Cerca del 70% de las 12 mil panaderías que existen en Chile utilizan leña para hornear el pan que producen. Esto no solo acarrea un impacto ambiental severo, sino también devela un problema en lo que respecta a eficiencia energética. Este diagnóstico, sin embargo, aún no estaba en la cabeza de los profesionales egresados de la Universidad Técnica Federico Santa María que fundaron la empresa Quempin. Lo que sí tenían en mente era trabajar con un grupo de investigación en el tema de la combustión, y así ayudar a las pymes a ser más eficientes energéticamente.
En 2016 dieron el gran salto. Obtuvieron el primer lugar en el concurso de innovación Impacta Energía y recordaron que uno de los socios era vecino de una panadería que sabía cómo funcionaban los hornos en base al uso de leña. Ese fue el punto de partida para desarrollar una tecnología que impactara en la industria de la panadería para cambiar el uso de la leña por gas, pero de una manera mucho más eficiente.
“Así partimos desarrollando un prototipo industrial. La idea era buscar el recambio de leña al gas a través de nuestra tecnología. Nos ayudó mucho la Federación Chilena de Industriales Panaderos (FECHIPAN); ellos nos facilitaron un horno en desuso para hacer las pruebas de nuestros quemadores de medios porosos. Ahí descubrimos que eran 23% más eficientes en comparación con el quemador tradicional a gas. Después de esa gran experiencia, decidimos continuar con la empresa y pasar de un prototipo a un producto comercial. Fue bastante arduo”, cuenta Nicolás Becker, ingeniero civil mecánico y gerente general de la empresa.
Dieciocho meses duró el proceso de certificación ante la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC), cuestión que le permite comercializar esta tecnología en las panaderías. Se trata de un equipo que tiene múltiples ventajas: ahorrar en un 20% aproximadamente en gas combustible, aumentar la producción, llevar un control de la temperatura de cocción, simplificar el trabajo del panadero y, algo muy importante, no contaminar.
Sin ir más lejos, de acuerdo al cálculo hecho por los socios de Quempin, una panadería consume 500 kilos de leña al día, lo que al mes sería equivalente a 30 árboles, y a la contaminación que generan 15.000 vehículos y 50 casas con calefacción. Dicen en Quempin que con el uso de quemadores a gas, la huella de carbono se reduce a un tercio, y con sus propios quemadores a un cuarto. Y el otro punto importante: el material particulado MP 2,5 y MP10 se reduce prácticamente a cero. Según datos de CONASET (2010), citados por Quempin en su página web, el uso de leña en Chile es el principal responsable de las más de 4.000 muertes al año por enfermedades respiratorias provocadas directamente por las emisiones de material particulado.
De ahí que Nicolás Becker diga que es muy importante, en el futuro, transformar la realidad de las panaderías de las ciudades chilenas que más sufren la contaminación atmosférica por material particulado, y en las que recaen planes de descontaminación, tales como Temuco, Chillán y Talca, por citar solo algunas.