El Ministerio del Medio Ambiente realizó el año pasado una nueva versión de la Encuesta Nacional Ambiental, la que se hizo pública recientemente y que da cuenta de las percepciones de la ciudadanía respecto del medio ambiente en Chile. Y los resultados no solo muestran avances y retrocesos, sino también algunas cifras que causan sorpresa.
En general, respecto de la situación del medio ambiente en el país, predomina una visión negativa: un 64% cree que está estancada y un 23,5% siente que está retrocediendo, mientras solo un 12,5% ve algún progreso en esta materia. Una visión que además está generalizada, ya que es transversal en todas las regiones y tanto en zonas rurales como urbanas. Solo se ven diferencias más agudizadas a nivel socioeconómico, donde el 24,8% del grupo C1 percibe que existe un progreso en la situación ambiental del país.
Esto además en un escenario donde los temas medio ambientales generan cada vez mayor interés en la ciudadanía, con un 80,7% de la población que afirma estar informada o muy informada al respecto, cifra que en la Región Metropolitana llega a un 85%.
Y en materia de los principales problemas ambientales que afectan a los habitantes del país, como ha ocurrido en encuestas anteriores, nuevamente la contaminación del aire (32,8%) y la basura (29,7%) aparecen como los de más urgentes preocupación, seguidos muy de lejos por la contaminación acústica (6,8%), la contaminación del agua (6,7%) y el cambio climático (5,7%).
En esta materia sí se aprecian diferencias al analizar las respuestas por regiones, donde la contaminación del aire es el principal problema para los habitantes de la Región Metropolitana y las regiones ubicadas desde Ñuble al sur, para la zona norte lo es la basura. Y lo mismo ocurre a nivel socioeconómico, donde la basura es el principal problema para el segmento C1, mientras que para los restantes la preocupación es la calidad del aire.
¿Cómo enfrentar estos problemas? Al presentarle varias opciones para ser jerarquizadas por los encuestados, y eligiendo una de ellas como primera preferencia, se inclinaron en primer lugar por educar a las personas en un cambio de sus hábitos (reciclaje, transporte, energía, consumo, etc.) con un 37%, seguido de medidas punitivas y regulatorias: establecer multas a las personas que no tengan acciones sustentables y que contaminen el medio ambiente, y promover una ley de delitos ambientales. Más atrás está el invertir en investigación y desarrollo para encontrar soluciones tecnológicas (10%) e introducir -o aumentar- los incentivos financieros a las empresas y personas que toman medidas para proteger el medio ambiente (10%).
Y cuando se les pregunta a las personas respecto de algunas acciones concretas relacionadas con el medio ambiente, y pese a que existe un alto grado de información y de conciencia sobre los problemas ambientales, las respuestas sorprenden. Mientras un 36% consideró que es posible generar acciones individuales para el cuidado del medio ambiente, la idea de que la reducción en el consumo puede ayudar al medio ambiente es considerada correcta solo por el 25% de los encuestados.
Más aún, la afirmación que buscaba evaluar la percepción respecto a si el preferir la reutilización de productos y la disminución de productos desechables ayuda al medio ambiente, tiene los niveles más altos de rechazo. El 36% está en desacuerdo y el 11% está muy en desacuerdo con esta afirmación. Es decir, cerca de la mitad de la población no cree que el hábito de usar productos desechables tenga un impacto significativo sobre el medio ambiente.
Los desafíos de la Ley REP: Cultura de reciclaje sigue baja
Esta semana, con la publicación del decreto que fija las metas de reciclaje y valorización de envases y embalajes en Chile en el marco de la Ley REP, comienza formalmente el trabajo para crear los sistemas de gestión de residuos pagados por las empresas para retirar el reciclaje desde los domicilios del país. En ese escenario, la afirmación respecto a la reutilización y los envases desechables preocupa, así como también la baja cultura de reciclaje que existe aún en los chilenos.
Según la encuesta, solo el 43% de las personas separa sus residuos para reciclar -con el extremo sur en el nivel más bajo, con un 40%-, y la mayoría de ellos no lo hace principalmente por falta de costumbre (37%), porque no hay dónde dejar los residuos (36%) o simplemente por comididad (10%).
Entre quienes sí lo hacen, los residuos que más se separan para reciclar son botellas y envases de plástico, botellas de vidrio, pilas, y papeles, diarios o cartones. ¿Qué hacen cion ellos? Depende del residuo. En el caso de las botellas y envases de plástico, un 40% termina en un punto limpio, un 33% se entrega a algún recolector para su posterior venta, y un 20% va a la recolección municipal de reciclaje. Los papeles, diarios y cartones tienen la mayor tasa de reutilización (10%) en el mismo hogar, mientras que el 72% de las pilas termina en un punto limpio.