Chile enfrenta un desafío mayor, que en estos días suma múltiples diagnósticos y propuestas de solución, unas más profundas que otras, y que apuntan a encontrar respuestas sobre cómo avanzar juntos en un nuevo trato. Enfrentamos una fractura social que hemos permitido como país al hacer vista gorda de las condiciones en que viven cientos de miles de hermanos en Chile.

Con la convicción de que debemos construir desde hoy una sociedad más justa, inclusiva, horizontal y responsable con el medioambiente, cobra mucho sentido la visión del Papa Francisco sobre lo que él denomina la Ecología Integral expresada en su encíclica Laudato Si y confirmada hace solos unos días en el Sínodo de la Amazonía, que plantea directamente la urgencia de un equilibrio perfecto entre lo social, lo económico y lo ambiental.

Y es que, pasadas varias semanas observando las demandas ciudadanas y marchas, queda en evidencia que en Chile no hemos alcanzado esa Ecología Integral. Y, más que social, estamos en medio de una crisis sustentable o integral, pues, a las brechas sociales, muchas veces ligadas a lo económico, se suman la explosión de una inusitada violencia, el aparente olvido de la emergencia climática y mega sequía que ya muestra su peor cara.

Hoy más que nunca vivimos una inflexión que, si la enfrentamos desde la vereda de la oportunidad, podría establecer una hoja de ruta para alcanzar el, tan deseado, “Desarrollo Sostenible para Chile” y, con ello, recuperar la paz social que muchos anhelamos.

Sería oportunista proponer soluciones instantáneas, que además corresponderán a otros accionarlas, pero me la juego por compartir tres ideas inspiradas en nuestra fe y esta visión sustentable que creo pueden funcionar.

En lo social, es tiempo de re pensar nuestra forma de relacionarnos y de vernos. Pasar de una relación vertical, a una horizontal. En donde la dignidad humana sea lo importante y no el lugar donde naciste, estudiaste o vives. Es momento del diálogo y de co construir un nuevo orden en la sociedad.

En lo económico, es momento de revisar nuestra forma de consumo, la acumulación de recursos y, por qué no, “privilegios”. Atrevernos a estilos de vida más sencillos, simples y comunitarios. También es tiempo de apoyar y valorar a los pequeños emprendedores, en especial aquellos que promueven el comercio justo y el triple impacto, como aquellos certificados B.

Y en lo ambiental, promover una cultura del cuidado del entorno y la naturaleza, minimizando nuestros desperdicios, nuestra huella hídrica y de CO2, reforestando nuestras tierras para devolver los nutrientes que permitan recomponer los ciclos biológicos, y haciendo nuestros mayores esfuerzos por mitigar las causas del Cambio Climático.

Nuestra Casa Común es una sola, y todos somos parte fundamental de ella. Transformemos juntos esta crisis sustentable en una oportunidad Integral.

Pablo Vidal

Vocero Voces Católicas y Gerente General de Sustenta+