Alucyb: cómo convertir cada gota de aceite casero en materia prima procesable en Chile
El emprendimiento fundado por el joven ingeniero civil industrial Gonzalo Carvallo ofrece un servicio de reciclaje domiciliario, cuya fortaleza reside en la recolección del aceite que comúnmente se pierde en el desagüe de las cocinas hogareñas. Presente en 35 comunas de la Región Metropolitana, Alucyb entrega el aceite vegetal reciclado a otra firma para fabricar bioproductos, y ahora ganó un fondo del Laboratorio de Innovación Social de la Universidad Católica para producir biocombustibles.
La proporción que todos conocen es que cada litro de aceite es capaz de contaminar mil litros de agua. Sin embargo, según otros estudios internacionales, la cifra podría llegar a 40 mil litros en algunas ocasiones. Así ilustra Gonzalo Carvallo, gerente fundador de la empresa Alucyb (www.alucyb.cl), el impacto del aceite en los ecosistemas.
Presumiendo el efecto que causa el aceite que se pierde por los desagües de las casas, Carvallo -ingeniero civil industrial de profesión- centró los esfuerzos de su emprendimiento en la recolección de este producto. Partió formalmente en 2018 -en 2017 fue su proyecto de tesis universitaria- como empresa de reciclaje en general, con enfoque dirigido a tipos de aluminio menos convencionales (envases de cremas, aerosoles, bandejas de comida), pero actualmente la fortaleza del negocio es recuperar cada gota de aceite que tiene como destino irremediable los mares o los ríos.
“Nosotros nacimos con el objetivo de acercar el reciclaje a los hogares, con la particularidad de ocuparnos de residuos poco tradicionales y difíciles de reciclar, que en los puntos limpios no los reciben. No entendíamos por qué solo la lata de bebida de aluminio era lo que se reciclaba; nosotros empezamos a enseñar sobre esto. La parte de educación ambiental siempre ha sido muy importante. Antes de la pandemia teníamos talleres asociados a la entrega de contenedores donde explicábamos que había distintos tipos de aluminio”, explica Carvallo, de 34 años.
Si bien aún retira aluminio desde las casas, toda la empresa se volcó hacia la recuperación del aceite usado. Hoy Alucyb funciona en 35 comunas de la Región Metropolitana y lo hace con una distinción especial: es un servicio gratuito para ir a buscar entre 5 y 15 litros, dependiendo de la distancia. Solo se cobra un módico cargo de 2.500 pesos para los clientes de comunas más remotas -su centro de operaciones está en San Miguel- que no logran juntar 15 litros. En ese caso, se retiran adicionalmente otros tipos de residuos de los hogares.
“Las empresas actuales que reciclan aceite lo hacen desde el segmento HORECA, es decir, hoteles, restoranes y casinos. No recolectan aceite domiciliario, pasa a segundo plano. Su foco es reciclar el aceite y exportarlo, pero eso no puede ser. Responde a una economía lineal, no circular, y genera mucha huella de carbono”, critica el fundador de Alucyb, quien sostiene económicamente el negocio a través de la entrega a empresas valorizadoras.
“Las empresas actuales que reciclan aceite lo hacen desde el segmento HORECA, es decir, hoteles, restoranes y casinos. No recolectan aceite domiciliario, pasa a segundo plano. Su foco es reciclar el aceite y exportarlo, pero eso no puede ser. Responde a una economía lineal, no circular, y genera mucha huella de carbono”.
Carvallo se propuso nadar “contra la corriente”, señala. Comprobó in situ que el aceite que él reciclaba era de mejor calidad que el de HORECA. Lo primero que hizo fue entregarlo desde su planta de San Bernardo a empresas más pequeñas que competían con las multinacionales que lo exportaban. Pero a poco andar advirtió que las pymes, finalmente, también lo mandaban al extranjero. “Yo quería que el aceite que nosotros procesábamos se quedara en Chile”, acota.
Fue así como apareció oportunamente un aliado perfecto: la empresa Bioprocess, que se encarga de fabricar bioproductos a partir de este aceite reciclado. “La ventaja es que todo el aceite lo procesan en Chile y sus bioproductos compiten con otros que se hacen con aceite mineral: desmoldantes, inhibidores de polvos, lubricantes de cadena, emulsionantes. Todos con aceite vegetal reciclado”, añade el ingeniero civil industrial.
Fondo de la UC para biocombustibles
En las últimas semanas Alucyb dio un salto cualitativo para su diversificación y crecimiento. Figuró como uno de los ganadores, entre más de 150 proyectos presentados, del fondo Alto Impacto del Laboratorio de Innovación Social de la Universidad Católica CoLab UC. Gracias a estos aportes y al acompañamiento de CoLab UC, Alucyb podrá impulsar el desarrollo de biocombustibles.
“Es muy importante porque este laboratorio de la UC se dedica solo a incubar emprendimientos con sello sostenible y economía regenerativa, que es un paso más allá de la economía circular, porque trata de entregarle a la tierra lo que le hemos quitado. La idea es reforzar el concepto ‘de la cocina al biocombustible’. La idea es formar alianzas con empresas que hagan biocombustibles para camionetas y sus derivados como velas, jabones, etcétera. Acá en San Miguel hay edificios que ocupan grupos electrógenos y funcionan con petróleo. Podemos reemplazar el petróleo por biocombustible” se explaya Carvallo.
“No hay conciencia del daño que produce el aceite. Lo que pasa es que no se ve como el plástico en los mares, cuando vemos a las tortugas llenas de plásticos, las bolsas. Pero yo siempre pregunto: ‘¿qué contamina más? ¿un pedazo de cartón o un litro de aceite?’ La política ambiental del país no le toma el peso al aceite”.
Esa será una de las líneas paralelas que desarrollará Alucyb. Por de pronto, aun en cuarentena, continúa su sistema de recolección de aceite, para lo cual utiliza bidones retornables que le facilitan a los clientes (quien quiere solicitar el servicio puede escribir por mensaje interno a la cuenta de instagram de la empresa. al mail contacto@alucyb.cl o al whatsapp +56997913145) sin descuidar su objetivo más ambicioso: “Que cada gota de aceite que sale de un hogar se transforme en una materia prima procesable en Chile”, asegura el socio fundador.
Desde que comenzó sus operaciones, Alucyb trabaja en promedio 4 mil litros mensuales de aceite, lo que es una cifra muy alta para el tipo de empresa que él representa, y el público objetivo del servicio. Del mismo modo, y en tanto experto en la recolección de aceite, Carvallo no entiende cómo este residuo no figura como producto prioritario en la Ley REP, habida cuenta del nivel de contaminación que produce.
“Yo creo que no hay conciencia del daño que produce el aceite. Lo que pasa es que no se ve como el plástico en los mares, cuando vemos a las tortugas llenas de plásticos, las bolsas. Pero yo siempre pregunto: ‘¿qué contamina más? ¿un pedazo de cartón o un litro de aceite?’. La política ambiental del país no le toma el peso al aceite. Seguramente en un futuro cercano le tendrán que prestar más atención”, reflexiona el emprendedor.