Lolocar: la plataforma que promueve compartir el auto entre personas
Operativo desde la pandemia, este emprendimiento fomenta el “carsharing P2P”, un modelo de arriendo de vehículos entre las propias personas, y que busca optimizar el parque automotor ya existente y disminuir la cantidad de automóviles fabricados. Existe, además, una preocupación esencial por la seguridad, por lo que acuden a la inteligencia artificial para garantizar el buen uso del auto arrendado.
A Felipe Ortúzar y Enrique Cabo les hacía ruido la cantidad de autos que se desplazaban por las calles de Santiago. Y, añadido a ese factor, los automóviles presentaban mucha “capacidad ociosa”, dice Ortúzar. “Gran parte de los vehículos están estacionados y cuando los movemos generalmente es con pocas personas arriba de ellos”, agrega el emprendedor.
Teniendo en cuenta estos factores, ambos fundaron en 2020, al comienzo de la pandemia, la plataforma Lolocar, a través de la cual buscaban estimular el arriendo de vehículos entre personas.
Lolocar promueve el modelo conocido como “carsharing P2P”, es decir, compartir el auto entre los usuarios que se inscriben en la plataforma, tanto los dueños como los posibles arrendatarios. “Nuestra propuesta nos diferencia del ‘carpooling’, que es por ejemplo si es que voy a Viña del Mar es el dueño quien conduce el vehículo. Nuestro modelo, en cambio, busca que el cliente pueda viajar a Viña sin necesidad de que el dueño se suba a manejar”, explica Felipe Ortúzar, gerente de expansión de Lolocar. Su socio Enrique Cabo es el gerente general.
“Funcionamos parecido a como lo hace Airbnb más que a un hotel. Vale decir, uno como dueño dispone del departamento para el arriendo de otras personas. En este caso, disponen de sus autos para que personas se los arrienden”, complementa Ortúzar. Actualmente existen alrededor de 150 automóviles disponibles en siete regiones del país. En Santiago, además, están presentes en casi todas las comunas.
Para Lolocar un tema muy crítico y sensible es la seguridad a la hora de ocupar los autos arrendados. Y, en ese sentido, cuentan con varias herramientas tecnológicas que permiten brindar seguridad tanto al dueño como al arrendatario.
“Hemos invertido tiempo para superar las barreras de seguridad para cualquier persona que se inscriba en Lolocar. Los dueños o arrendatarios pasan por un proceso de verificación con inteligencia artificial, a través de la cual podemos conocer el historial de la persona y su comportamiento legal y financiero”, narra el gerente de expansión de Lolocar. En concreto, en el check-in, el cliente debe chequear con la cámara de su celular que el auto está en condiciones. “Nosotros somos capaces de detectar rayones de hasta un centímetro, es una verificación bien exhaustiva”, asegura Felipe Ortúzar.
Un segundo hito se produce antes de la devolución del vehículo. “Se procede en el check-out a otra verificación, para revisar si hubo un siniestro”, dice. En virtud de ello, Lolocar dispone de un seguro, con el cual, de haber algún choque, “se le pasa un auto de reemplazo al dueño y se manda el otro auto a un taller”.
Cuando el potencial arrendatario pesquisa un auto específico, el dueño de ese vehículo tiene un plazo de dos horas para responder en la plataforma si acepta o rechaza el arriendo del mismo. Y, para otorgar aún mayor seguridad, el 80 por ciento de los autos de la plataforma se pueden abrir con la app de Lolocar. “Es decir, no me tengo que poner de acuerdo con el dueño para que me pase las llaves”, acota Ortúzar.
“Nuestra propuesta nos diferencia del ‘carpooling’, que es por ejemplo si es que voy a Viña del Mar es el dueño quien conduce el vehículo. Nuestro modelo, en cambio, busca que el cliente pueda viajar a Viña sin necesidad de que el dueño se suba a manejar”
El impacto positivo ambiental de Lolocar
El modelo de “carsharing P2P”, adoptado en países europeos como Alemania, apunta a “maximizar el parque automotriz existente”, por lo que se enfoca en “que se dejen de producir autos, más que evitar la movilidad a través de los mismos”. Según explica Felipe Ortúzar, “fabricar un auto deja una huella de carbono gigante, por los 1.000 o 1.500 componentes que tiene: manubrio, motores, espejos, y su ensamblaje y posterior traslado”. De acuerdo a un estudio de la Universidad de California, citado por Ortúzar, este modelo de compartir el vehículo puede llegar a disminuir un 35 por ciento la huella de carbono que arrastra el transporte o la movilidad.
Según los propios cálculos de la empresa, en estos tres años y medio de operaciones, Lolocar ha logrado disminuir hasta en 11 toneladas de CO2 la emisión de transporte de las personas que usan la plataforma. El foco puesto en seguridad -agrega Ortúzar- ha derivado en una baja tasa de siniestralidad de los vehículos, ya que “quien arrienda entiende que el auto es de una persona que tiene trabajo y familia, por lo cual, cuida el vehículo”.
Para intentar impulsar políticas públicas sobre este modelo que promueve compartir el vehículo, los fundadores de Lolocar integran el comité de innovación y regulación de la Asociación Chilena de Plataformas de Movilidad (Achiplam), cuyo objetivo es incidir en una posible ley de movilidad sostenible. “Ahí tenemos varios desafíos de largo aliento, pero la idea es formular alguna indicación para promover el tema a nivel de trabajo legislativo acerca de la necesidad de compartir el auto dentro de una ley”, cierra el gerente de expansión de Lolocar, quien, por último, explica el significado del nombre de la empresa.
“Nos pareció un concepto llamativo y que queda pegado. En el fondo, queremos decirle a una generación que hablaba del concepto ‘lolo’ que justamente ‘se vuelva más lolo’ y que se atreva a compartir su auto. Que el concepto ya no es tener solamente un auto e invertir un gastadero de plata”, concluye Ortúzar.