Directora de sostenibilidad de ISA y la obtención de la certificación carbono neutral: “Es importante primero reducir emisiones y luego recién compensar”
María Adelaida Correa comenta que esta empresa colombiana de transmisión eléctrica, con operaciones en Chile, cuenta con una estrategia integral de creación de valor sostenible, llamada ISA2030, que le ha permitido llegar a avances sustantivos en reducción de emisiones, eficiencia hídrica y acciones para proteger la biodiversidad en los territorios, como el proyecto Conexión Jaguar, que en nuestro país toma el nombre de Conexión Puma. Este 2023, 11 empresas de cinco países, incluido Chile, lograron la certificación carbono neutral.
Entre los seis países de Centroamérica y Sudamérica en que opera la mayor empresa de transmisión eléctrica de la región, la empresa colombiana ISA, figura Chile. En nuestro país la empresa funciona bajo el nombre de ISA Interchile y, además, como ISA Intervial en materia de construcción vial e Internexa en telecomunicaciones.
Dos de esas empresas que operan en nuestro territorio -ISA Interchile e ISA Intervial- cumplieron con un anhelado objetivo este 2023: transformarse en carbono neutral. Un total de 11 empresas de cinco países y en sus tres diferentes negocios lograron -muy por adelantado a otras empresas- la certificación de carbono neutralidad otorgada en alcance I y II (operación y mantención de activos) por ICONTEC. Este es un gran paso para la firma, gracias a su Estrategia de Sostenibilidad ISA2030 que le ha permitido afrontar los efectos del cambio climático, procurar eficiencia hídrica y energética en sus procesos productivos y contribuir a la biodiversidad.
Esta certificación, que tiene una vigencia de tres años, es el fruto de un largo proceso que se inició en 2011 cuando ISA comenzó a medir, reducir y compensar sus emisiones. Luego, en 2018, a partir de la Estrategia ISA2030 se determinaron metas de reducción de emisiones, pasando por acciones obligatorias y voluntarias. Finalmente, en 2021, ISA inició el camino hacia la certificación de sus empresas en Colombia, Perú, Brasil, Perú, Bolivia y, por supuesto, Chile.
En total, informa la empresa, se revisaron más de 48.000 km de circuito eléctrico, 714 km de vías y 7.000 km de fibra óptica en Latinoamérica para luego ser certificados, debido a las acciones de reducción y compensación de emisiones de gases de efecto invernadero. Especial importancia tiene para ISA la detección de fugas de un gas que contribuye significativamente al efecto invernadero: el SF6, que se emite en la construcción de las subestaciones y que, por ahora, no cuenta con sustitutos.
Además de ello, la empresa ha hecho ingentes esfuerzos para optimizar sus procesos, reduciendo la cantidad de agua empleada. Y, por último, ISA mantiene vigente el programa Conexión Jaguar, mediante el cual logra proteger los ecosistemas naturales de esta especie y de otras a través de la entrega de recursos a las comunidades vía créditos de carbono.
De eso y mucho más habla con País Circular la directora corporativa de Sostenibilidad del Grupo ISA, María Adelaida Correa, desde Colombia, donde opera la casa matriz de la firma.
“Trabajamos en dos niveles en temas de sostenibilidad. Obligatorio, donde todo proyecto de infraestructura requiere licencias ambientales y compromiso con el medio ambiente, pero no nos limitamos a ese nivel obligatorio, sino que trabajamos también en un nivel voluntario”.
-¿En qué consiste la estrategia de sostenibilidad ISA2030 de la empresa?
-En general desde hace muchos años hemos venido trabajando con un enfoque de sostenibilidad para lograr el mínimo impacto negativo hacia las comunidades y el medio ambiente. Estamos intentando maximizar los puntos de encuentro cuando tenemos que desarrollar proyectos de infraestructura en los territorios. Un hito muy importante fue hace cinco años, cuando cumplimos medio siglo de vida. Ahí pasaron dos cosas importantes: la declaración de un propósito superior, por el que nos comprometimos con los grandes retos que tenemos como humanidad, es decir, el cambio climático, mayor bienestar para las comunidades y todo lo que ello implica. Pero además se declara una estrategia organizacional para la creación de valor sostenible. Es una única estrategia ISA2030, es decir, empieza a permear todas las áreas de la organización, y no solo un área que se llama sostenibilidad. Es un tema que empieza a ser transversal.
– ¿En qué niveles se está trabajando?
-En dos niveles en temas de sostenibilidad. Obligatorio, donde todo proyecto de infraestructura requiere licencias ambientales y compromiso con el medio ambiente, pero no nos limitamos a ese nivel obligatorio, sino que trabajamos también en un nivel voluntario. Ahí entra una buena cantidad de programas que complementan nuestra gestión y le dan materialidad a nuestro propósito superior de contribuir a los desafíos del planeta.
– ¿Qué implica para ustedes ser carbono neutral en 11 empresas que operan en el continente, incluido Chile?
– Es una certificación regional de carbono neutralidad muy importante en el sector energía. Es una noticia maravillosa realmente. Entiendo que es la primera con alcance regional. Eso demuestra que hay un compromiso real con todas nuestras empresas, no solo en compensar emisiones, sino en reducir. Porque lo más importante es hacer todas las acciones para reducir las emisiones y ahí recién compensar. Hay empresas que se plantean la carbono neutralidad a 2030 o 2035. Nosotros ya la tenemos en 2023 para el alcance I y II que actualmente se certifica.
– ¿Dónde se ha puesto el foco de reducir primero todas las emisiones posibles antes de compensar?
– Hay muchas acciones en distintos frentes. Para nosotros lo más importante en el sector energía son las emisiones de SF6, un gas necesario para la construcción de cierto tipo de subestaciones que nosotros seguimos usando porque no tiene sustituto en el mercado. No hay ningún fabricante que lo produzca para alta tensión. Hay algunos desarrollos para baja tensión, pero no para la que manejamos. Estamos trabajando intensamente para que haya innovación que permita sustituir este gas. Por de pronto, estamos logrando detectar a tiempo las fugas de este gas, que no huele, no se ve. Hay que seguir buscando mecanismos para detectar las fugas, y recurrir a la innovación para que cuando se fugue, poder contenerlo.
– ¿Qué otras acciones realiza la empresa en materia de eficiencia energética e hídrica?
– Nuestra estrategia es integral y tiene como objetivo también reducir nuestros propios consumos de energía, lo que implica en muchos casos garantizar que la energía empleada provenga de fuentes renovables. Así buscamos certificaciones en nuestras distintas empresas para demostrar que la energía que consumimos es limpia. Hay una implementación de microrredes con paneles fotovoltaicos para reducir justamente el consumo de otras fuentes. No somos intensivos en el consumo del agua, pero tenemos sedes administrativas y subestaciones, en las que se ha venido haciendo recolección de aguas lluvia. Además, hemos incentivado la movilidad sostenible de nuestros trabajadores: impulsar el uso de vehículos compartidos, bicicleta o caminatas al trabajo. También, antes de la pandemia, fomentamos el teletrabajo para reducir emisiones.
– Habiendo cumplido varias metas, ¿cuáles son los desafíos más importantes que están a la vuelta de la esquina para ISA?
– Son varios los desafíos. En primer lugar, señalaría el tema de la mitigación: seguir reduciendo emisiones hasta ser carbono neto cero, al punto de reducir el 90-95 por ciento de nuestras emisiones; segundo, los planes de adaptación para la infraestructura que se ve impactada por los riesgos físicos del cambio climático; tercero, la gestión de protección a la biodiversidad; y cuarto, las comunidades, ya que el 80 por ciento de nuestra infraestructura atraviesa comunidades rurales. Hay que invitarlas a que sean parte del desarrollo de proyectos productivos, de proyectos de carbono, ya que ellos son los guardianes del territorio.
“Para nosotros lo más importante en el sector energía son las emisiones de SF6, un gas necesario para la construcción de cierto tipo de subestaciones que nosotros seguimos usando porque no tiene sustituto en el mercado”.
-Ustedes hicieron el proyecto de transmisión eléctrica Cardones-Polpaico que fue bastante resistido por las comunidades que no querían ver torres de alta tensión en esas zonas ¿Cómo fue el diálogo que sostuvieron con ellas?
-Ese es un tema muy importante y retador. Cada comunidad es un mundo independiente. Como te decía, desde nuestra organización tenemos un modelo de gestión integral que involucra actividades desde lo obligatorio a lo voluntario, y tenemos que construir confianzas a largo plazo con las comunidades. Nos toca trabajar respetando la cosmovisión de los pueblos ancestrales. Con el pueblo diaguita tuvimos altos y bajos, pero se logró poner el tema sobre la mesa y respetar esa visión para sacar el trabajo adelante.
-Por último, ¿en qué consiste el programa Conexión Jaguar y cómo se extrapola al programa Conexión Puma que funcionará en Chile?
-Es un programa que nace con este propósito superior como una contribución de ISA para trabajar de forma voluntaria con los grandes desafíos. En Chile no hay jaguares hace más de 400 años, por lo que se decidió apoyar otra especie bandera: el puma. Desde el punto de vista ecosistémico, el jaguar y el puma son especies sombrilla, es decir, donde ellos están presentes hay ecosistemas sanos y se protegen las fuentes hídricas. Se privilegia esta especie, pero no quiere decir que no se protejan las demás. Adaptándolo a la realidad chilena se convierte en Conexión Puma.
Este programa busca contribuir a la mitigación del cambio climático a través del mercado voluntario de carbono; contribuir a la protección de la biodiversidad en estos biomas latinoamericanos de una gran riqueza; generar sensibilización y que los créditos de carbono lleguen a las comunidades para ayudar a conservar el territorio; y crear conciencia en torno a la protección del jaguar y el puma.
Abril es el mes de la Tierra y noviembre el del jaguar, y lo ocupamos como pretexto para hacer actividades y sensibilizar en cuanto al cuidado del medio ambiente. Es un programa autosostenible, no genera lucro. Sí una porción del programa llega a las comunidades para que puedan beneficiarse para la conservación, y ellas mismas le dan continuidad a esa conservación. Las comunidades pueden prevenir la deforestación y las actividades ilegales y, en la medida en que los bosques se mantienen en pie, están conservando las especies que los habitan. En Chile ha sido más difícil implementar el programa Conexión Puma, porque las tipologías de estos proyectos requieren áreas extensas en que se pueda evidenciar la amenaza de deforestación. Nosotros certificamos todos estos proyectos con estándares internacionales. Es un proceso sumamente riguroso.