Tamires Silvestre, de Ball: “El mayor desafío no es incorporar aluminio reciclado a los envases, sino recuperar las latas”
Ball es la empresa que abastece a todo el mercado chileno de latas de aluminio para bebidas, las que contienen un promedio de 78% de material reciclado. Para seguir aumentando ese porcentaje, es relevante aumentar la cantidad de latas recuperadas luego de su uso, algo que en Chile alcanza solo el 31,6%, según cifras de la Asociación Nacional de la Industria del Reciclaje (ANIR). Sobre este y otros desafíos para aumentar la circularidad de estos envases, País Circular conversó con la directora de Sustentabilidad de Ball para América del Sur, Tamires Silvestre, quien la semana pasada participó en uno de los paneles del Foro REP.


Cuando una persona en Chile consume alguna bebida contenida en una lata de aluminio, es casi seguro que ese envase fue fabricado por Ball, empresa que abastece a todo el mercado chileno y que, además, es el mayor proveedor de latas de bebidas del mundo. La directora de Sustentabilidad de Ball para América del Sur, Tamires Silvestre, estuvo hace pocos días en el país participando de la tercera versión del Foro REP, donde valoró la implementación de la Ley 20.920, que “establece marco para la gestión de residuos, la Responsabilidad Extendida del Productor (REP) y fomento al reciclaje”, y comentó algunas oportunidades que visualiza a este respecto.
“Somos una empresa con plantas de producción en más de 60 países, incluyendo Chile, donde estamos hace más de una década, y proveemos a todo el mercado chileno las latas de aluminio para bebidas”, cuenta la ejecutiva de origen brasileño. Agrega que en Sudamérica también poseen fábricas en Argentina, Brasil y Paraguay y, de hecho, sus operaciones son a nivel regional más que local. Por ejemplo, si bien acá producen el cuerpo de las latas, las tapas provienen de plantas paraguayas o brasileñas y, además, las láminas de aluminio que usan son elaboradas en una fábrica ubicada en Brasil, que a su vez recibe latas recicladas de diversos países, entre ellos Chile.
“En Chile no hay una empresa que produzca las láminas de aluminio. En Sudamérica solo hay un productor de láminas de aluminio para envases de bebidas, que está en Brasil, entonces nosotros le compramos a ellos esas láminas que vienen con el contenido reciclado, y ellos obviamente compran latas y aluminio reciclado de varias partes del mundo”, explicó la representante de Ball y recordó un dato entregado en el Foro REP por el jefe de la oficina de Economía Circular del Ministerio del Medio Ambiente, Tomás Saieg. Hablando del desafío de expandir la logística de la REP a todo el país, Saieg reconoció que la realidad económica de los diversos procesos de valorización es variada, y en el caso de los metales -como el aluminio- se requieren altos costos de inversión y economías de escala, por lo que es difícil su instalación.
Esta es una de las razones, señala Tamires Silvestre, por las cuales Ball “mira a toda la cadena, todo el proceso de recuperación y de valorización, no solo desde una perspectiva de país, sino que desde una perspectiva regional y, en algunos casos, incluso global”.
En ese sentido, subraya la relevancia de que en todos los países se realicen los máximos esfuerzos por recuperar y separar las latas una vez que se transforman en residuos, algo que en Chile se ha impulsado con mayor fuerza a partir de la Ley REP, implementada desde hace dos años para el producto prioritario Envases y Embalajes (papel y cartón, vidrio, metal, plástico, y cartón para líquidos). Además, destaca todo el pretratamiento que se realiza antes de enviar esas latas para su valorización en Brasil: “es una etapa muy relevante, principalmente para la eficiencia logística (…) Acá se compacta el aluminio y se reduce muchísimo el volumen, permitiendo que el transporte sea muy eficiente, es decir, una gran cantidad de latas pero ocupando poco espacio”.
“Tenemos experiencias muy positivas en Europa [con la REP], hemos acompañado ahí las últimas décadas de implementación y la verdad es que la política pública es fundamental para que esto avance y lo haga con el nivel de inversión que se requiere, y el nivel de involucramiento de la población que se requiere”.

Potencial infinito
Si bien la empresa Ball es la fabricante de las latas, de acuerdo a la Ley REP quienes deben cumplir con las metas de recolección y valorización son aquellos que las ponen por primera vez en el mercado como envases, es decir, las marcas de bebidas. Sin embargo, aunque no está regulada directamente, Ball cumple un rol indispensable en este ecosistema de la REP, pues es parte determinante del mercado donde se vende el aluminio reciclado de las latas y, mientras ese mercado exista y se expanda, será más fácil el cumplimiento de la ley.
Además, Ball impulsa diversas iniciativas para fomentar la recolección y recuperación de latas, lo que finalmente redunda en que puedan aumentar el contenido reciclado de sus envases. En Chile, por ejemplo, patrocinan el Banco Social de Latas, un programa social y comunitario que desarrollan junto con Kyklos y Metalum.
En ese contexto, Tamires Silvestre fue parte del Foro REP 2025, organizado por País Circular y que la semana pasada reunió a todo el ecosistema de la normativa rectora del reciclaje en el país. Allí, la ejecutiva de Ball integró el panel “Del desecho al recurso: innovación en la valorización de residuos”, junto a Carolina Durán, subgerente comercial de Coactiva; Paola Calorio, directora de Asuntos Públicos y Sustentabilidad de Coca-Cola Chile, Bolivia y Paraguay; y Alfredo Gili, gerente general de CMPC Biopackaging Corrugados.
“Nuestro propósito como empresa es liberar el potencial infinito del aluminio para avanzar a un mundo sin residuos”, planteó Tamires Silvestre al comenzar su presentación, subrayando una serie de características del aluminio que además de lo convierten en un material no solo muy reciclable, sino también sostenible en términos de huella de carbono y eficiencia energética.
“Las latas para bebidas están hechas completamente de aluminio, por lo que es un envase muy circular. A nivel mundial, se recicla el 71% de las latas, lo que hace que sea el envase más circular del mundo. (…) La lata puede volver al mercado como una nueva lata -obviamente si es que se desecha de forma correcta y se lleva al reciclaje- en un promedio de 60 días”, sostuvo la directora de Sustentabilidad de Ball para América del Sur, quien posteriormente, en conversación con País Circular, profundizó sobre estos temas.
“La mayor parte del desafío no está en la incorporación en el proceso de reciclaje, sino más bien en el proceso de recuperación de las latas; es ahí donde tenemos que enfocarnos, no solo en Chile, sino también en otras partes del mundo”.

-¿Cuánto material reciclado, aproximadamente, contienen las latas de aluminio que fabrican en Chile?
Tenemos un promedio regional de 78% de contenido reciclado en las latas que producimos acá en Sudamérica. Es la región que más contenido reciclado incorpora, comparado con las otras regiones de Ball en el mundo, lo cual nos llena de orgullo y demuestra la capacidad de circularidad de nuestra región, así que es un marco bastante importante.
Además, tenemos una meta de sustentabilidad de incorporar el 85% de contenido reciclado hacia el 2030 y vamos avanzando bien, ya estamos bastante cerca.
-En relación al proceso de producción, ¿cuál es el nivel de emisiones, consumo de energía y consumo de agua?
En esto también estamos avanzando con metas muy claras. En el caso de las emisiones, el objetivo es bajar el 55% en los alcances 1, 2 y 3. Ya avanzamos un montón en ese sentido. Acá en Chile desde 2023 tenemos 100% de energía renovable en nuestro proceso de producción, también en Brasil y en Paraguay, y en Sudamérica un promedio del 88% de energía renovable. Entonces vamos bastante avanzados, nuestra meta es tener 100% de energía renovable en todo el mundo, también a 2030.
El consumo de energía para la producción de latas con aluminio reciclado es 95% menos que usando aluminio virgen. De todos modos, también trabajamos mucho en nuestra operación para aumentar la eficiencia energética, no sólo tener suministro con energía renovable, sino que también bajar el uso de energía, así como el uso de agua.
A nivel mundial la meta a 2030 de eficiencia energética (electricidad y gas natural) es una mejora del 30% en la fabricación de latas; y en eficiencia hídrica, aunque nuestro proceso no es tan intensivo en uso de agua, el objetivo es una mejora de 50%, con una mejora mínima del 30% en las instalaciones existentes.
-Como parte del ecosistema de la REP, ¿han visto diferencias a partir de la implementación de la ley desde 2023?
Veo la implementación de la ley REP como súper positivo, no solo en Chile. Tenemos experiencias muy positivas en Europa, hemos acompañado ahí las últimas décadas de implementación y la verdad es que la política pública es fundamental para que esto avance y lo haga con el nivel de inversión que se requiere, y el nivel de involucramiento de la población que se requiere.
En Chile la ley REP es nueva. Lleva poco más de dos años de implementación, con lo cual hay muchas oportunidades. El aluminio ya se recicla en un volumen importante, el reciclaje de aluminio es relevante en Chile, entonces veo que la incorporación de estos volúmenes que ya se reciclan, la conexión de esto con los Sistemas de Gestión y contabilizar esto en las metas que establece la ley, puede ser algo bastante positivo para que la ley siga avanzando, porque cumplir con las metas es el objetivo fundamental de los Sistemas de Gestión, de los productores. Si logramos cumplir con las metas y sacamos esto adelante, podemos enfocarnos en la educación, en la población, en la infraestructura, en optimización del proceso de reciclaje, de la energía, y una serie de otras cosas
Entonces, creo que como país, como Chile, la incorporación del volumen que ya se recicla y con esto avanzar en el cumplimiento de las metas de la ley REP es bastante relevante para que se pueda mirar a lo que son los desafíos y enfocarse en ellos.
“Vemos el aluminio como una referencia de circularidad; las latas de aluminio como una referencia en circularidad en otras partes del mundo y creo que tenemos todo lo que es necesario para que esto sea realidad también acá en Chile”.
Una gran oportunidad
-¿Tienen alguna estimación de cuánto aluminio vuelve a los procesos de fabricación?
Nosotros queremos impulsar que el aluminio sea de hecho 100% circular, un círculo perfecto, entonces queremos que las latas de aluminio no salgan a otras cadenas [otro tipo de valorización], sino que queden en la cadena de las latas, de producción de láminas de latas, porque se puede reincorporar de forma eficiente y con una misma calidad a una lata nueva. Además, es un proceso rápido, de unos 60 días entre que se deja para reciclar hasta que vuelve al supermercado. Creo que lo ideal sería buscar para todos los materiales este nivel de reincorporación, este nivel de circularidad. Y donde no hay la oportunidad de tener este nivel de circularidad, buscar otras formas de valorización que eviten que ese material termine en un vertedero.
El proceso de reciclaje del aluminio es muy eficiente; del volumen que entra al proceso sale un 95% en promedio. Es decir, una tasa de pérdida en el proceso en un 5%. Es un volumen bastante importante que se recicla y se termina incorporando. Entonces. la mayor parte del desafío no está en la incorporación en el proceso de reciclaje, sino más bien en el proceso de recuperación de las latas; es ahí donde tenemos que enfocarnos, no solo en Chile, sino también en otras partes del mundo.
Nuestro foco está en los procesos de recuperación y de separación para que las latas lleguen lo más limpias posible, sin contaminantes de otros materiales, para optimizar el proceso de reciclaje.
-En relación a ese desafío, en general y en Chile, ¿cuál es el porcentaje de latas que se recuperan en relación a las que se ponen en el mercado?
Respecto a la recuperación, acá en Chile estamos hablando de un promedio -de acuerdo con un dato del ANIR del 2023– de 31,6%. Hay una oportunidad enorme en Chile.
Si hablamos de otros países, por ejemplo Brasil lleva más de 15 años con una tasa de recuperación por encima del 95%. Alemania lleva más de 10 años por encima del 90% y este año anunció 99%, o sea casi 100% de recuperación. Y esto se da gracias a políticas públicas eficientes, principalmente en el caso de Europa, la población involucrada y consciente de su rol en este proceso y, obviamente, también la iniciativa privada, que trabaje en conjunto con lo público para que esto avance con la generación de mercados para la reincorporación de estos materiales, para que se reincorpore y que se utilice aluminio reciclado en la lata.
Entonces, vemos el aluminio como una referencia de circularidad, las latas de aluminio como una referencia en circularidad en otras partes del mundo y creo que tenemos todo lo que es necesario para que esto sea realidad también acá en Chile.
-Entonces, en Chile la oportunidad es recuperar casi un 70% de latas que no se están reciclando… ¿Cómo se aborda, con educación, certificaciones..?
Exacto. Aún hay mucho por hacer.
Hay algo que me ha sorprendido en Chile: he venido unas seis veces el último año y medio -desde que ingresé a Ball-, y en esas ocasiones he tenido diversas conversaciones y me sorprendió que mucha gente no sabe que la lata es reciclable, no ven esa conexión de que se puede reciclar y que se puede reincorporar a una lata.
Entonces, creo que este conocimiento, esta educación, el estar al lado de la población para que comprendan su rol y para que con esto puedan actuar es bastante relevante. De ahí el rol del Foro REP y de otras iniciativas similares que están siendo impulsadas en el país, que son clave para que el reciclaje avance en el país.