Así será la eco etiqueta del reciclaje: ayer se firmó oficialmente el APL y se abre plazo para incorporación de las empresas a uso del sello
Con la firma del acuerdo se inicia un plazo cercano a los 20 días para que las empresas que participaron de la etapa de diseño del APL, y otras que quieran sumarse, adhieran voluntariamente a la incorporación de esta etiqueta en sus productos. El sello será lanzado oficialmente en marzo, cuando se inicie la fase piloto de dos años para su implementación, pero ya se adelantaron los primeros lineamientos no sólo de su imagen, sino los criterios y forma de evaluar cada producto para la obtención de la primera eco etiqueta para envases y embalajes del país.
Periodista
Ayer, en el Ministerio del Medio Ambiente, el subsecretario de dicha cartera, la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático (ASCC), Sofofa, la Superintendencia del Medio Ambiente, Sernac y la Asociación de Consumidores Sustentables AdC Circular firmaron oficialmente el Acuerdo de Producción Limpia (APL) para implementar una ecoetiqueta en los envases y embalajes del país, con dos objetivos principales: incidir en la preferencia de compra del consumidor hacia envases reciclables, y contribuir a la iniciativa de reciclaje de este.
Con esto, se abre un plazo de cerca de dos meses para que las empresas firmen su adhesión al acuerdo, y se espera que las primeras que lo suscriban sean las 16 compañías que participaron de la etapa previa del acuerdo, entre las que se encuentran CMPC, Sistema Coca Cola, Walmart, Watts, Tresmontes Luchetti, Ballerina, Cervecerías Chile (AB InvBEC), Unilever, SMU, PF, Rhein, Argos, Nestlé, CCU, Carozzi y Softys. A ellas se podrá sumar cualquier otra empresa que quiera adherir voluntariamente al acuerdo.
¿Cómo será el sello? En un reciente “Seminario Ley REP 2019” realizado en la Sofofa se presentó la primera imagen de éste, que irá en la parte frontal de los empaques con el objetivo de destacar los envases y embalajes que cumplen estándares ya fijados y que son altamente reciclables hoy en Chile. “Este primer sello está bien cerrado, ese es. Falta definir el manual de uso”, explicó en esta instancia Gonzalo Russi, director de Administración y Finanzas de Sofofa.
Junto con ello, explicó cómo podrán acceder a este sello las empresas, lo que ocurrirá a través de una metodología que considera tres variables: reciclabilidad, separabilidad y demanda para su reciclabilidad o valorización.
“Cada una de ellas se mide por componente. Eso quiere decir que si un envase y embalaje tiene tres componentes, hay que medir esas tres variables para cada componente y después de ponderan”, explicó Russi en su exposición en el seminario.
La reciclabilidad dice relación con el material con que está fabricado el envase y embalaje, y si este es reciclable o no. Se considera también su peso y posteriormente se establece un porcentaje de reciclabilidad.
Variables para ponderar la reciclabilidad
En el caso de la separabilidad, se establecen puntajes dependiendo de si cumple o no ciertos requisitos. Por ejemplo, si un componente es separable industrialmente del resto, tiene 1 punto. Si no lo es, se pregunta si esto incide en la capacidad de reciclar dicho envase o embalaje, y si la respuesta es no, obtiene un punto. Si lo afecta, obtiene cero.
Finalmente, en lo que respecta a la demanda, se busca determinar -y demostrar- que existe demanda hoy en Chile por ese material reciclado. Cómo se demostrará es algo que aún está en discusión por la complejidad de estandarizarlo, pero en concreto, si se demuestra que existe demanda para ese material reciclado, se da por resuelto ese desafío.
“Luego, para acceder a la eco etiqueta, todas esas variables se ponderan. La reciclabilidad tiene que ser mayor a 90, y luego la ponderación de los tres criterios -reciclabilidad, separabilidad y demanda de cada componente- tiene que ser mayor a 80. Con eso pueden acceder al sello”, explicó Gonzalo Russi, de Sofofa.
“El sello de reciclabilidad -agregó- se lo ganan los productos que cumplan con ciertos estándares. Estamos destacando a los productos que son altamente reciclables, que es el concepto que tenemos hasta ahora. El concepto busca destacar envases y embalajes que son altamente reciclables hoy en Chile”.
A esto se sumará una segunda etiqueta que irá en la parte posterior del envase o embalaje, que indicará a los consumidores cuáles son los componentes del envase, su materialidad y cómo reciclarlos. Si hay que separar, lavar, secar, etc. Este segundo sello se encuentra aún en una etapa más preliminar, aunque también se presentó una idea de cómo se está visualizando.
“Entonces, por un lado queremos que en góndola haya una diferenciación, y luego que el consumidor pueda, a través de esta eco etiqueta, conocer cómo reciclar”, explicó Russi.
Proceso de obtención del sello
Para la entrega de la eco etiqueta, se creó la figura de un Comité Validador que certificará y acreditará a organismos certificadores de la ecoetiqueta, y definirá los requisitos de certificación de los envases y embalajes junto con el proceso de medición de los criterios establecidos.
Este Comité estaría compuesto por representantes de la Sofofa, de la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático, el Ministerio del Medio Ambiente, la Superintendencia del Medio Ambiente, el Instituto Nacional de Normalización, AdC Circular, Sernac y el apoyo técnico de dos expertos: Abel Guarda y María José Galotto, del Centro de Innovación en Envases y Embalajes Laben-Chile, de la Usach.
Según explicó Gonzalo Russi durante su presentación en el seminario, este proceso de certificación se ha desarrollado en cuatro etapas, donde la primera de ellas es la postulación de las empresas al sello y posteriormente le sigue un período de ocho días en que se acepta o no dicha postulación.
“Deben entregar los respaldos para certificar las tres variables de los envases y embalajes. Luego viene la evaluación del producto, que durará 20 días aproximadamente, y luego viene la notificación del comité validador, que es el comité que está detrás del APL. El comité notifica a la empresa y luego viene la implementación. Ahí la empresa es libre de implementar el sello cuando lo requiera; tiene la vigencia del APL, que son dos años”, explicó.
El sello, así como las empresas que adhieran a este acuerdo, serán presentados oficialmente en marzo próximo, para iniciar un proceso de implementación piloto de este durante los próximos dos años.
“La intención de esto es co-diseñar y co-pilotar entre todos los actores esta eco etiqueta, que finalmente este sea un gran insumo para la eco etiqueta que el Ministerio del Medio Ambiente va a normar. En eso estamos, finalmente este APL termina en dos años con un manual de buenas prácticas y con la recopilación de los impactos de manera que el MMA pueda pasarlo a norma sin mucho cambio, si es que es exitosa. Dentro del comité validador está el Sernac y el INN, porque la idea es que esto después vaya conduciéndose hacia una norma chilena”, dijo Russi.
En la primera fase del APL de ecoetiquetado participaron 16 empresas: CMPC, Sistema Coca Cola, Walmart, Watts, Tresmontes Luchetti, Ballerina, Cervecerías Chile (AB InvBEC), Unilever, SMU, PF, Rhein, Argos, Nestlé, CCU, Carozzi y Softys. Además, se contó con la participación de AB Chile, Asipla, Triciclos, Cenem, Disal, Movimiento Nacional de Recicladores de Base, Recupac, Greenlab (Dictuc UC), Tetrapak Chile, Cicloambiente, Cristalerías Chile, Tania Bishara (doctorado en Ecodiseño), ANIR, Ecodiseño.cl y Comberplast.
Avance hacia la economía circular
¿Cuál es el resultado que se espera con este sello? Según señaló Guillermo González, jefe de la Oficina de Economía Circular del MInisterio del Medio Ambiente, a través de un video presentado en el seminario en la Sofofa, “que esto no solamente de información al consumidor, sino que dado que al consumidor lo vemos ávido por aportar al cuidado del medio ambiente, que eso también genere un estímulo en los productores para que ellos modifiquen sus empaques de forma tal que todos ellos -de aquí a un tiempo más- puedan ser reciclables”
Así lo reafirmó también Giovanni Calderón, director ejecutivo de la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático y también presente en el seminario, y quien destacó que los APL implementados por la agencia tienen también la característica de ser Acciones de Mitigación Nacionalmente Adecuadas (NAMAs, por su siglas en inglés) registradas por Naciones Unidas con el objeto de enfrentar el cambio climático.
“Este contrato termina en un resultado que es una certificación, que es en definitiva lo que representa el sello de la ecoetiqueta. Pero además tiene una gracia, que opera por demanda -son los gremios los que se acercan a la agencia- y que es costo-eficiente: lo que se logra con los APL es reducción de costos ambientales, sociales, de huelle de carbono y de agua, entre otros”, explicó.
Con este APL, dijo Calderón, lo que se hace es anticiparse al proceso regulatorio establecido por la Ley REP, pero además comenzar la incorporación de la economía circular tanto en la producción como en el consumo de los productos.
“Para pasar de una estrategia de economía lineal a una economía circular no solamente hay que cambiar el concepto de producción, hay que cambiar también el concepto de consumo. Eso es fundamental, si todo el ciclo de vida del producto no está involucrado en el concepto de generar la menos cantidad de residuos y usar la menor cantidad de materias primas posible, no va a funcionar. Y el cambio en la actitud de consumo es fundamental”, afirmó.