Desafíos del reciclaje de aluminio en Chile: optimizar la recolección y entregar más información a los consumidores
El aluminio es un material indispensable para diversas industrias, desde la alimentaria hasta la aeronáutica, y puede ser reciclado de manera infinita. No obstante, en el país su tasa de valorización es de solo 21,3%, de acuerdo con cifras de la Asociación Nacional de la Industria del Reciclaje (ANIR) que se refieren a residuos de envases y embalajes. Con la paulatina implementación de la Ley REP esta cifra debiera crecer, lo que implica una serie de retos que deben ser abordados tanto por las empresas como por los gestores y la ciudadanía. Mitzy Lagos, gerente de Economía Circular de Midas Chile, detalla los obstáculos y las oportunidades para aumentar el reciclaje de este metal y su impacto “en la industria verde y las nuevas tecnologías”.
El aluminio es un material ampliamente utilizado en diversas industrias, tanto a nivel nacional como global. Desde el sector alimentario, con sus latas de bebestibles, a la industria aeronáutica, donde se utiliza en la fabricación de aviones, el aluminio despliega una versatilidad que lo ha convertido en un metal indispensable en diferentes procesos productivos.
De acuerdo al estudio “Estadísticas de Reciclaje en Chile”, presentado en diciembre pasado por la Asociación Nacional de la Industria del Reciclaje (ANIR), solo el 21,3% del Material Disponible País (MDP) es gestionado, a pesar de que la Capacidad Técnica Instalada País permite reciclar el 99% del MDP. Las cifras de ANIR corresponden a 2022 y son las más actuales en relación al reciclaje en el país.
Mitzy Lagos, gerente de Economía Circular de la empresa de minería urbana Midas Chile, explica que este panorama del reciclaje del aluminio es un desafío clave, ya que en otros países la tasa de reciclaje sobrepasa el 90%. De acuerdo a la especialista, esta brecha debería ir acortándose con la paulatina implementación de la Ley REP. Esta normativa establece seis productos prioritarios cuyos productores -los que los ponen por primera vez en el mercado- deben hacerse cargo de su recolección y reciclaje. Se trata de neumáticos fuera de uso; aceites lubricantes usados; baterías fuera de uso; pilas usadas; residuos de aparatos eléctricos y electrónicos; y envases y embalajes. En este último producto prioritario se incluyen varias materialidades, entre ellas el aluminio.
Versatilidad
Este metal tiene una serie de características que lo hacen clave en la cadena productiva. Lagos explica que “en la industria de envases, que es la más conocida, es muy común ver el aluminio en latas de bebestibles. Esto es porque es un material de alta duración y resistencia, pero a la vez es muy liviano. Puede ser un contenedor que perdura en el tiempo y, a diferencia del fierro, es un metal muy noble porque no se oxida”, destaca.
Aparte de contenedor para alimentos y bebidas, el aluminio es utilizado para aerosoles, en tapas y sellos de botellas, cilindros de gas licuado, tambores y bidones de uso industrial y también en diferentes componentes de aeronaves como aviones. En Midas reciben todos los residuos que estén hechos con aluminio, entre los que también se encuentran las latas de las llantas de autos y deshechos electrónicos.
“Tenemos un horno de chatarra de aluminio y transformamos todos estos residuos en una nueva materia prima, pero con la característica que es reciclada y, por ende, más sostenible. El aluminio reciclado que logramos alcanza una pureza que supera el 99%”, detalla Lagos.
De este proceso se obtiene un lingote de aluminio que es exportado a países que trabajan con aluminio reciclado. Anualmente, Midas recicla entre 1.000 y 1.200 toneladas de este metal.
Recolección
El informe de ANIR explica que el Material Disponible País (MDP) es la cantidad de productos prioritarios postconsumo que están disponibles para ser reciclados dentro del territorio nacional en un año determinado y, en el caso del aluminio, esta cifra corresponde solo a envases y embalajes. La tasa de valorización del aluminio gestionado en el país, de 21,3%, corresponde a un total de 10.577 toneladas. Es decir, hay 39.101 toneladas de aluminio de envases y embalajes que no son gestionadas en Chile.
Esta baja cifra de valorización se explica, de acuerdo a ANIR, debido a los problemas que existen en su recolección y a la falta de políticas e incentivos en torno al reciclaje del material. Por su parte, Mitzy Lagos agrega que también es clave mejorar la información y la educación para aumentar las tasas de valorización.
“Hay mucho potencial para reciclar aluminio, pero falta mayor comunicación para que las personas podamos identificar bien los aluminios y evitar que se vaya al relleno sanitario, donde es un desperdicio completo. Es un material tan noble el aluminio que realmente merece la oportunidad de ser reciclado, más aún considerando que vamos a necesitar una gran cantidad de él con la industria verde y las nuevas tecnologías”, acota. De hecho, el aluminio puede ser reciclado infinitamente y, de acuerdo a cifras de la industria, a nivel mundial el 75% del aluminio permanece circulando gracias al reciclaje, un proceso que consume mucho menos energía y emite muchos menos gases de efecto invernadero que la producción a partir de materia prima primaria.
Alianzas
Dentro del marco de la Ley REP se considera la figura de Gran Sistema Colectivo de Gestión (GRANSIC), que permite que diferentes empresas se agrupen para gestionar sus residuos. Una de ellas es ReSimple, creada para cumplir la normativa del producto prioritario envases y embalajes, cuyo decreto de fijación de metas de recolección y valorización -en el marco de la Ley REP- inició su implementación completa en septiembre pasado.
Gracias al sistema de recolección establecido por este GRANSIC, Midas aumentará la valorización de latas de aluminio, luego de un trabajo colaborativo que están haciendo ambas entidades. De esta forma, se espera que gradualmente vaya disminuyendo la cantidad de toneladas de aluminio que no son gestionadas en Chile.
“El aluminio que normalmente valorizamos en nuestra fundición proviene del reciclaje electrónico, y también llega de aviones, trenes y ventanas, pero estamos trabajando con el sistema de recolección de envases y embalajes que tiene ReSimple, por lo que también estamos procesando todas las latas de aluminio que llegan a los puntos limpios que gestiona ReSimple”, explica Mitzy Lagos.