Korb: el emprendimiento de canastas y gift cards que beneficia a pymes y tiene triple impacto social y económico
Por cada producto que se compre, Korb (que significa “canasta” en alemán) apoya a pequeñas y medianas empresas a desarrollarse, a través de su programa de convenios y beneficios “Soy Korb”, y aporta a fundaciones y ong’s con causas medioambientales y sociales. Su creadora Úrsula Tiselj creó la firma en plena pandemia, tras pasar por varios otros emprendimientos, incluido uno de reciclaje textil.
El alma de emprendedora se apoderó de Úrsula Tisejl a sus precoces 8 años cuando atendía un kiosko en la comuna de La Florida, y luego a los 13 ya tenía un puesto en la feria. “Tengo un espíritu emprendedor muy potente, pero por necesidad”, dice Tisejl, la fundadora de la empresa Korb, que distribuye canastas y gift cards con productos fabricados por pymes.
Pero para llegar a crear Korb harta agua bajo el puente hubo de correr. Cuando entró becada a estudiar a la universidad, comenzó a emprender nuevamente hasta tener un pequeño tropiezo al tercer año de creada esta firma. Sin embargo, logró reinventarse, sin apartarse jamás de su vocación social y medioambiental. “Siempre ando recogiendo en el pick-up de mi camioneta los residuos, recogiendo en la playa lo que encuentre, sufro cuando veo el agua corriendo y cuando hay luces prendidas”, agrega la emprendedora.
Luego, en respuesta a esas inquietudes, contó con dos empresas en paralelo: la primera, una agencia de márketing, y la otra, una cadena de ropa usada bajo el concepto de reciclaje textil en un punto limpio. “Eso era un emprendimiento más cercano a lo que a mí me apasionaba: cómo reducir el impacto ambiental”. No obstante, la aventura tuvo algunos años de vida solamente, porque la gente prefería comprar ropa nueva en vez de una polera refaccionada. Tuvo que cerrarla hasta que llegó, primero el estallido social, y luego la pandemia.
En 2019, en tanto, comenzó a emprender con una importadora de productos premium de Europa. “Nunca importé cosas de primera necesidad”, recuerda Úrsula, para quien el advenimiento del COVID la obligó a cambiar de rumbo. “Se congelaron las compras premium y me decidí a traer productos de primera necesidad”, añade.
Así, en 2020, en pleno peak de la pandemia, nació Korb (que significa “canasta” en alemán). En principio se autoconcibió como un supermercado de productos de calidad a buen precio, y partió con una tienda física en Chicureo y en Vitacura. “Era muy difícil competir con las grandes cadenas, teniendo yo productos desconocidos, así que ahí pensando y pensando cómo le agregaba innovación a mi proyecto, me empezaron a tocar las puertas las pymes”, cuenta Tisejl.
Al año siguiente, entonces, advirtió que abrirles las puertas a las pymes era la mejor idea para reinventar Korb y mantener el concepto de la calidad y el buen precio. “Mi gran tarea era cómo rotar los productos para poder competir con las marcas masivas que se venden en los supermercados. La gente no está acostumbrada. Yo tenía muy buenas relaciones con las empresas y ahí fue cuando pensé que podría ser una buena idea hacer canastas personalizadas”, comenta Úrsula.
“Me faltaba una segunda vuelta, de cómo impactar medioambiental y socialmente. Siempre me gustó el concepto de las empresas del Sistema B, es decir, hacer negocios pero impactando positivamente, con un propósito. Así nace el modelo de triple impacto económico, social y ambiental: por cada gift card o canasta que se venda, destinamos un porcentaje a estas ONGs o fundaciones con causas socioambientales, y por otra parte desarrollamos un programa de convenios y beneficios para las mipymes”.
“La idea era ofrecerles a las empresas lo que ellas querían. Yo misma armaba las cajitas, pero las marcas empezaron a pedir flexibilidad. Hoy están los veganos, los celiacos y todo tipo de personas. Puede pasar que a una persona le llega una cajita, y si tiene alergia alimentaria o no puede comer gluten, no le sirve”, explica la creadora de Korb, quien cita otro ejemplo: “Hay mujeres que no tienen bebés, pero sí tienen un gatito, y prefieren comprarle rascapulgas al gatito, leche para el gatito, la idea era que la canasta tuviera muchos productos en muchas categorías”.
Además de las canastas, Úrsula diseñó una gift card con la cual complementó la venta de canastas a empresas y personas. Dichas gift cards son personalizables en diseño y monto con la identidad de la empresa o de la persona, son de entrega inmediata (carga en menos de seis horas) y el beneficiario podrá elegir los productos que más se adecuen a sus necesidades.
Actualmente, Korb cuenta con más de 300 emprendimientos en todo el país, con valores entre 9.000 y 70.000 pesos, con más de 10 opciones de elegir y con la alternativa de personalizar la canasta. La oferta es dúctil y para todos los gustos y edades, y sus ventas van en apoyo al crecimiento y apoyo de pymes, y aportan a fundaciones y ONGs con sentido social y medioambiental. Se cuenta a Fundación Edudown, Fundación Acción Natural y Todo Reciclamos, entre otras.
“Me faltaba una segunda vuelta, de cómo impactar medioambiental y socialmente. Siempre me gustó el concepto de las empresas del Sistema B, es decir, hacer negocios pero impactando positivamente, con un propósito. Así nace el modelo de triple impacto económico, social y ambiental: por cada gift card o canasta que se venda, destinamos un porcentaje a estas ONGs o fundaciones con causas socioambientales, y por otra parte desarrollamos un programa de convenios y beneficios para las mipymes”.
Por último, Korb nvita a todas las pymes y fundaciones que les interese ser parte de este ecosistema con modelo de triple impacto a visitar www.soykorb.cl e inscribirse para postular. Para más información, se puede visitar www.korb.cl.