Sobre la mesa de una bodega rodeada de libros trabajan seis estudiantes de Ingeniería de la Universidad Católica que realizan su práctica social en Green Libros. Cada uno fija su vista en un texto escolar. Uno de ellos ocupa una goma de borrar y, con suma precaución para no romper la hoja, logra eliminar las palabras escritas con lápiz grafito. Otros de los practicantes usan liquid paper y stickers blancos para hacer desaparecer los tickets, notas y apuntes rayados con lápiz pasta.
El borrado es uno de los procesos que emplea la empresa Green Libros para alcanzar su gran objetivo: darles una segunda vida a aquellos textos de enseñanza básica y media condenados a morir en un vertedero. Este emprendimiento con impacto social, ambiental y económico, cuya oficina se encuentra en el barrio Bellavista, suma casi diez años en la tarea de recolectar libros de segunda mano donados por la gente, para luego reinsertarlos en el mercado.
Es mediodía y el calor se ensaña con los transeúntes que circulan por la fachada de calle Loreto 558. Adentro, la sala principal exhibe un catálogo de libros usados ordenado por temática: periodismo, historia de Chile, literatura contemporánea, biología y otras. Pero el camino se torna un poco más laberíntico al explorar las bodegas de la oficina. Entre varias escaleras, y a pasos de los practicantes que trabajan en el borrado, se ve a otro funcionario que filtra los libros según el estado en que llegan. En una repisa de un espacio intermedio estos textos escolares, disponibles para venta, aparecen desglosados según el curso.
La forma de trabajar es así: Green Libros tiene 48 puntos limpios o buzones en la Región Metropolitana y uno en la Región de Valparaíso -repartidos en colegios, bibliotecas, cafés literarios y hasta centros comerciales- para que la gente deposite ahí sus libros usados, sean de uso escolar o de literatura general. En el caso de los textos escolares, la empresa se encarga de arreglarlos y dejarlos en circulación nuevamente. “El rango mínimo en que trabajamos sobre un texto escolar es ‘aceptable’. Esto quiere decir que el libro puede venir subrayado con destacador. Esos los vendemos a un precio más bajo”, explica Daniela Puig, encargada de control y calidad de Green Libros.
La historia
La idea motriz de este emprendimiento nació en 2009. Juan Cristóbal Prieto, socio cofundador, se reunió con dos amigos y diagnosticaron que los textos escolares y de lectura complementaria para niños eran muy caros. Entonces se preguntaron por qué no levantar una propuesta que fomentara el uso de libros de segunda mano. Partieron instalando dos buzones, uno en el Sagrados Corazones de Manquehue y otro en el Saint George’s, y recolectaron más de 4.000 títulos. La mechita se había encendido.