Efectos de la pandemia representan un preocupante retroceso en la mayoría de los Objetivos del Desarrollo Sostenible
La profunda crisis económica y social derivada de las medidas destinadas a evitar la propagación del coronavirus que causa el Covid-19 está golpeando fuerte los esfuerzos por avanzar en la Agenda 2030 de la ONU, destinada a conseguir el equilibrio entre crecimiento económico, inclusión social y protección ambiental. Consultamos con tres especialistas cuáles serán los principales efectos y qué nuevos desafíos se presentan. La subsecretaria de Evaluación Social, Alejandra Candia; la directora ejecutiva de Red Pacto Global Chile, Margarita Ducci; y la gerenta general de Acción Empresas, Marcela Bravo, coinciden en que es indispensable mirar hacia el ODS 17, que alude a la cooperación y las alianzas para alcanzar los objetivos.
Retroceso. Este concepto resume lo que ha ocurrido en Chile los últimos seis meses en relación al cumplimiento de los Objetivos para el Desarrollo Sostenible (ODS). La llamada Agenda 2030, que cuenta con 17 objetivos con sus respectivas metas (169 en total), fue impulsada por Naciones Unidas en 2015 y suscrita por 193 países, entre ellos Chile, como una guía para conseguir el equilibrio entre crecimiento económico, inclusión social y protección ambiental a más tardar en 2030, pero las consecuencias de la pandemia harán prácticamente imposible alcanzar ese propósito.
Hasta el año pasado, el progreso en el logro de las metas permitía estar moderadamente conformes, aunque el horizonte de una década para alcanzarlas no se veía factible. Sin embargo, el Covid-19 y el manejo de la pandemia han producido una situación crítica que, según diversos análisis, está provocando una notoria vuelta atrás en la mayoría de los indicadores tanto en Chile como en el resto de la región.
“Hoy nos enfrentamos a un reto aún mayor debido a los impactos sociales y económicos de la pandemia. Los efectos, por ejemplo, en el ODS 8 trabajo decente y crecimiento económico, el ODS 3 salud y bienestar y el ODS 4 educación de calidad serán devastadores. En el ODS 1 fin de la pobreza y el ODS 10 reducción de las desigualdades, el retroceso será de varias décadas. En lo que respecta al ODS 16, paz, justicia e instituciones sólidas también tendremos un deterioro debido a los conflictos sociales que surgirán y al debilitamiento de las instituciones en varios países de la región por causa de la crisis social y económica”, se señala en el Índice ODS 2019 del Centro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para América Latina y el Caribe, publicado en junio pasado desde su sede en Colombia.
Dicho informe, elaborado con información hasta 2019, incluyó un capítulo extra para analizar los posibles efectos del coronavirus en los ODS considerando, según señala, que “la región atraviesa actualmente la peor crisis económica y social de la cual se tenga registro en el último siglo”.
En Chile, la situación de los ODS es monitoreada por el Consejo Nacional para la Implementación de la Agenda 2030, un órgano en el que participan varios ministerios y cuya Secretaría Técnica recae en el Ministerio de Desarrollo Social y Familia, específicamente, en la Subsecretaría de Evaluación Social.
“Lamentablemente, la pandemia que enfrentamos a nivel global ataca a todos los hogares y personas. Sin embargo, nos preocupan de sobremanera aquellas familias que ya se encontraban en situaciones de vulnerabilidad complejas, incluso antes de la crisis sanitaria y que hoy a raíz del complejo momento que enfrentamos podrían verse agudizadas”, explica la subsecretaria de Evaluación Social, Alejandra Candia.
“Sabemos que los próximos meses y años enfrentaremos una dura realidad y retrocederemos parte de lo avanzado, por lo que nuestro rol debe ser buscar las mejores soluciones para enfrentar este momento excepcional. Los grupos vulnerables se han visto fuertemente afectados, pero así también otros grupos de nuestra sociedad que han visto afectada su salud o sus ingresos han caído abruptamente”, agrega la autoridad y subraya que el gobierno está haciendo esfuerzos para ir en ayuda de esas personas.
ODS 1, fin de la pobreza
Respecto a la situación previa a la pandemia, la subsecretaria Candia destaca que “Chile registraba un sostenido proceso de avance en distintos ODS. Uno de los más destacados tiene que ver con la disminución progresiva de la pobreza en el país (ODS 1), la que alcanzaba un 8,6% de acuerdo a los resultados de la encuesta Casen 2017, pero también existen avances asociados, por ejemplo, al aumento en la tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) real per cápita, o en temas medioambientales, especialmente plasmados en compromisos que los distintos Gobiernos han ido adquiriendo al respecto”.
Sin embargo, el objetivo de lograr el fin de la pobreza es uno de los que sufrirá uno de los retrocesos más evidentes. Según se señala en el informe “Pobreza y pandemia: propuestas para un Chile más digno y justo”, elaborado por la fundación Hogar de Cristo y otras nueve instituciones, “la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) ha estimado que la pobreza en la región se podría incrementar en al menos 4,4 puntos porcentuales en el 2020 (…) Para el caso particular de Chile se prevé un aumento de la pobreza desde 9,8% -estimación Cepal 2019- hasta un 11,9% en el mejor escenario, y hasta un 13,7% en el peor escenario”.
Desde la Red Pacto Global Chile, iniciativa dependiente de la ONU que promueve que las empresas incorporen la sostenibilidad en su estrategia corporativa, consideran que uno de los principales retos será el ODS 1. “Desgraciadamente, con la aparición de la pandemia hemos retrocedido en el logro de las metas que plantean los Objetivos de Desarrollo Sostenible, sumado a que ya llevábamos considerable atraso, pues solo faltan 10 años para cumplir las metas planteadas en la Agenda 2030”, señala la directora ejecutiva de Pacto Global Chile, Margarita Ducci.
“Los principales desafíos, ahora, se refieren a disminuir la pobreza (ODS 1), y a la reducción de las desigualdades (ODS 10). Por la especial situación de pérdidas de fuentes de trabajo y crisis económica, toma mayor relevancia el ODS 8, que invoca el trabajo decente y el crecimiento económico, con todo lo que implica, también, apoyar a las pequeñas empresas y al emprendimiento, como vías para recuperar fuentes de trabajo en un plazo más acotado”, agrega Ducci.
Respecto al ODS 10, reducción de la desigualdad, “es uno de los que ha presentado mayor dificultad, no solamente en Chile”, explica Marcela Bravo, gerenta general de Acción Empresas, organización que reúne a más de 130 compañías que buscan gestionar sus negocios de manera sostenible.
Bravo cree que, en general, “vamos tarde” en el logro de los ODS, y “está claro que esta pandemia nos pone unos desafíos gigantescos, en términos de pobreza y de empleo”. A su juicio, no obstante, también se presentan oportunidades, como por ejemplo la creación de empleos para la inminente transformación digital, para nuevas empresas vinculadas a energías limpias, y para la emergente industria del reciclaje. “Actualmente hay cerca de tres millones de desempleados en el país y muchos de ellos no van a encontrar trabajo en lo que hacían antes. Debemos ser capaces de prepararlos para una tremenda cantidad de puestos que están empezando a ser necesarios”.
El gran desafío, dice la gerenta de Acción Empresas “está en poder conectar todas las cosas, en no disociarlas, no decir ‘o crezco o me preocupo del desarrollo sostenible’, porque el desarrollo sostenible es la manera en la que podemos realmente progresar, que nadie se quede atrás, y eso se logra velando porque el bienestar llegue a todos. Por eso, en esta coyuntura tenemos que poner, en primer lugar, a la persona al centro, en cualquier decisión (…) Las empresas cada vez más se cuestionan para qué existen y cuál es el bien que producen en la sociedad; esa pregunta se la tienen que hacer sí o sí, o sino, van a desaparecer”.
En esa misma línea, pero con un enfoque más global, Margarita Ducci señala que “la manera cómo afrontemos este nuevo desafío dependerá en buena medida de los liderazgos políticos para recuperar la economía, teniendo el desarrollo sostenible como su principal prioridad. La disyuntiva de la humanidad hoy es cómo, al mismo tiempo, consolidar el crecimiento económico, disminuir las desigualdades y atender la crisis ambiental global, sin renunciar a ninguno de ellos, pues de lo contrario habremos fracasado en cumplir con esta ambiciosa agenda”.
“Sabemos que los próximos meses y años enfrentaremos una dura realidad y retrocederemos parte de lo avanzado, por lo que nuestro rol debe ser buscar las mejores soluciones para enfrentar este momento excepcional”.
ODS 17, alianzas para lograr los objetivos
En contraposición a los objetivos que retroceden, está el ODS 17, alianzas para lograr los objetivos, cuyo progreso se ve acelerado en la actual coyuntura.
Marcela Bravo cuenta que han apreciado una evolución importante en las empresas, desde el individualismo hacia la colaboración. “Creo que es un cambio que se ha producido en esta pandemia y en esta suma de crisis. Quizá antes se consideraba como una ventaja competitiva realizar solos estos proyectos que apuntan a los ODS, pero eso ha cambiado rotundamente (…) Todos los programas que hacemos en Acción están en alianzas con otros, con la academia, con el Estado, entre las propias empresas, con organizaciones sociales, con organismos internacionales, etc. (…) Cada vez hay más interés y convicción en las empresas de que no se pueden lograr las metas actuando solos”.
A su vez, la directora ejecutiva de Pacto Global Chile considera que para hacer frente a la “devastadora crisis producida por la pandemia, no solo a nivel sanitario, sino también económico, social y político (…) es fundamental poner en práctica el ODS 17, que impulsa a conformar alianzas para trabajar en conjunto, entre todos los sectores, tanto los gobiernos, como los organismos internacionales, las empresas, la academia y la sociedad civil”.
En ese mismo sentido se manifiesta la subsecretaria de Evaluación Social, quien releva la necesidad de colaboración. Alejandra Candia comenta que uno de los aprendizajes más importantes en materia de ODS es “la constatación de que el Estado no tiene el monopolio de las soluciones a los complejos problemas que enfrenta la sociedad de hoy, por lo cual el ODS 17 es fundamental para avanzar hacia esta aspiración global. Estamos convencidos que la acción conjunta de todos los actores de la sociedad y la constante búsqueda de acuerdos es el camino que nos llevará a avanzar en cada una de las metas”.
Especialmente ahora, dice Candia, teniendo como propósito mitigar las consecuencias socioeconómicas de la emergencia por la pandemia, se debe tomar la Agenda 2030 y sus objetivos como una hoja de ruta. “Para ello, entre otras cosas, contamos con una fortalecida gobernanza pública de la Agenda, encabezada por un Consejo Nacional de Implementación, y esperamos movilizar tanto al sector púbico como al sector privado y sociedad civil -que han sido buenos socios en las materias asociadas- y a todos los actores de la sociedad en pro de una recuperación sostenible”.
En este sentido, el sector privado chileno se ha ido incorporando como un actor relevante en la implementación de la Agenda 2030, y su aporte fue incluido en el segundo Informe Nacional Voluntario (INV) de Chile, entregado en julio del año pasado ante la ONU para dar cuenta del estado del país en materia de desarrollo sostenible.
ODS 13, acción por el clima
En el mencionado informe, en lo relativo al ODS 13, acción por el clima, el gobierno destacó entre las principales acciones públicas el proceso de elaboración de la Ley Marco de Cambio Climático (ingresada al Congreso en enero pasado), y la actualización de la Contribución Nacionalmente Determinada (NDC, entregada en abril pasado a la Convención Marco de la ONU).
A juicio de Margarita Ducci, el aprendizaje nacional en materia de acción climática es destacable pues, “a partir del nombramiento de Chile en la presidencia de COP25 -posición que todavía ostenta hasta la realización de la COP26 en Glasgow, en noviembre de 2021- nuestro país tomó una acción más decidida en los temas medioambientales”.
En ese sentido, la directora de Pacto Global Chile menciona una serie de iniciativas que “han denotado un foco importante en los temas medioambientales”, como por ejemplo la temprana presentación de la NDC, los avances en la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (ley REP), “la Ley de Cambio Climático, las medidas de descarbonización, la electromovilidad, generación de energías limpias y tantas otras”.
“Estamos claros –dice Ducci- que la Agenda 2030 llama justamente a pensar en un equilibrio entre el bienestar social y económico, con el medioambiente”.
Marcela Bravo, de Acción Empresas, también sitúa en la COP25 el hito que motivó a avanzar en el ODS 13, en este caso en el sector privado. “La Acción por el Clima antes estaba baja, pero ha tenido un repunte. Lo que pasó con la COP25 fue muy importante para que las empresas empezaran a darse cuenta de que el tema del cambio climático es algo que de verdad les atañe y que se tienen que preocupar ya sea de la mitigación o de la adaptación, en especial porque Chile en uno de los países más afectados”.
“La manera cómo afrontemos este nuevo desafío dependerá en buena medida de los liderazgos políticos para recuperar la economía, teniendo el desarrollo sostenible como su principal prioridad”.
ODS 12, producción y consumo responsable
De la mano con lo anterior está el ODS 12, producción y consumo responsable, dice Bravo, y explica que las empresas están colocando ahí el foco porque incluye toda su cadena de valor. “Hay una sensibilidad mucho mayor con el hecho de que no solo importa el producto final que entregas, sino que todo el proceso”, comenta la gerenta de Acción y aclara que, si bien en la mayoría de casos la motivación es interna, cuando no es así el impulso es externo, debido a que muchos mercados ya no compran productos que no tengan una trazabilidad completa. Otra presión importante, dice, es el de las finanzas, que están comenzando a limitar o simplemente negar las inversiones a proyectos que no sean sustentables.
Lo anterior permite que desde las empresas más grandes vayan empujando a las más pequeñas a adoptar procesos más sustentables. Bravo explica que, si bien las industrias que tienen reportes de sustentabilidad y que tienen incorporados algunos ODS al negocio son pocas, representan cerca de un 18% del PIB, es decir, son un “grupo interesante y tienen un impacto enorme porque tienen miles de proveedores; esas compañías deben ser el incentivo para que las medianas y pequeñas se vayan subiendo a las buenas prácticas y vayan entendiendo que hay una oportunidad de negocios”.
Para la ejecutiva de Acción el rol de los consumidores también es aquí muy relevante, pues cada vez más sus decisiones de compra consideran si la empresa cumple con su comunidad, con sus trabajadores, con su cadena de valor, con los proveedores. En este punto, señala Bravo, hay un asunto que subyace a todos los ODS y son los derechos humanos. “Es un tema que a las empresas les ha costado entender, porque en Chile lo relacionamos con una época de violación de los DDHH, sin embargo, cuando se conoce de lo que se está hablando y hay una preocupación genuina por no vulnerar esos derechos, entonces se puede elaborar una matriz de riesgo para efectivamente preocuparse de no vulnerarlos”, señala Bravo.
“El desarrollo sostenible es la manera en la que podemos realmente progresar, que nadie se quede atrás, y eso se logra velando porque el bienestar llegue a todos. Por eso, en esta coyuntura tenemos que poner, en primer lugar, a la persona al centro, en cualquier decisión”.
Medidas urgentes en el corto plazo
“Es natural que este año 2020 no se haya realizado ningún informe por parte de los países, dada la situación de priorizar los requerimientos que ha demandado la crisis y la necesidad de tomar medidas urgentes en las cuales enfocarse”, resume Margarita Ducci en relación a la falta de datos duros actualizados. En el caso de Chile, el informe voluntario de 2019 contenía las cifras al 2018-principios de 2019, y no hay una fecha establecida para la entrega de un nuevo reporte.
Ahora, explica de directora de Pacto Global, el país está trabajando junto con Naciones Unidas para ajustar los planes y programas que sus agencias ejecutan en el país, en función del Marco de Cooperación para el Desarrollo Sostenible, de modo que estén más apuntados a las soluciones que hoy día se requieren en función de las consecuencias de la pandemia.
A su vez, la subsecretaria de Evaluación Social explica que “en el corto plazo nos enfocaremos a trabajar en una recuperación y reactivación sostenible, haciendo frente a los efectos de la pandemia, en pos de desarrollar una estrategia nacional de implementación de la Agenda 2030 para el año 2021”. Destaca, no obstante, que desde la elaboración del segundo informe se ha seguido trabajando en detectar información nueva, incluyendo esfuerzos por digitalizar el sistema de reporte de indicadores entre las fuentes públicas de información. Para el informe 2019 se dispuso de información para un total de 134 indicadores (de 244), aumentando en un 20% lo reportado en el Informe de Diagnóstico del año 2017, lo que situó a Chile en un nivel avanzado de reporte de indicadores, comentó la autoridad.
La subsecretaria Alejandra Candia concluye que la Agenda 2030 es una hoja de ruta que representa oportunidades sin precedentes para todos los países y, desde luego, para Chile, al tiempo que “las dimensiones del desarrollo sostenible -social, ambiental y económica- representan desafíos temáticos y metodológicos irrenunciables sobre los cuales Chile trabaja y debe trabajar aún más”.
Para Margarita Ducci, el hecho de que el mundo tenga una agenda común y que cada país deba informar sus avances en relación a esa agenda, permite contar con una visión global que hace posible, también, tener un seguimiento constante del avance de la Agenda 2030 en todo el planeta. “Asimismo, el hecho de que empresas y organizaciones estructuren su estrategia corporativa en función de los ODS permite que los objetivos propios de cada organización se ordenen en función de los objetivos país, y ello tribute a una agenda mundial”.
Mientras, según Marcela Bravo, la clave para salir airosos de estos enormes desafíos está en que las decisiones sean con diálogo, velando porque las personas de verdad tengan participación. “En muchas actividades en línea he visto que los dirigentes sociales quieren que les pregunten porque ellos conocen la realidad; no están en contra de que las cosas se hagan, pero quieren que se hagan con ellos. Esa es una demanda muy fuerte y un gran desafío, porque hay mucha rabia acumulada, mucha desesperanza, mucha falta de confianza, en todas las instituciones. La confianza es difícil de recomponer y eso solo se logra a través del diálogo y la coherencia en el actuar”.