Encuesta Nacional Ambiental: Casi el 40% de los chilenos recicla y un 30% dice preferir productos con menos empaques
La última versión de la encuesta realizada por el Ministerio del Medio Ambiente en todo el país muestra que la calidad del aire y la basura siguen siendo los problemas ambientales que más preocupan a los chilenos. En cuanto a la situación del medio ambiente en el país, un 64% cree que está estancada y un 23,5% siente que está retrocediendo. Las cifras en cuanto a reciclaje y consumo sostenible muestran un gran desafío para la Ley REP en materia de implementar una cultura más circular en la sociedad.
El Ministerio del Medio Ambiente realizó el año pasado una nueva versión de la Encuesta Nacional Ambiental, la que se hizo pública recientemente y que da cuenta de las percepciones de la ciudadanía respecto del medio ambiente en Chile. Y los resultados no solo muestran avances y retrocesos, sino también algunas cifras que causan sorpresa.
En general, respecto de la situación del medio ambiente en el país, predomina una visión negativa: un 64% cree que está estancada y un 23,5% siente que está retrocediendo, mientras solo un 12,5% ve algún progreso en esta materia. Una visión que además está generalizada, ya que es transversal en todas las regiones y tanto en zonas rurales como urbanas. Solo se ven diferencias más agudizadas a nivel socioeconómico, donde el 24,8% del grupo C1 percibe que existe un progreso en la situación ambiental del país.
Esto además en un escenario donde los temas medio ambientales generan cada vez mayor interés en la ciudadanía, con un 80,7% de la población que afirma estar informada o muy informada al respecto, cifra que en la Región Metropolitana llega a un 85%.
Y en materia de los principales problemas ambientales que afectan a los habitantes del país, como ha ocurrido en encuestas anteriores, nuevamente la contaminación del aire (32,8%) y la basura (29,7%) aparecen como los de más urgentes preocupación, seguidos muy de lejos por la contaminación acústica (6,8%), la contaminación del agua (6,7%) y el cambio climático (5,7%).
En esta materia sí se aprecian diferencias al analizar las respuestas por regiones, donde la contaminación del aire es el principal problema para los habitantes de la Región Metropolitana y las regiones ubicadas desde Ñuble al sur, para la zona norte lo es la basura. Y lo mismo ocurre a nivel socioeconómico, donde la basura es el principal problema para el segmento C1, mientras que para los restantes la preocupación es la calidad del aire.
¿Cómo enfrentar estos problemas? Al presentarle varias opciones para ser jerarquizadas por los encuestados, y eligiendo una de ellas como primera preferencia, se inclinaron en primer lugar por educar a las personas en un cambio de sus hábitos (reciclaje, transporte, energía, consumo, etc.) con un 37%, seguido de medidas punitivas y regulatorias: establecer multas a las personas que no tengan acciones sustentables y que contaminen el medio ambiente, y promover una ley de delitos ambientales. Más atrás está el invertir en investigación y desarrollo para encontrar soluciones tecnológicas (10%) e introducir -o aumentar- los incentivos financieros a las empresas y personas que toman medidas para proteger el medio ambiente (10%).
Y cuando se les pregunta a las personas respecto de algunas acciones concretas relacionadas con el medio ambiente, y pese a que existe un alto grado de información y de conciencia sobre los problemas ambientales, las respuestas sorprenden. Mientras un 36% consideró que es posible generar acciones individuales para el cuidado del medio ambiente, la idea de que la reducción en el consumo puede ayudar al medio ambiente es considerada correcta solo por el 25% de los encuestados.
Más aún, la afirmación que buscaba evaluar la percepción respecto a si el preferir la reutilización de productos y la disminución de productos desechables ayuda al medio ambiente, tiene los niveles más altos de rechazo. El 36% está en desacuerdo y el 11% está muy en desacuerdo con esta afirmación. Es decir, cerca de la mitad de la población no cree que el hábito de usar productos desechables tenga un impacto significativo sobre el medio ambiente.
Los desafíos de la Ley REP: Cultura de reciclaje sigue baja
Esta semana, con la publicación del decreto que fija las metas de reciclaje y valorización de envases y embalajes en Chile en el marco de la Ley REP, comienza formalmente el trabajo para crear los sistemas de gestión de residuos pagados por las empresas para retirar el reciclaje desde los domicilios del país. En ese escenario, la afirmación respecto a la reutilización y los envases desechables preocupa, así como también la baja cultura de reciclaje que existe aún en los chilenos.
Según la encuesta, solo el 43% de las personas separa sus residuos para reciclar -con el extremo sur en el nivel más bajo, con un 40%-, y la mayoría de ellos no lo hace principalmente por falta de costumbre (37%), porque no hay dónde dejar los residuos (36%) o simplemente por comididad (10%).
Entre quienes sí lo hacen, los residuos que más se separan para reciclar son botellas y envases de plástico, botellas de vidrio, pilas, y papeles, diarios o cartones. ¿Qué hacen cion ellos? Depende del residuo. En el caso de las botellas y envases de plástico, un 40% termina en un punto limpio, un 33% se entrega a algún recolector para su posterior venta, y un 20% va a la recolección municipal de reciclaje. Los papeles, diarios y cartones tienen la mayor tasa de reutilización (10%) en el mismo hogar, mientras que el 72% de las pilas termina en un punto limpio.
La encuesta se aplicó entre octubre y noviembre de 2020 en las 16 regiones de país agrupadas en seis macrozonas, con un total de 3.300 personas mayores de 18 años de todos los niveles socioeconómicos, encuestadas de manera presencial. De ellas, 2.700 corresponden a habitantes de áreas urbanas y 600 personas de zonas rurales.
En cuanto a las acciones relacionadas con la gestión de residuos, el mayor porcentaje de quienes realizan una acción en forma diaria o semanal está el uso de bolsas reutilizables para realizar las compras (79%). Esto es consecuente con el hecho de que el 60,3% de las personas, en materia de las acción gubernamental sobre el medio ambiente, califica como “muy importante” la eliminación de las bolsas plásticas, muy sobre la protección de las áreas naturales (42%), la creación de áreas marinas protegidas (39,6%) y el fomento al reciclaje (33%). De hecho, la ley de bolsas plásticas es conocida por el 91% de los encuestados, mientras que la Ley REP se ubica en tercer lugar con un 32,8%.
En tanto, en el mismo rango de acciones que se realizan a diario o al menos con una frecuencia semanal, un 33% afirma planificar sus compras para evitar comprar de más, un 32% dice que recicla sus residuos, un 30% prefiere productos con menos empaques o mínimo envasado, un 21% dice comprar a granel y un 20% afirma realizar el compostaje de sus residuos orgánicos.
La encuesta considera además una serie de preguntas enfocadas en el consumo. La primera es sobre el conocimiento de las personas sobre el impacto ambiental de los productos que consumen diariamente, un 51,2% afirma conocer algunos impactos; un 20,6% reconoce que no, pero que sí les gustaría conocerlos; un 15,2% señala que no se ha dado cuenta y un 8,7% afirma conocer los impactos de todo lo que consume.
No obstante, un 31,7% de las personas señala que no se ha dado cuenta si esa información de impacto ambiental aparece en la etiqueta de los productos, o bien no las lee, mientras otro 31,2% dice que dicha información no aparece pero que le gustaría que apareciese. Otro 29% afirma que dicha información sí aparece en algunos productos.
Y ante ese escenario, un 94,5% de los encuestados afirma que preferiría comprar los productos que tuvieran un sello respaldado por el Ministerio del Medio Ambiente que acreditara que los productos que consumen son reciclables, lo que aparece como una buena noticica para el ecoetiquetado de productos actualmente en implementación en el país.
En cuanto a los atributos que son considerados por las personas al momento de hacer una compra, el 56% califica como muy importante la eficiencia energética o menor consumo de electricidad, un 51% califica en esa categoría a los productos reutilizables, y un 49% a que el envase sea reciclable. Además, un 33% considera como muy importante que los productos sean orgánicos (alimentos), y un 26% que sean de producción local.
Cambio climático
Otro hecho que revela la encuesta es que el 71,4% de las personas encuestadas cree que el cambio climático es causado principalmente por la actividad humana. Solo un 19% de las personas cree que el cambio climático es causado principalmente por fenómenos naturales, mientras que un 7,2% afirma que éste tiene su origen tanto en causas naturales como antropogénicas. Sí hay un hecho relevante: ninguna de las personas encuestadas negó la existencia del cambio climático.
Al analizar las repuestas considerando las diferencias entre macrozonas, se observa que aunque en todos los casos la opción de que el cambio climático se debe a causas naturales es la tiene la mayor frecuencia, en el caso de la RM el 76,9% de los encuestados se decanta por esta opción, mientras que en el norte chico solo lo hace el 63,2%. De hecho, salvo el Norte Grande y la ya mencionada RM, en todas las otras macrozonas el porcentaje es inferior al porcentaje nacional.
Para el 32,6% de las personas, el cambio climático es el problema más urgente del que tenemos que ocuparnos hoy, mientras un 29% afirma que si bien aún no es un problema, sí lo será en el futuro. En contrapartida, un 18% afirma que no es un problema del que haya que preocuparse, mientras un 16% afirma que si bien es un problema urgente, ya es demasiado tarde para hacer algo.
¿Cómo lo están percibiendo los chilenos? Las situaciones relacionadas con el cambio climático que se reconocen se agrupan en cuatro categorías principales: incendios forestales (84,7%), sequías (84,6%), olas de calor (79,8%) y pérdida de biodiversidad (79,3%). Con una magnitud mucho menor aparece el aumento del nivel de mar (51,1%). Las inundaciones, problemas en el suministro de alimentos y el aumento de lluvias se reconocen solo en menor medida como efectos visibles y cercanos del cambio climático.