El huemul de Nevados de Chillán en peligro crítico: incendios, parcelas, infraestructura y cambio climático entre sus mayores amenazas
La nueva propuesta de clasificación de especies del Ministerio del Medio Ambiente cambia su categoría desde “en peligro” a “en peligro crítico” para una población específica de huemules: los 84 últimos ejemplares que quedan en la zona central del país, y que están en serio riesgo de extinción. La creciente fragmentación de su hábitat por una mayor presencia humana y desarrollo inmobiliario en la cordillera, así como los cambios que este sufrirá por menores precipitaciones y mayores temperaturas en los próximos años, aparecen hoy como amenazas crecientes. Un plan lanzado en 2019 para la recuperación y conservación de esta especie busca salvarlos de ese destino.

Periodista

Este miércoles, el Ministerio del Medio Ambiente publicó en el Diario Oficial su nueva propuesta de clasificación de especies en Chile, que fija la categoría de conservación -es decir, bajo que nivel de riesgo se encuentran- de 105 especies endémicas del país. Entre ellas, figura una como extinta, la araña Tetragnatha paschae, endémica de Isla de Pascua y descubierta en 1924 pero sin nuevos registros pese a expediciones de búsqueda realizadas en toda la isla hasta 2018. Otras 19 especies fueron clasificadas como “en peligro crítico”, entre ellas el escorpión de Philippi, el albatros de las galápagos y un animal emblemático: el huemul de Nevados de Chillán.
Hasta ahora catalogado como “en peligro”, la población de huemules que vive dentro de las 560 mil hectáreas que componen el Corredor Biológico Nevados de Chillán-Laguna del Laja (declarado Reserva de la Biósfera por UNESCO en 2011) está separada por más de 400 km del resto de la población más numerosa y estable de esta especie, ubicada en el Parque Nacional Nahuelhuapi de Argentina.
Es esa suerte de aislamiento la que tiene a la única población de huemules que queda en Chile central en una condición de vulnerabilidad que implica que están en serio riesgo de extinción, principalmente por el reducido tamaño y la alta fragmentación de su población, donde la existencia de grupos reproductivos muy distantes entre si limita severamente el aumento de su tamaño.
Hoy se estima que existen menos de 1.500 huemules entre Chile y Argentina -un 1% de su población histórica, que abarcaba desde el río Cachapoal (Rancagua) hasta Magallanes-, pero su presencia en la zona central es aún más crítica. Según los últimos estudios, se estima que la pequeña población remanente en los Nevados de Chillán, y que se desplaza entre los ríos Perquilauquén y Laja (Ñuble y Biobío, respectivamente), no supera los 84 huemules. Más aún, su área de ocupación se redujo de 544 km2 a 436 km2 entre 1997 y 2017, y de ella solo el 39% se encuentra bajo alguna figura de protección pública o privada. El resto son predios privados, lo que dificulta la conectividad de los distintos grupos de huemul en la zona.
“Según el Plan de recuperación, conservación y gestión del huemul en los Nevados de Chillán (Plan RECOGE), las actividades humanas asociadas a la construcción de infraestructura, de embalses, líneas de transmisión y la urbanización, que generan barreras al desplazamiento de los huemules e impiden la conectividad entre los distintos grupos, son la principal amenaza que enfrenta hoy el huemul en la cordillera de Ñuble y Biobío. Por las condiciones de bajo tamaño poblacional, aislamiento geográfico y fragmentación de su hábitat es que nosotros impulsamos que el huemul de Chile central quede bajo la categoría de en peligro crítico”, dice Carlos Garcés, administrador del Santuario de la Naturaleza Huemules de Niblinto de Codeff.
Esa clasificación, explica Garcés, muestra que la población existente en la zona centro de Chile tiene un riesgo de extinción mayor que la población de huemules de la zona austral del país, “entonces ayuda a poner una señal de alerta para que se realicen mayores esfuerzos para su recuperación y conservación, y que tiene que tener un tratamiento distinto”.
Amenazas: actividades humanas y cambio climático
El informe realizado por el Ministerio del Medio Ambiente con los antecedentes para la clasificación de esta especie, en base a la información levantada por el Plan RECOGE, revela que entre las principales amenazas para el huemul de la zona central están los incendios forestales, por los efectos directos e indirectos que pueden generar en su hábitat. “En los últimos diez años, 132 reportes de incendios forestales se han producido al interior de la Reserva de la Biósfera, afectando un total de 14.260 hectáreas”, señala el reporte.
“El problema, principalmente, son las barreras de desplazamiento al huemul. Están aumentando las parcelaciones arriba en la cordillera, están aumentando los asentamientos humanos, las carreteras, y hay proyectos de nueva infraestructura. Las actividades humanas se encuentran categorizadas como las principales amenazas del huemul”
El efecto más común de los incendios es que los ejemplares de huemul se terminan desplazando hacia otros lugares que pueden no ser un hábitat óptimo para esta especie, produciendo efectos adversos en los animales en los meses posteriores al incendio.
Entre las principales amenazas se encuentran también las actividades humanas, entre ellas los proyectos de infraestructura y urbanización que no consideran la conservación del huemul. Y esto no solo incluye grandes obras como embalses, gasoductos o proyectos turísticos de gran escala, sino también las subdivisiones de grandes predios para el desarrollo de proyectos inmobiliarios, o “parcelas de agrado”.
“El problema, principalmente, son las barreras de desplazamiento al huemul. Están aumentando las parcelaciones arriba en la cordillera, están aumentando los asentamientos humanos, las carreteras, y hay proyectos de nueva infraestructura. Las actividades humanas se encuentran categorizadas como las principales amenazas del huemul” explica Carlos Garcés.
Esto principalmente porque al realizarse loteos de grandes predios aumenta el cercado de las propiedades, pero también hay otros impactos asociados, como una mayor presencia humana, más basura, un incremento del riesgo de incendios forestales, y también más perros, que son una de las principales amenazas para la biodiversidad.
“Esta amenaza -dice el Plan RECOGE- está relacionada con la persecución, daño y depredación que producen los perros al huemul (…) En los Nevados de Chillán-Laguna del Laja, la desaparición del huemul de varias localidades ha sido atribuida a la presencia de perros asociado a asentamientos humanos. Emblemático es el caso de los ejemplares que habitaban en la Laguna del Huemul y en el Valle de Shangri-Lá”.
A esto se suma, también, una mayor vulnerabilidad de la especie producto del cambio climático, que proyecta un escenario con disminución de las precipitaciones y un aumento de la temperatura. “Esto tiene consecuencias en la modificación del hábitat del huemul, en la composición de la flora que forma parte de su dieta y refugio. Bajo esas condiciones se prevé que el hábitat del huemul se tienda a restringir aún más”, dice Garcés.
Esto podría generar cambios en su distribución por reducción de su hábitat disponible. “No obstante- señala el informe del ministerio-, hay que considerar que si el cambio no es muy abrupto y la población es robusta, podría adaptarse, considerando que en su distribución pasada llegaba hasta el Cajón del Maipo hacia el norte. Los instrumentos de planificación y conservación para disminuir la vulnerabilidad del huemul al cambio climático deberán mejorar la conectividad, y la eficiencia en la conservación de la especie en las áreas públicas y privadas”.
Todos estos antecedentes fueron recogidos por el Comité de Clasificación de Especies en este nuevo proceso, estableciendo que para las regiones de Biobío al norte, el huemul está en peligro crítico. “Luego de evaluar la ficha de antecedentes, el Comité estima que para Chile de la región de Biobío al norte, esta especie está expuesta a altos niveles de amenaza por cuanto la zona que habita está altamente intervenida por presencia humana (alambradas y exclusiones), parcelas de agrado, carreteras y caminos, y un aumento del riesgo de incendio”, señala.
Por ello, agrega, el reporte del comité, “se concluye clasificarla como En Peligro Crítico (CR). No se rebaja debido a que las poblaciones del sur, considerando el tamaño individual y distancia que las separa, no podrían recolonizar, en caso de extinción de las poblaciones al norte de Biobío”.
La población de huemules de Chile central está compuesta por dos subpoblaciones separadas por el complejo volcánico Nevados de Chillán. La ubicada en la parte norte tiene un mayor número de grupos conectados entre sí, con grupos reproductivos estables. La del lado sur, tiene pocos grupos aislados con solo 2 hembras, y sin evidencias de nacimientos desde 2005. Es la con mayor fragilidad y riesgo de extinción.
El plan para salvarlo de la extinción
La nueva clasificación del huemul de Nevados de Chillán recoge lo que ya había sido advertido por los expertos, la Conaf y por el propio Ministerio del Medio Ambiente. Según diversos autores científicos, se ha estimado el tiempo medio de extinción de esta población de huemules entre 27 y 42 años. Otros reportes señalan que, bajo las actuales condiciones, su extinción ocurriría en un mínimo de 20 años y un máximo de 32 años. “En conclusión, todos los escenarios de estos dos últimos estudios estiman que la probabilidad de persistencia de la población del huemul en 100 años, es 0%”, afirma el reporte que tuvo a la vista el Comité de Clasificación de Especies.
En ese escenario, el año pasado se lanzó el “Plan de recuperación, conservación y gestión del huemul en los Nevados de Chillán”, creado especialmente para proteger a esta población por considerarla la más amenazada del país. Propuesto por Conaf en colaboración con la Iniciativa MMA/FAO/GEF de Conservación de Especies Amenazadas, y sometido a consulta pública por el Ministerio de Medio Ambiente, este plan establece 15 acciones concretas con el objetivo explícito de mejorar el estado de conservación del huemul en esa zona y de “evitar su inminente extinción en los Nevados de Chillán”. La idea es que la población de huemules aumente y los grupos ubicados al norte y sur de los nevados estén conectados, en un proyecto establecido a 20 años plazo con un costo de $768 millones para su implementación en el mismo período.
Entre las 15 acciones propuestas en el plan de conservación del huemul de Nevados de Chillán, 9 están orientadas a reducir las amenazas al huemul y su habitat. Estas dicen relación con el desarrollo de buenas prácticas forestales en bosque nativo y plantaciones en áreas con huemules, priorizar áreas con presencia de la especie para la prevención de incendios forestales, implementar un plan de reducción de ganado en estas áreas, fortalecer la fiscalización de la caza ilegal, generar instrumentos de buenas prácticas en el turismo de montaña y desarrollar instrumentos técnicos para la evaluación de proyectos civiles en áreas de huemules, entre otras. En conjunto, el costo a 2040 de estas medidas es de $297 millones.
Las 6 medidas restantes están orientadas a realizar acciones de conservación efectiva de la especie, cuyo costo está estimado en más de $471 millones para los próximos 20 años. Entre ellas se encuentra el generar una estrategia que permita aumentar las localidades con reproducción; elaborar un programa de educación y comunicación de la conservación del huemul y su hábitat; establecer acuerdos de conservación, restauración y gestión con propietarios privados; elaborar un plan de monitoreo de la especie en el largo plazo; desarrollar un plan de gestión para la Reserva de la Biósfera en relación al huemul, y generar y actualizar el conocimiento científico sobre la especie.