Salud del medioambiente para proteger la salud humana
“Desde un punto de vista de política pública, si lo que se desea es acelerar el cambio hacia la economía circular, es indispensable que las normas, tanto ambientales como sanitarias, promuevan más y mejor la gestión de los residuos, facilitando su máxima disponibilidad y buena disposición para dicho fin. Estoy convencido que podemos hacer más para un país mejor”.
Qué importante ha sido el Ministerio de Salud (Minsal) normando históricamente el manejo de residuos peligrosos porque, si bien es cierto, no era directamente su competencia, la ausencia, hasta ese momento, del Ministerio del Medio Ambiente (MMA) en Chile obligaba al Minsal a reglamentar lo que indirectamente podría afectar la salud humana, materia de todo su interés.
Ahora bien, con la joven creación del MMA, me pregunto ¿cómo estas dos grandes carteras están trabajando para pasar y recibir el “testigo”? (Ese tubo o estafeta que en las carreras de relevo en el atletismo se usa para entregar un camino recorrido). El Minsal ha hecho una gran carrera, sin embargo, recorriendo una distancia solo y sucesivamente se ha entregado a sí mismo temas ambientales. Hoy ya no es necesario seguir abarcando aspectos que le competen al MMA. ¿Será posible que la autoridad sanitaria traspase su aprendizaje? ¿Están las instancias coordinadas formalmente para que eso suceda?
En este mundo, en donde lo sustentable para la sostenibilidad aparece cada vez con más intensidad, se requiere estudiar las capacidades de estos dos equipos de atletas para completar la distancia de la carrera a una velocidad que no agote el sustrato azucarado que los músculos requieren para mantener la cobertura que se necesita. Se debe reaccionar con nuevas capacidades.
Anhelo, de verdad, que se analice qué capacidad pertenece al que entrega y qué capacidad pertenece a quien recibe y, por supuesto, qué se encuentra conectando esas dos manos que sostienen el “testigo”, el que corre para entregar y el que corre para recibir.
Claro está, que sin entrenador que evalúe las capacidades, el tipo de entrenamiento y el terreno dónde corren es imposible ganar la carrera. Me vuelvo a cuestionar: ¿qué repartición ministerial tiene que entregar los lineamientos estratégicos y tácticos? ¿Quién es el seleccionador de los equipos?
Necesitamos que esto ocurra, ¡no podemos esperar más!; por ejemplo, para que se regule adecuadamente a los generadores de residuos peligrosos, sin importar la cantidad generada, y declaren sus entregas en el Sistema de Declaración y Seguimiento Electrónico de Residuos Peligrosos (SIDREP), categoría en la que ingresan los aceites lubricantes usados (ALU) y baterías fuera de uso (BFU).
Especialmente si se toma en cuenta que la generación de ALU en Chile alcanza aproximadamente las 120 mil toneladas, de las cuales se estima que solo el 64% llega a instalaciones autorizadas para su tratamiento adecuado, sin que se tenga conocimiento del destino del saldo (que obviamente no se acumula en las instalaciones de los generadores). En el caso de las BFU representa, aproximadamente, 55 mil toneladas anuales, de las cuales solo logra gestionar de manera formal el 44%.
Necesitamos que se eleve la formalidad en la gestión de estos residuos peligrosos, porque la situación de informalidad y falta de trazabilidad de ellos sobrepasa la capacidad del Minsal. Los generadores de estos residuos de productos prioritarios peligrosos de la Ley de Gestión de Residuos, Responsabilidad Extendida del Productor y Fomento al Reciclaje (Ley REP) deben someterse a un Plan de Manejo progresivo independiente de las toneladas anuales generadas. Las que sí o sí deben ser declaradas en los sistemas de información del agente regulador.
La modificación de las normativas y quien las lidera son hoy parte de la solución del problema. Espero que se produzca una postura más coordinada y activa de parte de la autoridad sanitaria y medioambiental, a fin de resguardar la salud de las personas y el cuidado del medioambiente.
Desde un punto de vista de política pública, si lo que se desea es acelerar el cambio hacia la economía circular, es indispensable que las normas, tanto ambientales como sanitarias, promuevan más y mejor la gestión de los residuos, facilitando su máxima disponibilidad y buena disposición para dicho fin. Estoy convencido que podemos hacer más para un país mejor. Sí, ¡se puede! alcanzar las metas que parecen imposibles y vivir en un entorno saludable.