“Es un medio que permite el distanciamiento social necesario para evitar los contagios”, dice de entrada la directora ejecutiva del Centro Bicicultura, Amarilis Horta, para graficar la importancia de la carta que dicha organización, con el respaldo de otras entidades que fomentan la movilidad sostenible, entregaron a las autoridades de Gobierno con la finalidad de declarar a la bicicleta como servicio esencial mientras dure la pandemia.
Bicicultura es una organización que integra la Red de Movilidad Sustentable del Nuevo Pacto Social (NPS), una de las redes firmantes de la misiva, junto al Consejo de la Sociedad Civil Nacional (COSOC) de la Subsecretaría de Transportes, y la Red Nacional de Convivencia Vial. En estricto rigor, la solicitud exhorta a cuatro ministerios -Transportes, Interior, Hacienda y Salud- a “incorporar a la bicicleta, sus tiendas, talleres y servicios asociados de biciestacionamiento y repartido, a la categoría de servicios básicos, de utilidad pública y de alta valoración social” en el período de cuarentena para prevenir el coronavirus.
En otras palabras, la petición implica favorecer el uso de la bicicleta en traslados indispensables para evitar la propagación de la enfermedad y, además, permitir el funcionamiento, ciertamente con los salvoconductos respectivos, de todo el ecosistema cicletero para facilitar dichos desplazamientos.
“No estamos promoviendo que la gente salga a andar en bici a cualquier parte”, puntualiza Amarilis Horta, “porque entendemos que el confinamiento es para que nos quedemos en casa”. Lo que sí busca la solicitud es que “en aquellos viajes que sí o sí deben hacerse, porque se trata de gente que trabaja en servicios críticos que deben estar operativos, tengan la posibilidad de moverse en bici. Hay gente que puede tener la bicicleta con una rueda pinchada y no puede desplazarse porque no hay donde comprar una cámara o no puede repararla”, agrega la directora ejecutiva de Bicicultura y vicepresidenta del COSOC.
Además del distanciamiento social que se consigue con el uso de la bicicleta y otros ciclos -y también la caminata-, otro argumento es la sanitización sencilla que requiere. Un punto relevante para Horta es el reconocimiento formal de los servicios de despacho a domicilio (delivery) que se realizan en bicicleta, toda vez que la recomendación es que los ciudadanos no salgan de sus hogares con tal de evitar grandes aglomeraciones.
“Se pide que la gente utilice los sistemas de reparto, y buena parte de estos se hacen en bici. Los repartidores que se mueven así necesitan saber dónde estacionar, comprar y reparar. Es esencial que se mantengan operativos. Este tema aún es muy discrecional, queda a la interpretación de las autoridades como carabineros o los municipios. Estamos pidiendo formalización para que sea efectivo en todo el país”, explica Amarilis Horta.