Soledad Mella: “Por años hemos levantado miles de toneladas de residuos, y por primera vez se ve posible que nos paguen por eso”
La presidenta del Movimiento Nacional de Recicladores de Base habla en esta entrevista sobre lo que significa para el gremio su inclusión real en el decreto de metas de reciclaje de envases y embalajes de la Ley REP. Una lucha de años, dice, en busca de la visibilización de su actividad y de trabajar en la formalización de los recicladores, para avanzar desde la estigmatización hacia una forma de trabajo que se asemeje lo más posible a una empresa. Ahora, afirma, será el momento de llevar a la realidad lo que está puesto en el papel. Y para ello -asegura- ya han avanzado de forma importante con la industria. “Hoy con quien más nos relacionamos en términos de apoyo y de trabajo es con las empresas”, afirma Soledad Mella, y adelanta que “vamos a estar encima de los sistemas de gestión para que se nos incorpore en cada licitación que se levante, en cada región del país”.
Periodista
Está satisfecha Soledad Mella, la presidenta del Movimiento Nacional de Recicladores de Base. Aunque no todo lo que quisiera, como repite varias veces durante la conversación. Para su agrupación, el decreto final que establece las metas de recolección y valorización de envases y embalajes de la Ley REP es visto como “un tremendo logro”, porque por primera vez los incluye de una manera concreta en los futuros sistemas de gestión de residuos. Este crea un “plan de formalización” que obliga a contratarlos en al menos la mitad de los puntos de recepción y acopio de residuos que el sistema levante en el país, y además establece la posibilidad de que sean contratados para la recolección de residuos domiciliarios, y pagarles por ello a precio de mercado. Es decir, podrán cobrar por un servicio que hasta ahora hacían gratis.
“No es lo que quisiéramos, insisto, todavía hay una deuda muy grande de parte de las municipalidades con los recicladores de base, pero sí nos está poniendo en la mesa como una prioridad en esta cadena de economía circular, en esta cadena de gestión de residuos”, dice Soledad Mella.
Ahora será el tiempo de materializar esto en la realidad, y para ello será fundamental que las empresas, y el o los sistemas de gestión que se crearán para la recuperación y valorización de los residuos, los incluyan realmente en la recolección.
“Ellos saben que sin nosotros será mucho más caro trabajar con los residuos y procesarlos, y saben que tenemos un recurso humano que no tiene ninguna empresa. Tenemos miles de recursos humanos en todo Chile, donde quieran tener reciclaje nosotros les vamos a poder levantar compañeros para que lo hagan. Entonces, hoy para nosotros es un logro y un tremendo desafío, porque significa que vamos a tener que estar mucho más encima para que se cumpla el decreto”, afirma.
“Nosotros esperamos -agrega- que en Chile realmente se valore y respete nuestro trabajo, hoy por primera vez tenemos la oportunidad de ser sumamente visibles y estar dentro de un modelo que estábamos esperando desde hace muchos años”.
Su incorporación concreta en el decreto final es el corolario de un largo trabajo que inició Exequiel Estay, dirigente histórico del gremio fallecido el año pasado, y que acompañó -y luego lideró- Soledad Mella.
“Cuando empezamos a participar en la mesa de los decretos con Exequiel, nos enfrentamos a un escenario que era bastante complejo, porque la participación de personas como nosotros, de recicladores, era bien poca, era una mesa más empresarial. Pero en el camino logramos mover un poco el piso e instalar la discusión de la deuda histórica y de la conciencia, porque hoy todos aparecen con banderas grandes sobre el reciclaje y nosotros, que llevamos más de 60 años haciéndolo, no levantamos ninguna. Al contrario, éramos sumamente invisibles”, dice Soledad Mella.
En esa discusión, recuerda, lograron primero instalar que existían, que había una organización dirigida en ese entonces por Exequiel Estay, y empezaron a dar la pelea para ser incorporados en los decretos y, por esa vía, en el sistema de gestión de residuos. “Fue importante estar ahí y poner nuestros temas, porque parte de las empresas que estaban en la mesa todavía nos miraban como bichos raros cuando hablábamos desde nuestra experiencia en la calle, y de lo que significaba para nosotros el reciclaje y todo este tema de los decretos”.
Entonces sale un primer anteproyecto de metas, que los incorpora, pero no en la forma que ustedes buscaban
Claro, una vez que salió lo analizamos junto con CEMPRE y otros asesores técnicos, y empezamos a tratar de cambiar esa propuesta, porque para nosotros era casi un chiste. No representaba lo que habíamos planteado en la mesa, y de ahí sale una discusión más concreta con el Ministerio del Medio Ambiente. Tuvimos varias reuniones y mandamos una serie de observaciones al proceso de consulta pública para darlo vuelta, para lograr incorporar los conceptos que nosotros queríamos. Creo que lo logramos, no todo lo que nos hubiese gustado, pero al menos logramos ya un paso importante. Ahora hay que empezar a pelear para que eso se concrete efectivamente, porque el papel aguanta harto pero en el momento práctico será una tarea de nuestra asociación estar atentos para que se cumplan los acuerdos.
“Nos permite también visualizarnos en otra figura, como una figura empresarial, porque en este país tenemos que transformarnos en empresarios. No podemos quedar fuera del sistema, porque si no, no vamos a poder ser parte de este modelo”
Uno de los puntos principales del decreto final de metas es que establece la obligación de contratar a recicladores de base en al menos la mitad de los puntos de reciclaje o acopio que instalarán los sistemas de gestión en el país…
Lo de los puntos limpios es una demanda que tenemos hace rato. Hoy todos los fondos que tiene que ver con reciclaje pasan primero por los municipios y terminan la mayoría en personal técnico, y al final a nosotros nos llega apenas una capacitación piñufla, un jockey y un par de guantes. Hoy logramos cosas concretas respecto de eso con este nuevo decreto.
¿Por qué es importante esto, en qué cambiará su trabajo?
Es súper importante, porque primero que todo -como siempre digo- nosotros somos los pioneros en esta historia. A nosotros no nos pueden venir a contar la historia del reciclaje, nosotros se las contamos a ustedes, y eso fue lo primero que pusimos en la mesa. Si van a hacer modelos de gestión de reciclaje mixtos, o como sea, y lo van a hacer a través de puntos limpios, lo más lógico es que en esos puntos haya recicladores trabajando. ¿Por qué? La lógica de estos centros es que el vecino vaya a dejar sus residuos, lo que para nosotros significa también una merma en nuestra recolección diaria de residuos. Por eso planteamos que fueran administrados por los recicladores de base: porque tenemos la experiencia, porque conocemos todos los tipos de residuos, y conocemos todo el modelo de gestión que hay detrás de esto, desde el intermediario hasta el valorizador que paga mejor el material.
Y porque les compensa también esa pérdida por la menor recolección de residuos
Exacto, pero también porque en vez de pagarle a una empresa externa es mejor pagarle a sus propios recicladores, de su comuna, que van a limpiar sus puntos limpios. Eso ya lo habíamos logrado en algunos municipios cuando empezamos con modelos mixtos, ya hay algunas comunas que incorporan a sus recicladores y se les paga. Por ejemplo, en Recoleta tenemos compañeros como operarios de algunos puntos limpios; en Independencia, donde tenemos una muy buena alianza con el municipio, el administrador del punto limpio es un reciclador de base, y también hay operarias recicladoras. Hemos demostrado que los recicladores somos capaces de administrar estos espacios, hemos administrado por muchos años el reciclaje gratis en las casas, entonces si arman infraestructura por qué no se la pasan a los recicladores en vez de buscar a personas externas. Ese fue el primer pedido que hicimos, y fue una de las discusiones más eternas que tuvimos en algún minuto, porque los puntos limpios y los fondos de reciclaje estaban muy amarrados a los municipios. Nos costó mucho ser parte del modelo, y que los recursos no pasaran por intermediarios. Hemos vivido toda la vida trabajando y pasándole nuestro trabajo gratis a intermediarios, que solo lucran y no nos incorporan realmente.
¿Cómo ha cambiado la realidad de los recicladores donde ya se han realizado estas experiencias de administración de puntos limpios?
Se valora mucho, porque primero te cambia esa figura del recolector de la calle a una mucho más estructurada y ordenada. Y también a ellos les da herramientas para transformar su visión respecto del servicio del reciclaje; empieza a verlo como modelo de negocio, a tener claro cuánto material sale y cuánto entra, trazar los productos… en general los recicladores no hacen trazabilidad; van, venden, se llevan las lucas y comen. Hoy tenemos un equipo bastante potente de gestores que son recicladores de base, y que tienen un modelo de negocio para poder hacerse cargo de todo esto. Nos permite también visualizarnos en otra figura, como una figura empresarial, porque en este país tenemos que transformarnos en empresarios. No podemos quedar fuera del sistema, porque si no, no vamos a poder ser parte de este modelo. Estos puntos limpios, y el traspaso de ellos, logra también entregarle herramientas a nuestros compañeros, de modelos de administración, de contabilidad, de un modelo formal donde hay que responder frente a ciertos requerimientos, entendiendo la figura informal del reciclador.
“Tenemos un grupo bastante grande que sí se quiere formar y sí se quiere educar. El problema es que cuando partimos con todo esto hubo una figura muy asistencialista de parte de algunos municipios, donde invitaban al reciclador a participar de talleres y capacitaciones pero se les ofrecía algo a cambio de su participación, entonces lamentablemente se acostumbraron a esa figura”
En ese sentido, el decreto plantea un plan de formalización que incluye también capacitación. La duda es cuál es la disponibilidad real de los recicladores de base a formalizarse. ¿Es una disponibilidad masiva, o realmente no lo es tanto?
Hay que entender la amplitud de los recicladores. Dentro de la asociación hay recicladores en situación de calle, están los que viven en un ruco dentro de los vertederos, y de ninguna forma los vas a transformar y meter al sistema formal. Pero hay otro grupo de recicladores que trabajan en familia, que hacen la ruta, que se levantan todos los días temprano, que no se salvan solamente para el “vicio” sino para ir parando la olla todos los días. Ha ido cambiando, desde que nosotros partimos con el tema de la Ley REP y la certificación de recicladores, la visión de nuestros compañeros también se ha ido transformando. Entonces, hoy tenemos un grupo bastante grande -no es la totalidad, pero es grande- que sí se quiere formar y sí se quiere educar. El problema es que cuando partimos con todo esto hubo una figura muy asistencialista de parte de algunos municipios, donde invitaban al reciclador a participar de talleres y capacitaciones pero se les ofrecía algo a cambio de su participación, entonces lamentablemente se acostumbraron a esa figura. Y tiene que ver también con un tema de situación social, la mayoría de los recicladores son del quintil más bajo de la sociedad, y eso significa que al formalizarse pierden muchos beneficios sociales, y eso coarta la decisión porque el hecho de emitir una factura los deja fuera de esa red.
¿Cree que estas nuevas condiciones puestas en el decreto para ayudar a la formalización, y la inclusión a los sistemas de gestión, ayuden a dar ese paso a la formalización?
Creo que hoy el escenario ha ido cambiando mucho, y los viejos se han ido dando cuenta de que a pesar de tener una ficha de calificación social baja, el Estado no les está entregando beneficios. A pesar de todo, veo un escenario favorable para nosotros.
¿Hay avances concretos en ese proceso por parte de los recicladores?
Nosotros ya levantamos la asociación nacional de recicladores, que es el paraguas de las -ojalá- cientos de cooperativas que logremos levantar entre los recicladores de base. Queremos que ojalá todos nuestros compañeros reciban capacitación y formalización para poder transformar su figura; hoy están muy organizados en distintas regiones y quisiéramos que fueran todos, pero eso no va a pasar y somos realistas, entonces tenemos claro que será un grupo pequeño el que va a llegar a la formalización total. Pero al menos, la gran mayoría se va a organizar y se va a agremiar. Iniciamos una campaña y ya levantamos más de 3 mil recicladores. Hoy sí tenemos una herramienta poderosa que es la organización, y va a ser importante del proceso que vamos a llevar adelante con este nuevo decreto.
Otro punto importante del decreto es el reconocimiento del pago por servicio, al posibilitar la contratación de recicladores de base para el trabajo de recolección de residuos a un precio de mercado, lo que ahora hacen gratis.
Aunque no es todo lo que nosotros quisiéramos, porque nos gustaría que el Estado nos pagara por el servicio que hacemos, es un tremendo logro. En los sistemas de gestión que están levantando las empresas queremos tener un papel protagónico, porque van a necesitar todos los residuos que requieren para sus metas, pero para eso van a tener que pagar por la gestión. Por muchos años hemos recuperado miles de toneladas de residuos, y por primera vez se ve la posibilidad de que se nos pague por eso, porque no es una obligación. Sí nosotros vamos a estar encima de los sistemas de gestión para que se nos incorpore en cada licitación que se levante, en cada región del país.
“Hoy sabemos que un número importante de empresas van a querer contar con nosotros, y algunas nos han planteado que eso es parte de las exigencias que se están poniendo al sistema de gestión. Creo que va a haber una presión de parte de ellos para que sea así”
¿La idea entonces es organizarse para presentarse a cada licitación de recolección que se haga por parte de los sistemas de gestión?
En todas las que sea necesario, creemos que es súper importante que eso se haga así. Vamos a estar súper encima de los sistemas de gestión, pero hoy por suerte tenemos muy buenas relaciones con muchas empresas que ya están incorporadas en este sistema. De hecho, hoy con quien más nos relacionamos en términos de apoyo y de trabajo es con las empresas, no con el Estado. Excepto el Ministerio del Medio Ambiente, en el gobierno ni nos mencionan.
¿Existe ya un compromiso de la industria con ustedes para incorporarlos en la recolección?
Hasta ahora hemos tenido muy buena relación con varias empresas, como CCU, Coca-Cola, Natura, por nombrar algunas. Hemos logrado vender nuestros servicios a algunas empresas, y han valorizado nuestro trabajo. TriCiclos, por ejemplo, ofrece nuestros servicios y hoy hacemos labores de reciclaje a muchas empresas. También estamos trabajando con Sofofa, que nos está ayudando mucho en el tema de las capacitaciones y en superar las brechas que teníamos al momento de la certificación. En general, tenemos una muy buena relación con los privados, y en muchas regiones también hay varias empresas alineadas con los recicladores.
Pero esto tiene que incorporarse ahora en los sistemas de gestión
Sí, y estamos en conversaciones con varias empresas para ello, que ya están sumamente convencidas de que el manejo de residuos en sus tiendas o plantas tiene que ser con recicladores de base, porque cumplimos con la trazabilidad, con un trabajo ordenado y limpio, a parte de las relaciones humanas que generamos con el servicio también. Hoy sabemos que un número importante de empresas van a querer contar con nosotros, y algunas nos han planteado que eso es parte de las exigencias que se están poniendo al sistema de gestión. Creo que va a haber una presión de parte de ellos para que sea así.