Yaku: científicas chilenas crean biofiltro que reutiliza aguas grises para otros usos en el hogar
Esta biotecnología se compone de microorganismos que purifican el agua proveniente de la ducha, lavadora o lavamanos, y luego se utiliza en riego y/o para llenar el estanque del inodoro. El biofiltro se inserta en estanques de tamaño variable, según la necesidad del cliente, y puede ser usado en hogares y en otro tipo de instalaciones. Actualmente Yaku lidera un valioso proyecto con el Hub Providencia, en que vecinos y vecinas pueden ir a lavar su ropa gratis, y el agua utilizada se ocupa para regar parques y plazas de la citada comuna. A la fecha han reutilizado cerca de 500.000 litros de aguas grises.
Siendo estudiantes de pregrado, Camila Cárdenas y Valentina Veloso querían sacar la ciencia del laboratorio, de modo que tuviese un efecto en la sociedad. A ambas les alarmaba lo que ocurría con el agua de la ducha que se perdía irremediablemente por los desagües. Más adelante, cuando estudiaban un doctorado en ingeniería, vieron en un curso que era posible ocupar microorganismos para diferentes tareas; entre ellas, el tratamiento de aguas.
“Ahí nos dimos cuenta de que podíamos generar un biofiltro para reutilización de aguas grises. Revisamos la bibliografía, y lo que había, por lo general, era a escala industrial. Nosotras pensamos de inmediato en hacer algo a escala local, compacto, pensando en viviendas”, dice Camila Cárdenas, que fundó su empresa Yaku en 2019 junto a Valentina Veloso -luego de adjudicarse un Fondo Capital Semilla de CORFO- para dar solución a esta problemática a nivel hogareño.
El biofiltro creado por ambas científicas, en efecto, se vale del trabajo de microorganismos que literalmente “se comen” las impurezas de las aguas grises domiciliarias, tales como el agua de la ducha, del lavamanos y de la lavadora. Tras la operación del biofiltro, el agua resultante puede ser utilizada para regadío y/o para rellenar el estanque del baño. Según la normativa chilena, aclaran las fundadoras de Yaku, no es posible darle uso como agua potable a esta agua reutilizada.
“Es mucho más costo-efectivo que una vivienda venga construida con la separación de aguas grises. La idea es tener un servicio de pago mensual, que pueda reemplazar dentro de los gastos comunes lo que se paga por agua de regadío normal a este sistema de reutilización de aguas grises”.
“El biofiltro funciona muy parecido a una bolsita de té. Naturalmente se comen los contaminantes: el detergente, el jabón. Y devuelven el agua purificada al sistema. Los microorganismos usan a los contaminantes como su comida”, explica Cárdenas, quien agrega que el sistema básico para una vivienda unifamiliar es de un biofiltro inserto en un estanque con capacidad de 500 litros que recupera agua de la lavadora. También los hay con estanques de 1.000 (donde se filtra agua de duchas y lavamanos) y 2.000 litros, e incluso uno, de mayor envergadura, de 8.000 litros.
En sí, el biofiltro de Yaku (cuyo Instagram está aquí) comprende un contenedor cilíndrico o un estuche de tela -tipo “bolsita de té”- que se inserta en el estanque de diferente capacidad, y al interior de esta “tela” están los microorganismos adheridos a un sustrato donde crecen. Por lo general, en el estanque de 500 litros que se instala en las casas, se ocupan cerca de 3 kilos de microorganismos que purifican el agua de la lavadora.
No obstante, es necesario esperar alrededor de 8 horas para que dichos agentes microbianos coman las impurezas del agua y ésta quede lista para tener otros usos dentro del hogar. Hay monitoreo en tiempo real y acompañamiento en la mantención y limpieza del sistema de biofiltración. “Con esta atención permanente, la gente puede pensar en una inversión a largo plazo, ya que, en tanto mantenemos los microorganismos jóvenes, el biofiltro puede durar hasta 30 años”, añade Cárdenas.
De hecho, el sistema para lavadora es el más fácil de montar, porque basta con instalar el estanque y bombas en una visita técnica de dos horas. En cambio, el sistema para duchas y lavamanos requiere imperativamente hacer obras de canalización en el hogar. Eso dependerá del presupuesto familiar.
“El biofiltro funciona muy parecido a una bolsita de té. Naturalmente se comen los contaminantes: el detergente, el jabón. Y devuelven el agua purificada al sistema. Los microorganismos usan a los contaminantes como su comida”.
Separar aguas grises desde el diseño del edificio
Yaku está dirigido a cualquier persona u organización interesada en reutilizar sus aguas grises. Personas naturales, familias, empresas y comunidades han manifestado interés por incorporar este servicio como una solución al problema. Camila Cárdenas dice que, a la fecha, han podido reutilizar cerca de 500.000 litros de aguas grises. Han instalado sus sistemas en la Región Metropolitana y en la Región de Valparaíso, pero también en la Región de Coquimbo.
“Eso fue algo muy bonito, porque el año pasado y a principios de este 2022, un proyecto de la Fundación Un Alto en el Desierto se adjudicó un proyecto del Gobierno Regional de Coquimbo, en el que nos pusieron como proveedores de la tecnología para instalar 60 biofiltros en viviendas unifamiliares de la región. Algo relevante por cuanto es una zona afectada por la sequía”, explica la emprendedora.
Sin embargo, el proyecto más ambicioso de Yaku está siendo sometido a testeo, y consiste en abordar esta solución tecnológica de separación de aguas grises a partir de la fase de diseño de los edificios. “Es mucho más costo-efectivo que la vivienda venga construida con la separación de aguas grises. La idea es tener un servicio de pago mensual, que pueda reemplazar dentro de los gastos comunes lo que se paga por agua de regadío normal a este sistema de reutilización de aguas grises. Calculamos que lograremos disminuir al menos un 20 por ciento de ese consumo mensual. Es parte de lo que hay que testear”, se explaya Cárdenas.
Otro tanto tiene que ver con un proyecto para fabricar un estanque más pequeño para el biofiltro, de una capacidad de 80 litros, cuyo objetivo es poder instalarse en departamentos. “No siempre el estanque de 500 litros cabe por los ascensores, entonces con estudiantes de Diseño de la Universidad Católica estamos trabajando en este estanque más chico de 80 litros”, agrega la científica.
“El servicio de lavandería es gratuito porque todos los contaminantes de la ropa es el alimento para nuestros microorganismos. Cada carga de ropa es comida para ellos. Y nosotras le devolvemos esa agua a la comunidad a través de un camión aljibe que viene para acá, retira el agua y con ella se riegan parques y plazas comunales”.
Lavado sustentable y gratuito: el proyecto social con el Hub Providencia
Una arista muy interesante del trabajo de Yaku la encarna un piloto que está desarrollando con el Hub Providencia, (cuyo Instagram está aquí), donde están instalados los reactores en los que se hace crecer la biomasa de los microorganismos. Desde este lugar se sacan los biofiltros usados en las aplicaciones de distinta envergadura que realiza la empresa. El piloto consiste en un servicio de lavandería gratuita y sustentable para las y los vecinos de Providencia, a través del uso de cuatro lavadoras, cuyas aguas son filtradas por un sistema de 8.000 litros de capacidad, y luego son utilizadas para regar parques y plazas de la comuna.
“Lo hacemos gratuito porque todos los contaminantes de la ropa es el alimento para nuestros microorganismos. Cada carga de ropa es comida para ellos. Y nosotras le devolvemos esa agua a la comunidad a través de un camión aljibe que viene para acá, retira el agua y con ella se riegan parques y plazas comunales. Es un proyecto muy bonito”, detalla Camila Cárdenas, quien figura como directora de operaciones de Yaku, Aparte de la reseñada científica Valentina Veloso, quien ocupa el cargo de directora ejecutiva, integran el equipo el arquitecto Joaquín Cárdenas (proyectos y comunicaciones), el ingeniero en energías renovables Patricio Reyes (jefe de calidad del agua), la ingeniera civil ambiental Karen Ávila (jefa de biorreactores) y el administrador de empresas Silvano Tavonatti (ejecutivo administrativo)
En ese momento, Yaku quiere replicar este proyecto de base social, que tiene mucha adhesión de las y los vecinos de Providencia, en otras comunas y organizaciones sociales que tengan interés. “Es importante beneficiar a las comunidades con este servicio gratuito de lavandería. Nos benefician a nosotras y se benefician ellas al traer sus prendas. Es así cómo se cambia esta lógica hacia alianzas más colaborativas”, cierra la cofundadora de Yaku.