Planeta Musgo: plantas con técnica ancestral japonesa que recrean la naturaleza en el hogar
La pyme fabrica kokedamas, una técnica nipona de cultivo de plantas hermana del bonsái, que requiere una menor cantidad de riego en su mantención. Al principio trabajaban con el musgo pompón, pero al advertir el impacto ambiental que genera su extracción descontrolada, sobre todo en Chiloé, lo reemplazaron por unas fibras naturales que tienen los mismos atributos: alta humedad, retención de nutrientes y propiedades antioxidantes. Ahora están abocados a producir su propio musgo, en un invernadero, para hacer otro tipo de artículos para el hogar.
Julio Herrera recuerda que su padre pololeaba con una chica japonesa cuando conoció, en ese contexto puntual, un libro que lo introdujo al mundo de los kokedamas, una técnica ancestral de cultivo de planta hermana de los bonsáis. A diferencia de estos, sin embargo, los kokedamas utilizan musgos en su base, los cuales, además de tener menor costo económico, cuentan con grandes atributos en humedad, retención de nutrientes y propiedades antioxidantes.
Titulado de agrónomo, Herrera tenía la idea en mente de hacer kokedamas, pero no encontraba los materiales en Chile. Un poco más informalmente en 2018, pero ya más de frentón en 2019, él junto a la enfermera Lucrezia Llona empezaron a urdir esta propuesta y a trabajar con el musgo para lanzarlo comercialmente. Fueron a un par de ferias y notaron que el producto comenzó a generar adhesión entre la clientela, pero se vieron en la necesidad de seguir investigando sobre el kokedama para llegar a un producto más elaborado.
“Yo conocía el sustrato de plantas, pero en plantas ornamentales es otro mundo. Estudiamos mucho más el musgo, una planta que está en todo el mundo, hasta en la Antártica, pero es muy poco conocida. Se cree que es hongo, líquen, alga, pero es una planta muy rudimentaria que crece con mucha humedad, entonces, la gracia que tienen es que en la casa pueden mantener mucha humedad: retienen hasta 20 veces su peso en agua”, explica Julio Herrera, fundador de Planeta Musgo, el nombre que adquirió el nuevo emprendimiento.
A medio camino, no obstante, Herrera y Llona cayeron en cuenta de que el musgo con que ellos trabajaban -el musgo sphagnum o también conocido más coloquialmente como “pompón”- tenía un valor ecosistémico invaluable, y que su extracción indiscriminada provocaba un daño ambiental irreparable. Bien es sabido el impacto que la explotación irracional del recurso ha causado en la Isla Grande de Chiloé, especialmente por la devastación hacia las turberas, un ecosistema clave en tanto sumidero de carbono en la lucha contra el cambio climático.
Ese fue un clic que los hizo cambiar de rumbo. Fue entonces cuando dejaron de ocupar el musgo pompón en sus procesos y lo reemplazaron por un sustituto propia que contiene mezclas de fibras vegetales y cuya masa se recubre con un subproducto del tostado del café, cuyas propiedades son similares a las del musgo. “Nos dimos cuenta de que el musgo pompón lo sacaban de lugares muy prístinos y lo exportaban en toneladas. Estábamos haciendo un beneficio pero a partir de un deterioro. Nosotros trabajábamos en una escala súper ínfima, pero igual le dimos una vuelta”, comenta Herrera.
Y así como la ventaja del musgo para el kokedama era su cualidad sustentable, en tanto requiere menos agua de riego (se riega una vez a la semana) y no drena como un macetero, esta nueva fibra que ocupan cumple con características parecidas de eficiencia hídrica, valor ecológico y recreación de la naturaleza al hogar.
“Nos dimos cuenta de que el musgo pompón lo sacaban de lugares muy prístinos y lo exportaban en toneladas. Estábamos haciendo un beneficio pero a partir de un deterioro. Nosotros trabajábamos en una escala súper ínfima, pero igual le dimos una vuelta”.
El vivero de musgos
Dentro del catálogo de kokedamas que ofrece Planeta Musgo se cuentan algunas plantas de interior, exterior y aromáticas. Las que más aparecen dentro del porfafolio son suculentas, dracenas, coleos, palos de agua y ficus, así como también accesorios para la mantención de las plantas, sustratos, bases decorativas y colgantes. Todo se encuentra disponible a través del sistema e-commerce de su página web (el instagram de la tienda está aquí) y también en dos tiendas físicas ubicadas en Avenida La Paz 482 (Independencia) y Padre Mariano 140 (Providencia).
Dice Herrera que la clientela, en principio, reacciona extrañada cuando se le cuenta que la empresa ya no utiliza musgo. Pero cuando se le explica en detalle la erosión ambiental que provoca su extracción desmedida, ahí llegan a empatizar; agradecen la información y con más sentido aun adquieren este nuevo producto en base a fibras naturales y subproductos de tostados de café.
Sin perjuicio de ello, el emprendimiento sigue trabajando con el musgo, pero desde otra perspectiva, en función de proteger el recurso. “Ya estamos empezando a cultivar nuestro propio musgo en un invernadero y la idea es hacer nuevos productos dentro de la empresa a partir de ellos, tales como cuadros verdes, por ejemplo”, acota el agrónomo.
El invernadero funciona en Casa Palacio, en Alameda con Brasil, y comprende algo así como un Planeta Musgo 2.0. “Nosotros queremos siempre acercarnos a un concepto que se llama ‘biofilia’, que promueve el acercamiento de la naturaleza a las personas, de modo que se regule la ansiedad, que haya más bienestar en la gente y que baje las revoluciones. Eso queremos promover en el invernadero de musgo. También tenemos la idea de hacer purificador de aire, es decir, hacer productos decorativos y tecnológicos”, agrega Herrera. El proyecto en sí debería empezar a andar el próximo año.