Naciones Unidas fija fecha de la COP 25 en Chile para diciembre de este año
Esto pese a que el objetivo del gobierno -y así lo había señalado públicamente- era realizar la cita en enero de 2020, con el objetivo de ganar tiempo para su preparación frente a la tardía decisión de la sede de la cumbre en nuestro país, como para evitar complicaciones logísticas derivadas de la organización de la APEC a mediados de noviembre.


Cuando el pasado 14 de diciembre, en el plenario de la Cumbre del Clima (COP24) que se desarrolló en Katowice, Polonia, la ministra del Medio Ambiente, Carolina Schmidt, anunció la disposición de Santiago de Chile de recibir la próxima cumbre global por la acción climática -propuesta que fue aceptada rápidamente por la asamblea-, el gobierno fijó en enero de 2020 la fecha en que nuestro país recibiría esta cita global.
El objetivo era tanto ganar tiempo para una buena organización del la COP25, posibilidad que solo surgió tras la decisión de Brasil de renunciar a ser sede en noviembre del año pasado, como evitar posibles complicaciones logísticas por la realización del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) en Chile, evento que se desarrollará el próximo 16 y 17 de noviembre no solo en Santiago, sino también en Antofagasta, La Serena, Valparaíso, Concepción y Puerto Varas.
Sin embargo, hoy la mesa de la Conferencia de las Partes (COP) de la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático determinó que la COP 25 de Santiago de Chile se realizará entre el 2 y el 13 de diciembre de 2019, mientras que el período previo al período de sesiones se realizará entre el 26 de noviembre y el 1 de diciembre de 2019 en un lugar que será anunciado pronto.
La organización de la COP25 implicará un esfuerzo logístico mayor. Se espera que lleguen entre 10 y 15 mil participantes registrados, y más de 40 mil que estarán orbitando el evento. La seguridad será también un tema central debido al importante número de visitas de alto nivel, tanto presidenciales como ministeriales, a lo que se suma la necesidad de poner a disposición medios de transporte eficientes y diseñar el espacio para la conferencia de manera racional y a escala humana.