¿Cómo se está enseñando la economía circular en la academia?: seis experiencias en el aula
Diferentes instituciones de educación superior están incorporando dentro de su formación académica cursos, ramos e incluso diplomados en economía circular. Sin embargo, dicen quienes imparten clases, este concepto aún no se masifica en la malla curricular de los planteles. Idealmente, dicen los profesores consultados, la economía circular debiese ser aplicada en todas las carreras posibles. País Circular habló con Alejandro Chacón, Humberto Salinas, Ginna Jiménez, Carolina Herrera, Andreé Henríquez y Daniel Saldías para conocer sus experiencias en el aula y qué ideas surgen en su interacción con los estudiantes.
El desarrollo de la economía circular requiere la participación de todas las áreas posibles de la sociedad para trazar en conjunto una hoja de ruta. En ese cuadro en que participa el sector privado, el sector público y la sociedad civil, no puede faltar la formación en la academia o en las instituciones de educación superior, que pueden ofrecer el soporte de base científica a cada proyecto.
Sin embargo, el camino de formación académica en economía circular todavía es algo muy embrionario en Chile, sin desconocer que se han dado algunos pasos interesantes. Ya existen cursos, ramos y diplomados en economía circular que han cautivado a estudiantes de pregrado y postgrado, generalmente asociados a la ingeniería. No obstante, estas iniciativas paulatinamente empiezan a incorporar a estudiantes y profesionales de otras carreras o disciplinas.
País Circular quiso conocer de qué manera se está impartiendo la economía circular en diferentes planteles de educación superior. En esta nota cuentan su experiencia Alejandro Chacón, director de Ecodiseño.cl y profesor de dos diplomados de economía circular y uno de ecodiseño en la Universidad de Chile; Humberto Salinas, académico del ramo de economía circular en la carrera de ingeniería civil industrial en la Universidad de Viña del Mar; Ginna Jiménez, académica del ramo de residuos eléctricos y electrónicos del diplomado de economía circular de la Universidad Andrés Bello sede Concepción; Carolina Herrera, docente de la Escuela de Recursos Naturales Duoc UC Sede Valparaíso; Andreé Henríquez, director ejecutivo de CircularTec y académico universitario; y Daniel Saldías, director de economía circular de la empresa Midas y académico del electivo en economía circular para estudiantes de la carrera de Contador Público y Auditor en la Universidad de Santiago de Chile.
“Hoy la economía circular es prevención, preservar el valor, mantener los materiales en uso y la regeneración de ecosistemas”.
Alejandro Chacón participa en tres diplomados en la Universidad de Chile
Con más de un decenio dedicado al ecodiseño y siendo un referente para muchas y muchos emprendedores, el profesor Alejandro Chacón imparte dos Diplomados de Economía Circular en la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (FCFM) de la Universidad de Chile, ubicada en la sede de Beauchef. También participa como académico en un Diplomado de Ecodiseño.
El primer Diplomado de Economía Circular -recuerda Chacón- comenzó en 2019 de forma presencial, pero con la llegada de la revuelta social y luego la pandemia, se comenzó a implementar en formato virtual, lo que favoreció la presencia de estudiantes de diferentes partes de Chile. “Al principio, como era presencial, eran todos alumnos de Santiago, y durante la pandemia logramos que participaran personas de regiones. En 2021 el diplomado era de todo Chile y también participaron estudiantes de otros países como Perú, Bolivia, Argentina y México”, dice el académico.
Este primer diplomado -que continuó en formato virtual- está dirigido al sector privado y surge de una alianza entre Ecodiseño.cl y la referida facultad universitaria. La metodología ocupada abreva de los principios de economía circular de la Fundación Ellen MacArthur, y pone mucho énfasis en el tercer pilar: la regeneración de ecosistemas. “Ahí hay un potencial muy grande”, reconoce el docente.
“El curso tiene una parte teórica. Cuenta con un módulo de introducción a la economía circular que busca romper esa mirada asociada al reciclaje. Hoy la economía circular es prevención, preservar el valor, mantener los materiales en uso y la regeneración de ecosistemas. También se entregan herramientas como ecodiseño, enfoque de ciclo de vida y simbiosis industrial”, agrega Alejandro Chacón, para quien el paso siguiente es clave: se les exige a los alumnos el desarrollo de un proyecto en el territorio que habitan.
“Les instamos a que integren el principio regenerativo en sus proyectos: cómo tratar el tema de residuos, agua y acciones más concretas, además de los cambios en prevención”, añade Chacón. En este diplomado no solo hay ingenieros, sino abogados, diseñadores, personas que vienen del mundo de la medicina: “Tenemos en el curso hasta a un siquiatra, eso aporta diversidad y riqueza en estos procesos”. Ya hay más de 800 personas egresadas de este diplomado.
El segundo diplomado en economía circular -que se impartirá desde este viernes en la FCFM de la Universidad de Chile- está orientado al sector público, ya que es financiado por Academia SUBDERE. “Este es un diplomado que se enfoca más en cómo generar desde el Estado las condiciones para el desarrollo de la economía circular, las regulaciones, las normativas y el financiamiento público, entre otros temas”, aduce Chacón. “Hay mucho interés en ambos diplomados”, agrega.
Hay un tercer programa, el Diplomado en Ecodiseño, creado en 2018 y que también se realiza en formato online tras la pandemia. Lo interesante aquí, cuenta Chacón, es que los proyectos que están desarrollando los estudiantes en materia de ecodiseño están orientados a propuestas de transformación de productos masivos, como por ejemplo, cambios en los envases de papas fritas, de detergentes, de tallarines.
Para el profesor Chacón, por último, es imprescindible que la economía circular esté presente en las mallas curriculares de todas las carreras posibles. “Para hacer economía circular se requiere trabajar con equipos multidisciplinarios para que la mirada sea amplia. Ojalá estuviera en todas las carreras, porque los cambios se requieren en todo orden de cosas. Si cada una de las profesiones no toma en cuenta este factor, entonces no vamos a cambiar nada. Quienes manejan los insumos en el mundo de la salud, por ejemplo, requieren una mirada circular también”, cierra.
“Ahora la eficiencia no solo se entiende como la producción de algo bien hecho, sino también un producto que contamina menos y tiene menos impacto”.
Humberto Salinas busca otra mirada de la eficiencia en su ramo de economía circular en la UVM
En la Escuela de Ingeniería y Negocios de la Universidad de Viña del Mar (UVM), Humberto Salinas dicta un ramo de economía circular para estudiantes de la carrera de Ingeniería Civil Industrial de ese plantel universitario. En las otras ingenierías el ramo se imparte como electivo. “La universidad busca impulsar que de aquí saldrán los negocios sostenibles de Chile en el futuro”, plantea Salinas.
Antes de ser un ramo dentro de la citada carrera, la UVM ya tenía un diplomado de economía circular, tiempo en el cual “nos dimos cuenta de que había bases temáticas en las ingenierías y en todas las carreras, ya que la economía circular no toca solo el mundo industrial, sino eléctrico, ambiental”.
“Modificar las mallas curriculares de las carreras es bien complejo. Tiene que pasar por un proceso de revisión, por el tema de la acreditación”, diagnostica Salinas. Aun así, con este solo ramo, el académico busca que sus estudiantes “cambien la mirada a los procesos en términos de eficiencia: es decir, cómo hacemos más con menos, e impactando menos en el medio ambiente”.
El ramo de economía circular tiene una base teórico-práctica. “Aquí falta entender cómo transformar la empresa hacia la circularidad”, sostiene. De manera que la parte práctica del curso consiste en dos procesos de ejercicios. “Tomamos empresas reales y evaluamos sus potenciales acciones de economía circular”, comenta el académico de la UVM, quien también es profesor del Diplomado en Economía Circular de la Universidad Andrés Bello sede Concepción, de la que se hablará en los párrafos sucesivos.
“Al principio tomamos una empresa ficticia para analizar diversos elementos. Y en una segunda etapa vamos al mercado. Hacemos asociaciones con otras empresas de la Región de Valparaíso. Son empresas reales para aplicar metodologías para sacar ideas circulares”, complementa.
Salinas insiste en que la mirada que se trata de inculcar en la casa de estudios es “ser eficiente en el desarrollo de productos y procesos, pero mirar el costo ambiental de esa eficiencia. Antes esto no se miraba así: ahora la eficiencia no solo se entiende como la producción de algo bien hecho, sino también un producto que contamina menos y tiene menos impacto. Entonces se les abre un mundo de posibilidades en términos de eficiencia para el mismo producto”.
Asimismo, Salinas coincide con Alejandro Chacón en que la economía circular debiese ser transversal a todas las carreras de educación superior en el país: “La economía circular no debe ser restrictivo a las ingenierías. Los abogados, arquitectos, médicos, enfermeras deberían tener formación en economía circular. Eso ha sido un error”. Cita un ejemplo: “Si un director de un hospital no tiene esa conciencia de desarrollo circular, no va a poder gestionar bien el futuro del hospital; lo mismo un arquitecto que no tenga una mirada circular con sus residuos, etcétera”.
Para Salinas, la academia cumple un papel central en el desarrollo de la economía circular, ya que “sienta las bases del desarrollo de un país. Cuando haces academia y logras hacer permear una perspectiva circular, los alumnos entienden que lo pueden aplicar, independientemente si son del sector público o privado”. Aclara Salinas que la economía circular no es “ecologismo puro”, porque “antes un gerente de una empresa te miraba extraño cuando uno hablaba de estos temas. Yo ahí le decía: va a llegar un futuro en que estos temas estarán en el ADN educativo. Y así fue”.
“El tema de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos no es muy conocido, a pesar de que causa un gran impacto ambiental, no solo aquí en Chile, sino a nivel mundial”.
Ginna Jiménez enseña sobre residuos electrónicos en la UNAB sede Concepción
En su natal Colombia, la ingeniera metalúrgica Ginna Jiménez comenzó a trazar un camino en el estudio y aplicación del reciclaje de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos. Fue esa experiencia la que la trajo a Chile, específicamente a Concepción, donde hoy dicta clases en un ramo de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos en el Diplomado de Economía Circular que imparte -de forma virtual- la Universidad Andrés Bello (UNAB) con sede en la capital de la Región del Biobío.
Jiménez suma dos años trabajando en dicho diplomado, haciendo hincapié en las posibilidades de incorporar residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) como materia prima de un subproducto, como lo que ocurre con la llamada “minería urbana”, en que el material metálico ya no se extrae de la tierra, sino de los citados residuos de aparatos post consumo. Paralelo a ello, la profesora colombiana tiene junto al profesor Mario Mendoza un grupo de investigación con estudiantes de pregrado de Ingeniería Industrial y Metalúrgica para trabajar de forma práctica con los RAEE.
En su experiencia como académica del Diplomado de Economía Circular que ofrece la UNAB, Jiménez detecta falta de conocimiento entre los estudiantes acerca de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos en toda su dimensión. “El tema no es muy conocido, a pesar de que causa un gran impacto ambiental, no solo aquí en Chile, sino a nivel mundial. No conocen cuál es su vida útil, cómo se hace reciclaje. Hay muchas falencias, y ahí se empieza a generar la estrategia para que tengan esos conocimientos y los puedan aplicar a largo plazo”, comenta.
Del mismo modo, Jiménez, en su curso, intenta introducir conceptos sobre las oportunidades de reciclaje de estos residuos en la ciudad, y se les insta a mirar con detención el tema legislativo, ya que pronto será obligatorio que las empresas logren gestionar y valorizar sus residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, a partir de la Ley REP.
Al menos ahora, dice Ginna Jiménez, los alumnos han aprendido cómo se pueden reciclar estos residuos desde su área ingenieril y darle una segunda vida útil. También hay interés en seguir en la investigación, para abordar el tema a través del desarrollo de la “minería urbana”.
Esto cobra vital importancia porque la minería urbana, según ella, sustituye la extracción indiscriminada del suelo como lo hace la minería convencional, y además se aprovecha un aparato eléctrico y electrónico ya utilizado.
Para Jiménez, la academia también cumple un rol clave en el posicionamiento de la economía circular como concepto. “En la academia hacemos formación a las futuras generaciones. Necesitamos un cambio de mentalidad y de buscar alternativas de solución para ayudar al medio ambiente”, plantea.
En lo que respecta al grupo de investigación con estudiantes de pregrado, Jiménez destaca el acercamiento a la comunidad que comporta el proyecto, pues “se trabaja con los equipos eléctricos y electrónicos que son recolectados en Talcahuano. Se ha hecho ya caracterización de material por parte de los estudiantes de ingeniería metalúrgica, y los de industrial ven la parte social. Ha sido muy gratificante participar de ambas instancias”, concluye Ginna Jiménez.
“La economía circular no es solo para los ingenieros ambientales o para quienes estamos ligados al tema ambiental; es algo global y transversal a todas las áreas”.
Carolina Herrera busca extender esta materia a todos los alumnos de Duoc UC Valparaíso y a su entorno
En la Escuela de Recursos Naturales de Duoc UC Sede Valparaíso, prácticamente todos los profesores han realizado el curso de formación docente sobre economía circular, con el objetivo de que integren los conceptos en las clases que imparten a sus alumnos. No obstante, aún no se dicta un curso de pregrado exclusivo sobre este tema.
Es por esa razón que los mismos docentes propusieron al director de la carrera de Ingeniería en Medio Ambiente generar un ramo optativo de economía circular para los alumnos de ese pregrado. Se trata de un paso inicial, comenta Carolina Herrera, docente de la Escuela de Recursos Naturales de Duoc UC Sede Valparaíso, una de las impulsoras de esta propuesta: “En una primera instancia sería para esta carrera, con el objetivo de que después se pueda expandir como optativo, no solamente para los ingenieros ambientales, sino que para todas las carreras. Creo que todos los alumnos debiesen tener la opción de formarse en economía circular”.
Lo anterior, porque “la economía circular es el futuro inmediato”, señala Herrera y comenta que ya no se trata solo de proteger los recursos naturales, sino que también de cumplir con las normas nacionales y compromisos internacionales, como la Ley Marco de Cambio Climático, los Objetivos de Desarrollo Sustentable, etc. “La economía circular es un sistema económico, así que no es solo para los ingenieros ambientales o para quienes estamos ligados al tema ambiental; es algo global y transversal a todas las áreas. Si pensamos, por ejemplo, en las carreras que se imparten en Duoc UC Sede Valparaíso, un técnico en construcción, en mecánica automotriz, agrícola, todos ellos deben trabajar en base a la economía circular, no lineal”, sostiene la docente.
En línea con lo mencionado, señala Herrera, la formación docente en economía circular no es solo para los académicos de la Escuela de Recursos Naturales, sino que está abierta a todos los profesores de Duoc UC Sede Valparaíso. El curso dura 36 horas e incluye conceptos sobre economía circular -vs. economía lineal-, ecomapas, ecobalance, etc., e incluye la elaboración de un proyecto que, en el caso de Carolina Herrera consistió en una propuesta de ecodiseño.
La docente de Duoc UC cree que, además de incluir la enseñanza de la economía circular en la educación superior, debiera ser incluida también desde la etapa preescolar, así como difundirse en la comunidad. “Con el director de la carrera estamos analizando un plan para empezar a concientizar a la comunidad y trabajar en programas de educación ambiental y economía circular en colegios y en las comunidades -como las juntas vecinales- aledaños al Duoc UC Sede Valparaíso (…) Ir más allá del reciclaje -que no es el fin de la economía circular-, que solo retarda que los materiales lleguen a un vertedero, sino que lo más importante es recuperar, reutilizar y rediseñar”, concluye la profesora Carolina Herrera.
“Si los profesionales que estudian en las universidades no son formados con el gen de la economía circular, van a seguir tomando decisiones desde la economía lineal”.
Andreé Henríquez: transformar el currículum hacia proyectos de investigación en economía circular
Lo primero que realiza Andreé Henríquez, director ejecutivo del Centro Tecnológico de Economía Circular (Circular TEC), es un diagnóstico sobre cómo se está abordando este tema en la academia: “La enseñanza de la economía circular todavía es nueva a nivel nacional e internacional. No está incorporada a los estudiantes de pregrado, ni hay maestrías ni doctorados en términos de postgrado. Lo que hay son distintos esfuerzos por enseñar economía circular para empezar a cautivar a los jóvenes y a los no tan jóvenes, respecto de cuáles son los beneficios de incorporar este concepto para avanzar hacia un país más sostenible”.
Henríquez cita como parte de esos esfuerzos a un curso electivo de economía circular en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile. El mismo Henríquez participó en otro diplomado que se organizaba desde la Facultad de Economía y Negocios de “la Casa de Bello”. También hay otros casos en la Universidad Católica del Norte y en la Universidad de Antofagasta, que incorporaron módulos de economía circular y sustentabilidad en la formación de pre y postgrado.
Actualmente Andreé Henríquez imparte clases de economía circular en la Universidad de Chile, en la Universidad Central y en la U. Católica del Norte. Según él, hay varios perfiles de estudiantes en esos diplomados. “Son profesionales que tienen título universitario y llegan con ganas de aprender de circularidad. Es un grupo realmente interesado”, dice él.
También hay estudiantes interesados en sus materias relativas a economía circular en la minería, tema que considera que “llegó para quedarse”. Y su tercera experiencia formativa, dice, la logra en cursos gratuitos que ofrece desde CircularTec, donde hay un gran interés de estudiantes de América Latina. “Es un mix de personas que buscan estos cursos por un tema de crecimiento personal, pero también académicos que quieren aprender”, sostiene.
A juicio de Henríquez, la inclusión de académicos en estos cursos habla por sí sola de una mirada muy positiva y con visión de futuro: los académicos están incorporando el concepto y quieren desarrollar no solo docencia, sino líneas de investigación. Y eso es robusto, porque transforma el currículum”.
Al igual que los otros entrevistados, el director ejecutivo de CircularTec cree que la formación académica es esencial en este cuadro de economía circular. “Si los profesionales que estudian en las universidades no son formados con el gen de la economía circular, van a seguir tomando decisiones desde la economía lineal. Si formas ingenieros industriales pensando en la economía lineal, las soluciones serán lineales”. En ese sentido, también comparte la opinión de sus pares en que la economía circular debiese ser incorporada a la formación en todas las carreras universitarias.
“Las universidades son las mandatadas a hacer innovación de base científica. Cuando las universidades entran en la lógica de economía circular, hacen investigación orientada a ella. Esto puede ser en Derecho cuando piensas en normativas; en Economía cuando piensas en los modelos económicos; en Administración cuando piensas en estrategias. No hay disciplina que no pueda incorporar la dimensión de la economía circular”, añade Henríquez. Percibe, además, un desafío en que se debe aumentar la producción científica en economía circular en Chile.
Finalmente, Andreé Henríquez hace un llamado: “No sirve mucho tener un curso de economía circular como un aspecto aislado del desarrollo sostenible; la economía circular es una herramienta para alcanzar el desarrollo sostenible, porque si no se empieza a entender como agenda ecológica. Hay que modificar la forma de producir y de consumir”.
“La economía circular no tiene nada que ver con el reciclaje ni con transformar los residuos en materias primas. Es un concepto mucho más amplio (…) basado en el respeto, impacto social, impacto económico”.
Daniel Saldías busca enseñar el “respeto” inherente a la economía circular en sus clases en la Usach
Director de Economía Circular de la empresa Midas, que realiza “minería urbana” a partir de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, Daniel Saldías realiza un ramo electivo de economía circular para estudiantes de pregrado de la carrera de Contador Público y Auditor de la Facultad de Administración y Economía (FAE) de la Universidad de Santiago de Chile (Usach), donde él estudió y se tituló de contador auditor.
“Me ofrecieron de la FAE hacer un curso, sabiendo mi experiencia en economía circular. Pero como no se podía colocar tan fácil en la malla curricular de la carrera, me ofrecieron un electivo. El año pasado empezó. Se realiza en forma vespertina y llevo dos semestres”, cuenta Saldías en comunicación desde Turquía, donde se encuentra cerrando negocios por su empresa Midas.
En este electivo, explica Saldías, le otorga una connotación “lúdica” a la metodología. El principio básico es que “la economía circular no tiene nada que ver con el reciclaje ni con transformar los residuos en materias primas. Es un concepto mucho más amplio, parte de una pirámide que yo mismo participé en su diseño, basado en el respeto, impacto social, impacto económico. Al final, no puedes avanzar en la sociedad si no está el respeto”.
En el fondo, Saldías asume la economía circular como una “filosofía de vida” que excede el ámbito de enseñar a reciclar, ya que eso, según él, “está en YouTube y no es necesario enseñarlo”.
Saldías también cree que la economía circular debiese ser un concepto dúctil y adaptable a todas las carreras. Cita el caso de la carrera de contador auditor de la que egresó. “Los gobiernos hacen presupuestos y quienes autorizan la plata son los contadores. Si ese contador tiene perspectiva circular, el Estado responderá de mejor manera”.
Ese respeto del que habla también trata de incluirlo en su enseñanza de economía circular cuando habla de Midas, su empresa de “minería urbana” que transforma los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos en lingotes metálicos. “Hay que entender que en los vertederos hay recursos no aprovechados. En ese sentido también hay respeto y empatía con el ambiente al querer trabajar una minería no rompiendo un cerro y sacando cosas, sino que haciéndolo de otra forma”, complementa Saldías.
Sobre la posibilidad de que la economía circular sea parte de la malla curricular de las carreras, Saldías cree que hay que quemar etapas primero, y que el electivo “debe estar bien evaluado para que luego llegue al Mineduc”. En todo caso, señala Saldías, la Usach ya ha dado pasos significativos en orden a fomentar la economía circular: “Rectoría quiere generar un departamento de economía circular, diplomados, magíster, charlas de relatores. Pero a futuro debiese ser como era la caligrafía en el colegio: que esté en todas las carreras universitarias. Pero hay que darle un poco de oxígeno”, cree.
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