Encargado de reclasificar las araucarias critica a la CONAF por tala de 40 especies: “Chile debería cambiar su política forestal”
El director del Departamento de Ciencias Agronómicas y Recursos Naturales la UFRO y jefe del equipo de reclasificación de las poblaciones de araucarias, Rubén Carrillo, apunta a la CONAF como responsable del corte de 40 estas especies protegidas en la cordillera de Nahuelbuta. “Es muy grave porque se trata de araucarias en peligro de extinción, que fueron cortadas para evitar incendios, por lo tanto, es necesario tener planes educativos para la misma gente que trabaja con CONAF. Es importante aprobar el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas para contar con más recursos”, dice Carrillo.
El pasado 5 de marzo un hecho causó indignación en el mundo de la conservación de especies nativas. Según el medio de comunicación El Mostrador, 40 araucarias pertenecientes al Parque Nacional Nahuelbuta, ubicado en la Región de la Araucanía, fueron taladas por brigadistas de la Corporación Nacional Forestal (CONAF).
De acuerdo al portal web, los funcionarios de la institución acometieron este corte masivo a fines de enero so pretexto de evitar la propagación de los incendios forestales. No obstante lo anterior, el decreto supremo número 43 de 1990, que declara Monumento Natural a la araucaria, es muy categórico al señalar que la tala de estas especies está permitido solo en casos muy específicos.
Según el artículo 2 del decreto, previo permiso de la CONAF, la tala de esta especie protegida será permitida “solo cuando ésta tenga por objeto llevar a cabo investigaciones científicas debidamente autorizadas, la habilitación de terrenos para la construcción de obras públicas, obras de defensa nacional o cuando sean consecuencia de Planes de Manejo Forestal, por parte de organismos oficiales del Estado y cuyo exclusivo objeto sea el de conservar y mejorar la especie”. En ninguna de estas variables entra a tallar la acción de los brigadistas.
A esto se suma el hecho de que el 19 de diciembre de 2018, el Comité de Clasificación de Especies del Ministerio del Medio Ambiente (MMA) reclasificó las araucarias presentes de la cordillera de Nahuelbuta de “vulnerable” a “en peligro” de extinción. Las que se ubican en la cordillera de los Andes, mientras tanto, conservaron su estatus de “vulnerable”.
Esta situación agrava la falta cometida por los brigadistas, señala Rubén Carrillo, director del Departamento de Ciencias Agronómicas y Recursos Naturales de la Universidad de la Frontera (UFRO) y el jefe del equipo científico que reclasificó las araucarias de Nahuelbuta de vulnerable a en peligro de extinción.
“Esto es muy grave, no puede suceder, porque ya no es un patrimonio natural de Chile, sino de toda la humanidad. Lo que nosotros estamos haciendo es para las futuras generaciones”, indica el académico de la UFRO.
Para Carrillo, estudioso del comportamiento de las araucarias, “se hace necesaria la real implementación de la nueva reclasificación, es decir, la implementación de programas de restauración en las poblaciones de araucarias de la cordillera de Nahuelbuta, que es donde están más fragmentadas. Y muy necesario también: programas de educación ambiental. O sea, esto es lo mínimo para las personas con que CONAF trabaja”.
Dicho sea de paso, CONAF emitió una declaración pública en la que su director ejecutivo, José Manuel Rebolledo, comprometió una investigación interna -con fecha 27 de febrero, es decir, antes de la publicación de El Mostrador- de acuerdo al Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad de la institución para determinar eventuales responsabilidades.
Adicionalmente, cita la declaración, la CONAF instruyó ese mismo día 27 “la presentación de una denuncia al Juzgado de Policía Local competente, para lo cual se está efectuando el informe técnico pertinente”. La corporación recalcó que “realizará todo el esfuerzo necesario para aclarar los hechos y establecer posibles responsabilidades”.
Consultada por País Circular, CONAF explicó que esta es la única declaración realizada respecto de este tema y la única que harán.
Clama por nueva política forestal
A Rubén Carrillo no lo deja conforme la reacción de CONAF con respecto a este caso. El especialista es enfático en que Chile necesita adoptar una nueva política forestal, de manera que situaciones como estas no se repitan. “Chile necesita cambiar su política forestal, no es posible que tengamos grandes extensiones de plantaciones con especies altamente combustibles en torno a las áreas protegidas que se asocian a los parques nacionales. Lo hicieron al parecer para evitar incendios; de ahí la necesidad de tener planes educativos sobre este tema”, dice el líder del equipo de reclasificación de araucarias.
A juicio de Carrillo, CONAF debería asumir el proceso de reclasificación de araucarias con un plan de restauración focalizado en la cordillera de la Costa. “Esta bien que lo hagan en los Andes, donde las araucarias son vulnerables, pero es prioritario en la cordillera de la Costa para tratar de recuperar lo que se ha perdido. Generar alianzas, buscar socios en las universidades y en los centros educaciones es urgente”, agrega.
Por lo mismo, continúa el experto, es vital agilizar la tramitación del proyecto de ley que crea el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas, el que, después de nueve años entrampado en el Congreso, fue aprobado en general el pasado 30 de enero por la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara de Diputados.
“El SBAP se tiene que instalar ya, es muy importante incorporar dineros, tener fondos para contratar personal calificado. Es clave su aprobación para tener una nueva política ambiental. Necesitamos además un Ministerio del Medio Ambiente fortalecido. CONAF no está dando el ancho ni tiene los recursos. Tiene muchas obligaciones y no las pueden cumplir: planes de manejo, áreas de resguardo, guardaparques, brigadas, etcétera”, dice Carrillo.
La crítica también pasa por “gastar millones de pesos en apagar incendios de predios particulares de las grandes empresas con platas de todos los chilenos, que después afectan a las áreas de conservación y al bosque nativo”. Propone, a cambio, crear embalses para tener un uso eficiente del agua, ya que este recurso se ha vuelto sumamente crítico y hay que resguardarlo. “No podemos darnos el lujo de botar el agua”, insiste el académico de la Universidad de la Frontera: “Por esto también la gente sale a la calle y después nos tratamos de explicar por qué sucede. La gente se hartó porque no se le informa de las cosas”.
El impacto al ecosistema
En tanto investigador por años de estos árboles milenarios, Carrillo conoce lo que implica cortar 40 araucarias. “Es un impacto muy grande porque la araucaria es una especie de lento crecimiento, en un espacio evolutivamente primitivo, cuya regeneración de manera natural demanda cientos o miles de años”, explica.
“La tasa de germinación natural -añade Carrillo- de la semilla es muy baja, porque el crecimiento es lento y es una especie dioica, es decir, tiene machos y hembras y, por lo tanto, deben estar estos dos componentes para generar semillas”. De ahí que el experto critique la comercialización de la semilla en el mercado, ya que “impide una regeneración natural como corresponde”.
Carrillo, a su vez, repudia la decisión de CONAF de querer trasladar araucarias a la Región de Aysén para evitar su extinción. “Eso no corresponde, en vez de recuperar los ecosistemas naturales se trasladan como una batalla perdida al extremo sur de Chile. Hay que saber que entre más complejo el ecosistema, mayor es la retención en tiempo del agua, y eso permite la resiliencia de las especies que existen. Si las extraes, a sacar los arbustos que acompañan la araucaria, la humedad del suelo estará muy poco ahí. En cambio, si mantienes y fortaleces esos ecosistemas, la retención del agua será por un tiempo muy prolongado”, cierra el especialista.