Compostaje al alza: 10 alternativas para compostar en casa durante la pandemia
La cuarentena asociada a la expansión del coronavirus provocó un aumento en la generación de residuos orgánicos domiciliarios, por lo que el compostaje emergió como una gran solución para mitigar este problema. Quienes importan o fabrican composteras hallaron una oportunidad en medio de la catástrofe sanitaria y buscan promover este tipo de productos en la población, ya que cerca de un 58 por ciento de la bolsa que se va a la basura, corresponde a residuos orgánicos que podrían ser aprovechados. Acá el ejemplo de 10 empresas que tomaron un compromiso con el compostaje.


El dato es contundente: cerca del 58 por ciento del contenido de la bolsa de basura corresponde a residuos orgánicos que podrían ser aprovechados. Y aunque no hay estadísticas más recientes, todo parece indicar que esa cifra ha aumentado en el transcurso de la pandemia que ha golpeado con fuerza a nuestro país.
Si bien en el Ministerio del Medio Ambiente afinan una estrategia de manejo de los residuos orgánicos, ya que éstos no están integrados a la ley REP, el compostaje ha ido cobrando fuerza en estos días marcados por la propagación del COVID-19. En Chile abundan los emprendimientos que fabrican o importan composteras o vermicomposteras (según tengan o no lombrices en el proceso) y han visto una oportunidad de amortiguar la pérdida de sus ingresos por otros ítemes debido al coronavirus.
Como sea, el compostaje está en alza por cuanto el encierro contribuye a generar más residuos orgánicos al preparar el almuerzo en nuestras casas y otros menesteres similares. Así, País Circular escogió 10 proyectos muy masivamente reconocidos en las redes sociales que han impulsado la venta de composteras y vermicomposteras, las cuales se han vuelto hoy una necesidad imperiosa para evitar la acumulación de malos olores producidos por los desechos orgánicos. Acá está la guía.
Lombriclaje: vermicomposteras personalizadas
En tanto empresa dedicada a la educación ambiental, una de las líneas que persigue Lombriclaje es la fabricación y venta de vermicomposteras. Cuentan con tres modelos, todas fabricadas de madera: Vermini (para una o dos personas), Vermiclásica (tres a cuatro) y Vermaxi (cinco o más). “El valor agregado de Lombriclaje es que, además de tener vermicomposteras con diseño -que puede ser personalizado-, educamos a la persona. Viene un manual de usuario. Nos aseguramos de que el cliente reciba una asesoría personalizada para hacer su primera cosecha”, dice Felipe Soto, cofundador del proyecto junto a Maritza Otero. Para adquirir las vermis, piden un 50 por ciento de abono y en una semana las construyen. Despachan a Santiago y envían a regiones por Starken. “También vendemos medidores de PH y humedad, termómetros y núcleos de lombrices”, complementa Otero.
Compost Chile: dos décadas promoviendo el compost
Más de 20 años en el rubro suma Diego Campos con su proyecto Compost Chile. “En esa época ni siquiera estaba instalado el tema”, dice el fundador de la empresa, que empezó como consultora medioambiental. Paralelamente, comenzó a buscar sociedades con otros mercados, y así llegaron las primeras composteras importadas desde Canadá. Al tiempo trajeron vermicomposteras estadounidenses y ahora último han incorporado a la venta unas de origen austríaco. Todas son de plástico reciclado certificado. “La pandemia ha hecho crecer la oferta y la demanda. Mucha gente me ha llamado para contarme que no se daba cuenta de los residuos orgánicos que generaba”, agrega Campos. Abocados ahora a la venta uno a uno, su abanico de clientes para las composteras abarcan desde una pareja hasta una compañía minera.
Don Pallets: de los grandes eventos a las composteras
Parte de la reinvención de Don Pallets, por motivos del COVID-19, pasó por la fabricación de composteras en lugar de los grandes eventos. Según su fundador Sebastián Godoy, la gracia de sus composteras es que son fabricadas con pallet reciclado. “Llevamos mucho tiempo fabricando productos con este material, somos pioneros en eso”, cuenta Godoy. El objetivo del emprendedor es acercar el compostaje a la gente que, en tiempos de pandemia, está generando más residuos orgánicos que de costumbre. “Hacemos composteras para principiantes, que están recién iniciándose en el tema del compostaje. Tenemos una de 70 litros, que es la versión más pequeña, y otra de 120 litros más grande. Son súper optimizadas en cuanto al espacio, no hay diferencia con las composteras que son de madera nueva”, asegura Sebastián Godoy.
Humuscleta: vermis de madera desde el sur
Localizada en el sur de Chile, específicamente en Gorbea (Región de la Araucanía), Humuscleta ofrece servicios de recolección de residuos orgánicos en bicicleta. Pero otra arista del proyecto es fabricación y venta de vermicomposteras de madera. Las hay de dos tipos: madera de pino y madera nativa, ambas con capacidad de 42 litros. Despachan para todo el país a través de Instagram, mientras habilitan el canal online para comercializarlas. “Son para espacios pequeños, aunque ofrecemos la fabricación personalizada en caso de espacios grandes”, dice Yesli Höger, ingeniera agrónoma y fundadora de Humuscleta. Además de las vermicomposteras, ofrecen otros productos vinculados al área como humus, compost, bokashi y biopreparados, los cuales “son elaborados a partir del reciclaje de los residuos recolectados e insumos agrícolas locales”, agrega Höger.
Sr Compost: los atributos del bokashi
Nacido en 2018, Sr Compost se ocupa de los residuos orgánicos con una biotecnología de origen japonés conocida como bokashi (“materia orgánica fermentada” en español). A través de la venta de “bokasheras” de plástico reciclado. “Es un sistema de fermentación del residuo orgánico sin lombrices, sino que se usan microorganismos benéficos. Ha sido un éxito ya que no requiere agua, ni materia seca, ni revolver. No requiere supervisión”, explica el arquitecto Álvaro Pineda, creador de Sr Compost. Dentro del contenedor, de carácter anaeróbico, se pueden compostar residuos como carne. Las “bokasheras” se despachan dentro de la Región Metropolitana y se envían a regiones por medio de Starken. Están dirigidas a departamentos, ya que ocupan poco espacio, aunque también se pueden utilizar en casas.
La Tiendita de Mingako: la vermicompostera social
Domiciliada en San Bernardo, la Fundación Mingako es un emprendimiento social autogestionado que nació en 2015 para afrontar la grave crisis ambiental. Al alero de la fundación surgió La Tiendita de Mingako, una plataforma basada en comercio justo y economía circular que busca generar recursos para la organización. Dentro del catálogo de la Tiendita, ofrecen una vermicompostera domiciliaria, “construida en un 99% con reutilización de residuos pallets y plásticos, dándoles una nueva vida en vez de ser un contaminante más”, cuenta Nicole Vergara, coordinadora de captación y comunicaciones de Mingako. “Logramos la recolección de pallets generando alianzas con empresas, mientras que los plásticos son comprados a recicladores de base que juntan en almacenes de barrio, generando impacto en la economía local”, cierra ella.
Lompost Chile: la conexión con la universidad
Conformado por estudiantes universitarios, Lompost Chile nació en 2016 como un emprendimiento socioambiental con foco en la formación y acción. En este último punto se inscriben las vermicomposteras cuya venta se utiliza para entregar sueldos a los mismos estudiantes que las construyes, y para financiar proyectos y talleres que muestren interés por el compostaje. “Construimos nuestras vermicomposteras con materiales reutilizados: bandejas plásticas que se desechan, pallets y bolsas de comida de mascotas que no representan ningún gasto”, explica Nicolás Rodríguez, fundador de Lompost. “Somos una organización sin fines de lucro, funcionamos más como un proyecto universitario que como una empresa. Durante el confinamiento no fue necesario mantener el área de acción y cerramos la venta, por ejemplo, de las vermis. Pero volveremos”, agrega Rodríguez.
Compostera.cl: desde 2009 en el mercado
Más de 10 años han transcurrido desde el alumbramiento de Compostera.cl, un proyecto con horizonte socioambiental que vende productos para bajar la huella de carbono en personas y organizaciones. Entre ellos figuran las composteras para una persona, familias e incluso para empresas: un vermicompostador con capacidad para 1.500 litros. “En la pandemia las personas han sido conscientes de la cantidad de residuos orgánicos que generan y se dan cuenta que no es basura, sino que se puede lograr un fertilizante para sus plantas y huerto, con lo que se cierra el ciclo”, comenta Pamela Bravo, fundadora del proyecto. También cuenta con un canal de YouTube (Pame Sustentable), donde se tratan diversas temáticas acerca de sustentabilidad.
Quebroten: la pandemia como oportunidad
Cristóbal Pérez y Luis Brunet, fundadores de Quebroten, crearon la empresa “como respuesta a lo que en ese momento considerábamos falta de cultura de reciclaje de orgánicos”. Todos los focos estaban puestos en los otros residuos, dice Pérez, y entonces se capacitaron en compostaje como una solución. Dos años después de su fundación (2014), los emprendedores tuvieron la idea de desarrollar vermicomposteras en tanto modelo de gestión eficiente y escalable a nivel nacional. “Fabricamos solo en madera contrachapada de calidad para que sus partes sean ensambladas con facilidad”, comenta Pérez. En plena pandemia, ambos produjeron un stock mayor al normal que duró hasta mediados de mayo. De allí en más, no fabricaron más vermicomposteras, pero sí “nos dimos tiempo para hacer nuevas mejoras”, agrega el emprendedor.
Re-Util: lombricomposteras para interiores
Pensando entre dos a cuatro personas que consumen preferentemente vegetales, la empresa Re-Util tiene disponible en su catálogo una vermicompostera de 55 litros (llamada lombricompostera) ideal para ser utilizada en espacios interiores como la cocina o una bodega o un balcón interior. “La lombricompostera de diseño propio en madera y con componentes reciclados de otros procesos productivos ofrece una solución bella y acorde a los requerimientos y exigencias de los más preocupados por la estética y usabilidad del objeto, donde poder transformar sus residuos de la cocina fuese posible en cualquier lugar de la casa o departamento. Sentíamos que ya no había excusa”, cuenta Justine Leseigneur, cofundadora de Re-Util.