últimos tres años, el gasto que hemos tenido en proveedores locales son casi 1.400 millones de dólares. Es un promedio anual de 450 millones de dólares que contratamos o compramos a más de 450 proveedores locales. Ha habido esfuerzos y resultados bastante buenos, también con las comunidades indígenas y costeras, pero la economía circular nos va a hacer además más sustentables. Con los planes de desarrollo buscamos no ser solo asistencialistas, sino ayudarlos a que cuando Collahuasi ya no esté, ellos puedan seguir siendo sustentables en el tiempo como proveedores y comunidades. Las empresas que proveen bienes y servicios circulares para la minería perfectamente van a poder proveerlos para el retail, generación de energía u otras industrias. Esto tiene un factor multiplicador bien positivo.
Todo esto también tiene un impacto en el negocio minero, en la venta de cobre. ¿Cómo se ha visto este efecto?
Estamos viendo un impacto positivo. Para los bancos con los que nos relacionamos, los fondos de inversión que están interesados en participar en financiamiento de posibles proyectos mineros -principalmente europeos y norteamericanos-, los temas de sustentabilidad que realices como compañía, en términos de generar un cobre más verde, ya es un factor diferenciador muy crítico en términos de dónde van a decidir invertir. Entre dos compañías mineras que produzcan lo mismo, que tengan un negocio igual de atractivo, la decisión de inversión va a estar sin duda en aquella compañía minera que te puede demostrar que en términos estructurales tiene planes y modelos de negocios más sustentables. Entonces, se transforma en un factor diferenciador para efectos de buscar financiamiento para potenciales crecimientos que puedan tener las empresas.
“Nosotros creemos que la economía circular te obliga a pensar la manera en que haces las cosas, y repensar tus procesos. Ese cambio, cómo lo haces más eficiente, cómo dejas de generar residuos, cómo lo haces más sustentable, creemos que en el corto y mediano plazo va a agregar valor a nuestra compañía”
Impulsar todo el ecosistema circular
Hoy la sostenibilidad está en la estrategia de muchas empresas, pero en este caso en particular se incorporó rápidamente la economía circular, un concepto que no tiene más de cinco años y pocos la han incorporado de esta forma. ¿Qué oportunidad ven en esta tendencia?
Es un foco bien particular de Collahuasi, y le hemos dado harta fuerza a la economía circular porque la asociamos mucho con desarrollo regional. En nuestra opinión, tiene que tener esta mirada, o estar integrado. La economía circular sin duda nos ayuda al proceso de descarbonización y contra el cambio climático, pero desde un punto de vista más estructural y de negocio, también nos ayuda a mitigar un tema bien importante que se vio agravado por el Covid, que es la interrupción de la cadena logística. Tener una estrategia en que pensemos de manera global, pero actuemos local, nos ayuda mucho a mitigar riesgos de negocios de manera importante. Una economía circular con un foco fuerte regional tiene ese valor agregado de ayudarnos a seguir optimizando nuestros procesos, disminuyendo la huella de carbono, la emisión de gases de efecto invernadero y optimizar nuestra operación. Nosotros creemos que la economía circular te obliga a pensar la manera en que haces las cosas, y repensar tus procesos. Ese cambio, cómo lo haces más eficiente, cómo dejas de generar residuos, cómo lo haces más sustentable, creemos que en el corto y mediano plazo va a agregar valor a nuestra compañía.
Muchas empresas ven la implementación de la economía circular como un gasto y no ven el potencial de ahorro en los procesos, que es una ventaja económica y que mejoran las relaciones con las comunidades ¿Cuánto influyen estos factores win-win en la incorporación de esta tendencia?
Cuando estábamos definiendo esta estrategia de economía circular vimos que el aporte de valor de esta se focaliza en tres factores. Primero el medio ambiente, por la menor generación de residuos y de gases de efecto invernadero, y reducción de pasivos ambientales. Luego el desarrollo regional, porque nos obliga a colaborar no solamente con los proveedores locales, sino también con las comunidades, entidades gubernamentales, educacionales y gremiales, y nos ayuda también a desarrollar capacidad en la región. Y un tercer factor que también es bien crítico es la productividad. Con los resultados que hemos tenido, nosotros estamos seguros que eso va a pasar. Quizás en un inicio no sea tan espectacular como uno podría esperar, porque este es un proceso de aprendizaje y crecimiento conjunto con nuestros proveedores. Pero estamos seguros que con esta visión fresca de los procesos, simplificándolos, mejorando sus tiempos, eso se va a traducir sí o sí en mayor generación de valor para Collahuasi y nuestros proveedores.
¿Han cuantificado esta implementación en los procesos en términos de beneficios económicos?
Todavía no tenemos un cálculo bien afinado, pero no es solo ahorro en términos de menor gasto en insumos. Vemos mucho cómo la implementación de soluciones más circulares se traduce en mayor uso de los activos con los que cuentas. Un ejemplo: nosotros tenemos bolas de molienda de 5 pulgadas. Estamos probando bolas de mayor tamaño, y que tienen otra composición, pero que se pueden traducir en una mayor vida útil de estas bolas de molienda. Y esto tiene dos efectos positivos; primero, voy a generar menos residuos porque van a durar más, pero también voy a operar más tiempo mis molinos porque voy a tener que parar menos para cambiarlas. Entonces, no es solo ahorro en términos de suministro de insumos, sino que la utilización operativa de mis equipos va a ser mayor, y eso nos debiese permitir también producir más cobre. Tiene no solo el factor de ahorro, sino también de hacer más productivos mis procesos operacionales.
“Si no nos ‘lanzábamos a la piscina’ y partíamos con algo estructural, en términos de forzar y darle una señal a nuestras empresas colaboradoras de que Collahuasi requiere servicios circulares, que no es una posibilidad sino una necesidad, y que es un factor diferenciador, no íbamos a forzar que este ecosistema actúe y se gatille de manera más rápida”
En todos estos cambios me imagino que han ido incorporando métricas para medir avances. Hoy no existen muchas métricas específicas de circularidad, ¿cómo establecieron esos parámetros para luego aplicarlos a las licitaciones?
Eso también es una apuesta que estamos haciendo como compañía, y una apuesta no menor. Nosotros tenemos una manera de hacer las cosas en Collahuasi, que se basa en gestionar los riesgos de manera controlada, pero que también es mucho de aprender haciendo. Y si no nos “lanzábamos a la piscina” y partíamos con algo estructural, en términos de forzar y darle una señal a nuestras empresas colaboradoras de que Collahuasi requiere servicios circulares, que no es una posibilidad sino una necesidad, y que es un factor que va a ser diferenciador al momento de la toma de decisiones de contratación de servicios o compra de bienes, no íbamos a forzar que este ecosistema en el que estamos envueltos como compañía actúe y se gatille de manera más rápida. Entonces, es una señal clara a nuestros proveedores, a nuestras empresas colaboradoras, pero también a todo el ecosistema.
¿Qué otras instancias considera este ecosistema?
A las entidades educacionales de la región y del país, a los gremios industriales… Por ejemplo, la asociación de proveedores de la industria minera nos llamó porque quieren que les presentemos esto en detalle. Ha gatillado un efecto apalancador, porque los mismos proveedores se han dado cuenta que si quieren trabajar con una compañía que es el segundo productor de cobre a nivel mundial como Collahuasi, y que tiene planes de crecimiento bien atractivos para las próximas décadas, tienen que migrar y cambiar su manera de hacer las cosas, de proveer sus servicios, con este foco circular.
¿Se abre acá un camino para otras empresas de la minería?¿Cómo se puede traspasar esta experiencia?
Yo creo que va a ser un efecto apalancador. Con este modelo de gestión que comentaba, de gestionar los riesgos en base a procesos, muchos proveedores nuestros han visto que genera tanto valor que después lo internalizan en su misma empresa, y luego en servicios que prestan en otras industrias o en otras compañías mineras. Entonces, esperamos que este modelo también lo tomen otras compañías mineras; ha habido interés de varias de ellas por conocer más de este proceso. Va a generar ese efecto multiplicador, que para nosotros es bien bueno que se produzca, porque mientras más compañías mineras estemos en esto de la economía circular más fuerza le vamos a dar al ecosistema minero nacional, e internacional, a que tome este foco circular.
¿Cómo puede liderar la minería la implementación de este modelo en otras áreas de la economía, en otros sectores económicos?
Nosotros somos un país minero, quizás hay un desconocimiento de la importancia de la industria minera y de los estándares que tiene, que son de nivel mundial. Como país somos el principal productor de cobre a nivel mundial, pero no es solo eso, sino también en términos de procesos operativos, de estándares de seguridad y ambientales también estamos liderando a nivel global en la industria. Entonces, es seguir siendo líderes como industria en producir cambios transformacionales que después van a apalancar lo que va a pasar en el resto de las industrias. Para lograr este cambio, y no caer en el riesgo cuando uno implementa iniciativas de este tipo de quedarse solo en el titular, es que le estamos dando mucha fuerza a partir de las licitaciones. Eso va a forzar, y vamos a ir aprendiendo en el proceso. Sabemos que no vamos a partir de manera perfecta, sino que vamos a ir mejorando nuestros procesos en base a aprendizaje para ir afinando la incorporación de estos atributos. Este cambio de incorporar la economía circular en los procesos de licitación no es solamente un desafío para nuestras empresas proveedores, es también un desafío para nosotros como compañía.
¿Por qué?
Porque cuando le exijo a una empresa proveedora que me haga ofertas de valor más circulares, significa que las bases de licitación que voy a preparar también van a tener que incluir ese prisma o ese atributo circular. Eso hace que como compañía nos miremos y pensemos cómo hacer lo que estamos haciendo de manera más circular, más sustentable o más eficiente, y eso reflejarlo en las bases de licitación para que sea una guía para las empresas que nos quieran proveer ese bien o servicio.