Custom Shoes: el arte de pintar zapatillas para ayudar al planeta
Todo partió como un hobby, pero en la medida en que la gente comenzó a conocer su trabajo se fue convirtiendo en una opción de entrada económica. Fundada por el emprendedor Paul Palma, el proyecto logra reparar y reutilizar pares de zapatillas que normalmente terminan en los vertederos. Con ello consigue darle una mano al medioambiente y limitar las tentaciones del consumo del “fast fashion”. Últimamente Custom Shoes trabaja con Paris en la campaña “Larga vida a las zapatillas”, cuyo objetivo es prolongar el uso del calzado a través de diseños personalizados.
Aunque no se autodefine como un “estudioso” de las zapatillas, Paul Palma tenía una suerte de obsesión con esta prenda de vestir. Lo suyo eran, en términos coloquiales, las zapatillas un poco “colorinches”, llamativas. Hace unos tres años, su esposa le regaló un par de zapatillas blancas, pero él quería llenarlas de colores. Entonces empezó a pensar si aquí en Chile había un producto para pintar zapatillas y en esa búsqueda descubrió un hobby que luego se convertiría en una plataforma de ingresos económicos.
“A Chile no llegaban pinturas para zapatillas. Compré una acrílica en una librería, las pinté, quedaron bonitas, las pinté de color fucsia y las usé. Me gustaron cómo quedaron, pero al primer lavado se les salió la pintura y me manchó la zapatilla”, recuerda Palma, profesor de educación física en su formación.
Dos años después de este impasse, sin embargo, Palma se fue de vacaciones a Los Ángeles, California. Dentro de su itinerario iría a ver si la pintura que requería para personalizar las zapatiilas lo vendían allá. Así fue. “Justo coincidó, no sé si obra del destino, que yo estaba súper cerca de la fábrica. Compré dos kits básicos de pinturas, pero pensando en pintar mis zapatillas. Así empezó todo”, revela el emprendedor.
Este 16 de marzo, Palma cumplirá dos años desde que personalizó su primera zapatilla. Lo que también se conoce como “customizar”. El asunto es que, de alguna manera, su trabajo se empezó a dar a conocer entre otras personas, y nacieron muchas solicitudes. Entonces creó una cuenta de Instagram (https://www.instagram.com/custom_shoes_chile/), pero sin pensar aún que esto le brindaría la oportunidad de generar un trabajo extra.
“Yo trabajaba como personal trainer en un gimnasio, no me daba para dedicarme 100 por ciento a la pintura de zapatillas, nunca lo hice pensando en generar un trabajo extra a mi profesión. De hecho, el único tiempo que tenía para pintar era en horario de colación”, agrega Palma, para quien personalizar el calzado se convirtió en una terapia, reconoce.
Aunque está en camino de formalizar su empresa, la cuenta de Instagram se alzó como el espacio donde difundir su arte y gestionar pedidos de clientes. Eso sucede hasta hoy. Desde cualquier parte de Chile se pueden hacer encargos personalizados, e incluso ha enviado algunos trabajos a países vecinos como Argentina. Es relativa la cantidad de zapatillas que trabaja a la semana: a veces son dos a tres pares; otras veces puede llegar a ocho pares.
“Yo trabajaba como personal trainer en un gimnasio, no me daba para dedicarme 100 por ciento a la pintura de zapatillas, nunca lo hice pensando en generar un trabajo extra a mi profesión. De hecho, el único tiempo que tenía para pintar era en horario de colación”.
El giro hacia una mirada medioambiental
La conciencia medioambiental no estaba en los planes de Palma cuando, movido por un criterio estético, comenzó a customizar las zapatillas. Eso cambió cuando tuvo su primer canje, y fue con la modelo argentina Paula Bolatti, quien le hizo ver el impacto para el planeta de su actuar.
“Cuando empezó todo esto, yo solo tenía una visión estética. Paula es muy pro medioambiente y dijo que le parecía increíble incluir ese enfoque exclusivo, novedoso, pero además ayudar al planeta. Porque mucha gente tiene una zapatilla que no puede restaurar y lo primero que hace es botarla. Cambió mi visión totalmente”, asegura Palma.
Desde entonces, Palma ahora ocupa su tiempo básicamente en este trabajo de pintar zapatillas con motivos que le piden los clientes. “Obviamente yo no soy zapatero que repara una zapatilla rota o cuya planta tiene mucho uso, pero sí yo vuelvo a hormar la zapatilla. Muchas pierden sus formas, y yo, con tratamiento de calor, la dejo presentable y la restauro con la pintura”, cuenta el creador de Custom Shoes, quien en un futuro cercano quiere ofrecer el servicio de reparación completa, por lo que se puso en campaña para aprender a coser zapatillas.
Con esto, agrega Palma, “le estamos dando una nueva vida a la zapatilla regalona. No solo estamos reparando una zapatilla, sino que le damos un nuevo toque e identidad a un objeto que se le tiene tanto cariño”.
A tanto llegó el conocimiento de este nuevo oficio que Tiendas Paris lo contactó para formar parte de su programa “Larga vida a las zapatillas”. Palma es uno de los tres emprendedores que, a través de tutoriales, explicarán a los clientes cómo customizar sus zapatillas y así evitar que compren productos nuevos. Los otros emprendimientos son My Sneakers Custom, de Juan Pablo Bello, y Street Shoes, de Emilio Álvarez.
“El tema de Paris me llegó de sorpresa. Yo empecé a dedicarme más profesionalmente desde que comenzó la pandemia y cerraron los gimnasios. Pasé de un staff de 25 alumnos a cero. Entonces tenía que alimentar a mi familia. Me fui encantando de este nuevo trabajo y mi idea es dedicarme 100 por ciento a las zapatillas. Me gustó este concepto de ‘larga vida a la zapatilla”, porque se trata de eso. Tiene un trasfondo, porque dejamos de enfocarnos en acumular y acumular zapatillas nuevas y se forma una cadena virtuosa”, cierra Paul Palma, quien quiere empezar a medir el impacto de su, ahora, emprendimiento.