Trabajamos cada día por Un Mundo sin Residuos
“Uno de los grandes desafíos que enfrentamos hoy es el medioambiente, un tema que exige al máximo a las empresas, autoridades, al mundo científico y a la cuidadanía. Lo que se viene es enorme y urgente y, por lo mismo, debemos abordarlo con decisión, con soluciones profundas, definitivas y rápidas, porque el tiempo juega en contra”.
Las organizaciones se ven enfrentadas al desafío constante de adaptarse al entorno, lo que se traduce en retos de diversa índole: cambios tecnológicos, nuevas tendencias de consumo o adaptación a nuevas regulaciones.
En 133 años de historia en el mundo, y 77 en Chile, Coca-Cola se ha visto desafiada a superar exigencias como las mencionadas. Y para eso, se ha hecho cargo de profundos cambios de los que ha salido fortalecida, teniendo siempre como motor la innovación. Innovación que nos ha permitido transformarnos en activos agentes de cambio en nuestro país y el mundo.
Pero haber logrado estas transformaciones no garantiza el éxito. Es un trabajo de todos los días, sin pausa. Uno de los grandes desafíos que enfrentamos hoy es el medioambiente, un tema que exige al máximo a las empresas, autoridades, al mundo científico y a la cuidadanía. Lo que se viene es enorme y urgente y, por lo mismo, debemos abordarlo con decisión, con soluciones profundas, definitivas y rápidas, porque el tiempo juega en contra.
En Coca-Cola sabemos que, ante grandes retos, debemos plantearnos metas ambiciosas. Y eso en materia medioambiental tiene aún más sentido. Es por eso que a fines de 2018 la Compañía anunció su plan global de recolectar y reciclar el equivalente al 100% de los empaques comercializados en el mercado. El desafío es enorme y el camino para cumplirlo requiere de un trabajo colaborativo si queremos fijar el plazo que nos hemos propuesto: tener Un Mundo sin Residuos para el año 2030.
Sabemos que la fecha puede parecer lejana, que cosas inesperadas pueden suceder en una década y que el avance del mundo globalizado hace que 10 años parezcan una generación completa. Por lo mismo, no queremos quedarnos en el discurso de una meta, queremos trabajar hoy para poder celebrar mañana.
Eso implica trabajar en tres ejes: recolección, ecodiseño y alianzas. Y en todas ellas estamos avanzando responsable y enfocadamente.
En materia de recolección, por ejemplo, desde hace siete años somos parte del Programa de Reciclaje Colectivo, en el que junto a otras empresas hemos aprendido de buenas prácticas de reciclaje. Además Coca-Cola es parte del primer Pacto por los Plásticos firmado en América, iniciativa que busca instalar la Economía Circular como base para crear sociedades más sustentables.
La educación de los chilenos en estos nuevos hábitos es clave para conseguir un cambio. Lo mismo el diseño de nuestros empaques. La Economía Circular se construye sobre la base de ambas, ya que plantea la opción de dejar de ver los residuos como basura sino como base para nuevos productos, y recomienda el ecodiseño como una forma efectiva de disminuir la cantidad de materias primas en su elaboración. En los últimos años Coca-Cola Chile dio dos grandes pasos en ese camino: Ecoflex de Agua Mineral Vital y Apet de los jugos Andina del Valle, cuyos nuevos envases permiten dejar de poner 2 mil toneladas al año de plástico. A eso sumamos el fuerte incentivo que estamos dando al consumo de botellas retornables, que son el ejemplo perfecto del circulo virtuoso de la economía circular: se reutilizan entre 12 y 35 veces y terminan su vida útil en la embotelladora, donde son recicladas para crear nuevos productos.
Queremos que sepan que el 99% de los envases de nuestro portafolio es 100% reciclable y que el material del cual están hechas nuestras botellas (PET) es el único plástico que es totalmente reciclable. Por lo mismo, vamos a contar con un sello de reciclabilidad en nuestros envases, para que cada consumidor que prefiera uno de los más de 80 productos que ofrecemos en el mercado sepa que está en sus manos que éste no se transforme en basura.
Debemos actuar de manera colaborativa, en conjunto con las comunidades locales, con nuestros socios embotelladores, con otras empresas, ONG’s, con las autoridades y consumidores. Pero sobre todo, necesitamos de nuestros consumidores y del compromiso de los ciudadanos porque de ellos depende que podamos completar nuestra tarea por un mundo más sustentable.
* Roberta Valenca es gerenta general de Coca-Cola Chile