Yuri Schmitke: “La Recuperación Energética constituye actualmente la mejor opción para el tratamiento de la fracción no reciclable”
El presidente de la Asociación Brasileña de Recuperación Energética de Residuos (ABREN), Yuri Schmitke, cuenta en esta entrevista de qué modo se comienza a implementar en Brasil este tipo de valorización. Señala que si bien el costo de la tecnología es alto, esto se relativiza cuando se consideran las ventajas ambientales y sanitarias que conlleva este tipo de proceso. Asimismo, subraya que al momento de hacer el análisis se debe tener en cuenta que “muchos rellenos sanitarios se están agotando en las regiones metropolitanas brasileñas”.
Según cifras del último Reporte del Estado del Medio Ambiente nacional (2022), en Chile se generaron en 2020 poco más de 18 millones de toneladas de residuos (poco más de la mitad de origen industrial y el resto, domiciliarios), de los cuales el 96,7% son no peligrosos y 3,3% son peligrosos. El destino de los residuos no peligrosos fue el siguiente: 20% fue valorizado (reciclado, recuperado, reutilizado), y el 80% fue eliminado, es decir, llegaron a rellenos sanitarios o vertederos. El mismo reporte consigna que “los países cada vez se enfrentan a más desafíos en la gestión de sus residuos, debiendo potenciar la prevención y la valorización, donde todo residuo potencialmente valorizable deberá ser destinado a tal fin evitando su eliminación”.
Existen múltiples formas de valorización dependiendo el tipo de residuos y, en particular, surgen interrogantes en relación al destino de aquellos que por diversas razones no pueden ser reciclados, es decir, la fracción resto. Autoridades y especialistas coinciden en que no existe una sola solución, sino que el tema de los residuos debe ser abordado con un conjunto de medidas complementarias entre sí.
Mientras en Europa el tema de una mejor gestión de los residuos se impuso hace varias décadas, en Sudamérica la mayoría de los países están en una situación similar a la chilena, buscando las mejores alternativas. Una opción bastante extendida en el viejo continente y que en nuestra región aún no se ha masificado y causa cierta controversia es la valorización energética, o Waste to Energy (WtE). En Brasil, a fines de 2020 se aprobó la primera licitación con un producto exclusivo para centrales termoeléctricas a base de residuos sólidos urbanos (RSU, incluye industrial y domiciliario), lo que abrió la puerta al desarrollo de proyectos de WtE. Para conocer la forma en que se está abordando esta alternativa de valorización en el país de la Verdeamarela, País Circular conversó con Yuri Schmitke, presidente de la Asociación Brasileña de Recuperación Energética de Residuos (ABREN), y de WtERT Brasil, filial del Global Waste to Energy Research and Technology Council (Global WtERT), institución internacional de tecnología e investigación cuyo objetivo es “promover las mejores prácticas de gestión de residuos a través de la recuperación energética y del reciclaje”.
“El tratamiento térmico, ya sea por medio de incineración o coprocesamiento, es preferible al uso de rellenos sanitarios, teniendo en cuenta que reduce en 8 veces las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI)”.
– ¿En qué consiste la Recuperación Energética?
La Recuperación Energética o Waste to Energy (WtE) es un proceso de tratamiento térmico que actualmente constituye la mejor opción desde todos los puntos de vista (ambiental, social y económico) para el tratamiento de la fracción no reciclable (fracción resto) de los residuos, orgánicos e inorgánicos.
-Desde ABREN promueven el uso de alguna tecnología específica para este proceso?, ¿cuál y por qué?
Nuestra asociación promueve la utilización de WtE, en la forma de incineración de residuos sólidos urbanos, y el coprocesamiento de combustible derivado de residuos (CDR), alternativa cuando hay demanda de CDR para ser utilizado en hornos de clínker para la fabricación de cemento portland.
El tratamiento térmico, ya sea por medio de incineración o coprocesamiento, es preferible al uso de rellenos sanitarios, teniendo en cuenta que reduce en 8 veces las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). En los rellenos sanitarios es posible de captura solamente el 50% del metano y este gas es 80 veces más nocivo que el CO2 en un horizonte de 20 años, como se señala en el 5° informe del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC, 2011).
Además, por cada real ($160) invertido en WtE se ahorran 3 reales, 2 de ellos en medio ambiente y 1 en salud pública, considerando los daños que los rellenos sanitarios pueden causar al medioambiente por la contaminación de los recursos hídricos, suelo y la salud pública por la proliferación de vectores causantes enfermedades.
-¿Cómo ha sido el proceso de introducción de la Recuperación Energética en Brasil en términos de autorizaciones, normativas, etc.?
Existen 2.500 plantas de WtE en operación a nivel mundial, siendo esa una tendencia irreversible para la disposición de la fracción no reciclable de los residuos sólidos.
En Brasil tenemos los permisos para plantas de WtE por medio de la Ley Federal n. 12.305/2010 -que estableció la Política Nacional de Residuos Sólidos, PNRS-, el Decreto n. 10.936/2022, Resolución CONAMA n. 316/2002 y Ordenanza Interministerial n. 274/2019, siendo esta actividad totalmente permitida en el país.
Sin embargo, Brasil aún carece de normas de incentivos y de mayor detalle en el ámbito del licenciamiento ambiental, ya que solo el estado de Sao Paulo cuenta con una norma para el otorgamiento de licencias (Resolución SMA 79/2009). Para satisfacer esta demanda está en trámite el PL 924/2022, cuyo texto base fue desarrollado por la ABREN. La norma traerá diversos incentivos económicos para mejorar la viabilidad de estas plantas, estructurar más concesiones, promover más subastas para la compra de energía eléctrica e incorporar metas de reducción de residuos depositados en rellenos sanitarios, so pena de sanciones o pérdida de incentivos a los municipios.
-¿Cuáles son los usos posibles de la energía proveniente de Recuperación Energética?
La energía puede ser eléctrica y/o térmica. La energía eléctrica puede ser utilizada para consumo de la misma empresa, en vehículos, tren, metro, alumbrado público, edificios públicos, o ser vendida mediante subastas de energía nueva o capacidad para utilización en la red eléctrica por los consumidores en general.
La energía térmica puede ser usada por industrias con demanda de vapor, como las compañías de papel y celulosa.
-¿Qué tipo de residuos se usa?
Las plantas de WtE usan principalmente residuos domiciliarios, pero también se pueden usar residuos industriales y hospitalarios. La fracción utilizada es siempre la no reciclable, y puede incluir hasta 50% de fracción orgánica (húmeda) sin comprometer el Poder Calorífico Inferior (PCI) requerido por la caldera y la viabilidad económico-financiera del proyecto.
“Las plantas de WtE usan principalmente residuos domiciliarios, pero también se pueden usar residuos industriales y hospitalarios. La fracción utilizada es siempre la no reciclable, y puede incluir hasta 50% de fracción orgánica (húmeda)”.
-Se trata de tecnologías que requieren grandes inversiones, ¿es una energía competitiva?, ¿cómo se puede financiar sin cobrar más a los clientes-hogares?
La energía eléctrica de una planta de WtE (hoy en R$650.00/MWh) aún no es competitiva en relación con el gas natural (R$ 280,00/MWh) y la biomasa (R$ 350,00/MWh). Sin embargo, al evaluar los costos evitados en saneamiento, como salud pública, medio ambiente y también en el transporte de energía, la energía se vuelve más barata. WtE no está destinado a generar energía, sino a tratar los residuos para evitar los costos relacionados con la salud pública y el medio ambiente.
Evaluando los costos evitados, una planta de WtE, que tuvo un costo efectivo de R$ 600/MWh, al evitar el costo de transmisión (R$ 37,00/MWh), transporte de basura (R$ 300,00/MWh) y salud pública (R$ 150,00/MWh), se alcanza un costo real de R$ 113,00/MWh, inferior a todas las demás fuente existentes actualmente si se considera su costo real (Costo Nivelado de Energía – LCE), según estudio de Engenho Consultoría (USP, 2020).
En Brasil, considerando las 28 regiones metropolitanas con población sobre un millón de habitantes, y 35 municipios con población sobre 600 mil habitantes, con un Poder Calorífico Inferior (PCI) medio de 7.500Kj/kg (media nacional), 8.000 horas/año, tenemos el potencial de hasta 250 plantas de WtE (20 MWe cada una), aptas para atender 7.9% de la demanda nacional de electricidad (860,65 TVhe/año), con inversiones en CAPEX de R$ 160 mil millones.
En varios países, la industria cementera ya alcanzó niveles de reemplazo superiores al 60% y en Brasil, en 2018, ese nivel estaba en torno a 28%, y la Hoja de Ruta de la industria cementera brasileña referente a emisiones de CO2 prevé que, en las próximas tres décadas, este umbral alcanzará el nivel de 55%, lo que se traducirá en reducciones significativas de GEI.
Existe, además, un dato coyuntural relevante que debe incorporarse urgentemente a la lógica pública en análisis: muchos rellenos sanitarios se están agotando en las regiones metropolitanas brasileñas. Según datos de CETESB (Empresa estatal del estado de Sao Paulo, 2020) solamente en el estado de Sao Pablo se prevé que la mayoría de los rellenos se agoten en los próximos tres años. En Brasil, cabe señalar que 12 de los 28 centros urbanos que reciben basura de once capitales están en Áreas de Preservación Permanente (APPs), y el Tribunal Supremo Federal dictaminó que la construcción o ampliación de estos rellenos es ilegal. Los rellenos de Caieiras (12.000 ton/día) y Seropédica (9.500 ton/día) están ubicadas en APP y, juntas, suman más de 20 millones de habitantes de las áreas metropolitanas de Sao Paulo y Río de Janeiro, respectivamente.
Para no cobrar más a los generadores domésticos, ABREN propone el régimen de autoproducción de energía eléctrica, régimen legal establecido en 1995 en Brasil y que exime al generador de todos los impuestos y cargos sobre el autoconsumo, que hoy representa el 48% del costo de la electricidad. Por lo tanto, el costo de R$ 650,00/MWh baja a cerca de R$ 350,00/MWh, cuando el generador proporciona, en el ámbito de la misma empresa, energía eléctrica para edificios públicos, autobuses urbanos, metros, trenes, eléctricos, camiones eléctricos de recolección de residuos o alumbrado público. El modelo es totalmente viable e, incluso, ha sido defendido por la Energy Research Company. Brasilia, capital de la República, tiene un proyecto en marcha en ese sentido.
-¿Por qué cree que la Recuperación Energética no se ha masificado en Latinoamérica?, ¿Cree que es factible en un país con poca población como Chile?
Las plantas de WtE no se han propagado debido a la desinformación y fake news creadas en torno de este proceso, además de la creencia que aún persiste entre grupos de recicladores de que los materiales reciclables serían incinerados. Tampoco se ha masificado debido a la ausencia de entidades representativas de WtE. Solo Brasil tiene una institución robusta que se ocupa del tema, que es la ABREN.
Chile tiene todas las condiciones para hacer viables plantas de WtE en sus regiones metropolitanas con más de 500 mil habitantes. Incluso, hay proyectos, pero faltan incentivos económicos y modelos legales y contractuales para hacer viable la venta de energía eléctrica. Crear un régimen de autoconsumo podría ser una buena solución.
“Las plantas de WtE no se han propagado en Latinoamérica debido a la desinformación y fake news creadas en torno de este proceso, además de la creencia que aún persiste entre grupos de recicladores de que los materiales reciclables serían incinerados”.
-¿Qué ventajas tiene el tratamiento térmico frente a otros tipos de gestión de residuos?
El tratamiento térmico es una opción preferible desde el punto de vista técnico y económico-financiero, y su uso generalizado así lo demuestra. El tratamiento biológico de la fracción orgánica solamente es viable cuando la recolección es selectiva y la separación es mecánica, siendo también una buena opción, pero no se hace cargo de la fracción inorgánica de los residuos.
-¿Han tenido críticas por eventuales impactos ambientales, por ejemplo por emisiones de gases contaminantes?, ¿cómo responden a esas críticas?
Las plantas de Recuperación Energética reciben críticas indebidas por supuestamente causar daños a la salud pública debido a la incineración y emisión de gases contaminantes, tanto en Brasil como en el exterior, generalmente de ONGs que presentan informaciones falsas y desconectadas de los estudios científicos existentes sobre el tema.
Estudios realizados en los últimos 30 años apuntan a que las emisiones de dioxinas, furanos, NOx y mercurio están 70% por debajo de los estándares más restrictivos de Estados Unidos y Europa, y no existe evidencia de ningún impacto en la salud pública de las comunidades aledañas a las plantas, según un informe del PhD Marco Castaldi, presidente del Waste to Energy Research and Technology Council–Estados Unidos. Las plantas de WtE generalmente están ubicadas en el centro de las ciudades, no producen mal olor y las emisiones son mucho más bajas que las de los vehículos u otras fuentes.
-¿Cuántas plantas de WtE están operando en Brasil?
Todavía no hay una planta de Recuperación Energética en operación en Brasil. Existen 10 proyectos en desarrollo, en diferentes etapas, y una central en construcción en Sao Paulo. La Unidad de Recuperación Energética (URE) de Barueri, con 20 MW de potencia instalada, fue contratada en la licitación A-5 en 2021, por el precio de R$ 549,00/MWh, por la empresa Orizon Valorización de Residuos, empresa listada en la B3 y que explota 100 MW de potencia instalada a partir de plantas de captura de gases de rellenos para generar electricidad o biometano.
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